Lucy Engelman y Daniel Mullen
Me gusta pensar que:Se puede ser lector y odiar los gatos aunque al buscar imágenes de lectores en Google en el 80% aparezcan mininos.Se puede ser aficionado al fútbol y ser civilizado, culto y educado aunque en las redes parezca que si te gusta el fútbol es porque eres un gañán. Se puede ser feminista y pensar y decir que una mujer es imbécil, por muy de moda que está la sororidad. Se puede ser machista y, a la vez, un artista maravilloso. Se puede juzgar la ficción por lo que es y no por lo que debería ser si quisiéramos que la ficción enseñara algo porque la la ficción que lleva moraleja se inventó hace mil años, se llama fábulas y es solo un tipo de ficción. Se puede mirar a tus hijos y pensar que quizás no son tan estupendos como te has empeñado en creer. Y se puede reconocerlo y no pasa nada. Se puede ser vegetariano y no estar todo el día dando lecciones de superioridad moral. Y se puede comer carne y huevos y adorar la leche y no ser un asesino de animales. Se puede ser padre y que te de la pereza de tu vida hacer cosas con tus hijos y eso no resta amor. Se puede ser padre y no echarles de menos y eso no te hace menos padre. Se puede ser un profesional como la copa de un pino y una pareja horrible. Se puede ser una madre maravillosa y una trabajadora nefasta.Se puede ser padre y tener un hijo favorito. Aunque no lo reconozcas jamás.Te puede doler una desgracia más que otra, una pérdida más que otra, una víctima más que otra. Es más, es lo lógico. Se puede ver una película sin mujeres y no ofenderse. Y eso no significa que no seas feminista. La ficción que consumes no determina quién eres o tus valores. O sí, pero no siempre. Te pueden gustar las obras de Picasso y pensar que era un tipo asqueroso. Se puede criticar al PP y no ser de Podemos.Se puede decir que la izquierda es un desastre y no ser un facha. Se puede no comer pollo si parece pájaro y adorar los filetes de pollo.
Vivimos en un momento en el que parece que lo que te define no es solo lo que eres sino lo que para los demás implican tus actitudes, tus gustos, tus preferencias o tus manías. Y me niego.
Creo que se pueden y se deben tener miles de aristas y miles de lados, cuantos más mejor. Lo que es absurdo, aburrido, poco creíble e increíblemente falso es ir por la vida de blanco o de negro, de un bando o del otro, de pares o nones, de bloque monolítico. Se puede ser de colores.