La caries dental es, básicamente, un orificio que se forma en el diente y que muchas veces no se detecta hasta que es muy grande, ya que en general no provoca dolor hasta que llega a las terminaciones nerviosas en el interior de los dientes.Las caries se producen porque en la boca hay bacterias que convierten todos los alimentos en ácidos. Esas bacterias, el ácido, los residuos de la comida y la saliva se combinan en la boca para formar una sustancia pegajosa llamada placa, que se adhiere a los dientes y que si no se elimina permite que los ácidos ataquen y rompan el esmalte de los dientes (que es la parte superficial).
Si bien es cierto que los carbohidratos (los azúcares y los almidones) aumentan el riesgo de que se formen caries dentales, nuevos descubrimientos encontraron que las bacterias que causan las caries también se pueden contagiar, como la amigdalitis (que comúnmente llamamos inflamación de las anginas o amígdalas) o cualquier otra enfermedad provocada por virus o bacterias, y que al parecer es algo que ocurre con más frecuencia de lo que nos imaginamos.
Entre los ejemplos que brindan los especialistas no sólo figuran los besos apasionados, a través de los cuales el contagio puede producirse entre los adultos, sino también el simple hecho de que la mamá (o la persona a cargo) pruebe la comida del niño para corroborar que no esté demasiado caliente. Es que los niños son más vulnerables al contagio, según expresan los investigadores.
Lo bueno de esto es que, en uno u otro caso, siempre hay cosas que puedes hacer para prevenir el contagio y la formación de caries. Algunas de ellas son:
Cepíllate los dientes utilizando pasta que contenga flúor, como mínimo dos veces al día (la hora de acostarse es un momento importante para cepillarse los dientes).
Cepíllate los dientes de arriba hacia abajo y describiendo movimientos circulares, cubriendo todas las superficies.
No te olvides cepillar también las encías con suavidad, para mantenerlas sanas.
Utiliza hilo o seda dental al menos una vez al día, para eliminar la placa y la comida que queda atrapada entre los dientes.
Limita el consumo de dulces y de bebidas azucaradas.
Visita al dentista con regularidad (al menos una vez por año, aunque él o ella te indicarán si es necesario que lo hagas más seguido).
Si tienes en cuenta estas medidas y las practicas a diario, no sólo te ayudarán a prevenir la aparición de caries sino también la pérdida de dientes, el dolor en las encías y otros problemas en tu boca o en tus dientes en el futuro. Además, te permitirán mantener un aliento agradable y una bonita sonrisa.
Vía: http://www.vidaysalud.com/