Se puede tener gozo en medio de la prueba cuando Dios es la fuente del gozo. Es muy fácil que las circunstancias, las necesidades no satisfechas, las tribulaciones, las tragedias, las pérdidas, y situaciones por similares, nos roben el gozo. Pero si Dios es la fuente de nuestro gozo nada podrá arrebatárnoslo.
Si por cualquier circunstancia haz perdido el gozo por la vida, sientes que no hay salida y te encuentras perdido; hay alguien más allá de todo lo que podemos ver que puede recuperarlo. El salmista sintió esa perdida de gozo que todos hemos sentido, pero en lugar de dar todo por perdido clamó a Dios diciendo:
Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;Me conducirán a tu santo monte,
Y a tus moradas. Entraré al altar de Dios,
Al Dios de mi alegría y de mi gozo;
Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío. Salmo 43:4
Sólo quien puede, a pesar de las pruebas, adorar a Dios encuentra plena satisfacción y gozo en medio de ellas. Por eso el salmista describe en perfecta progresión su peregrinación espiritual hasta encontrarlo y alabarlo. Quien está en la búsqueda de Dios nunca estará satisfecho con zonas geográficas (tu santo monte), edificaciones (tus moradas), y altares. Quien adora a Dios ha encontrado la fuente de su gozo en él y solamente en él.