“Además he salido hincha del Betis”, protesta el tipo
“Nació como todos los niños:”, nos cuenta su madre, Tonina Pazza, “Feo, calvo y bajito. Lo malo es que pasaban los años y el niño seguía más o menos igual. A medida que se iba haciendo primero adolescente y luego hombre, la cosa incluso empeoró, porque se volvía cada día más feo”. Creció un poco respecto al día de su nacimiento, eso es cierto, pero los escasos centímetros de altura no compensaban la fealdad creciente y la calvicie que se instaló en su cabeza antes, incluso, de que le naciera el pelo. Así lo confirman diversas fuentes no consultadas.
Ahora tiene 33 años y Alex Fessio Pazza, que así se llama el engendro, no ha podido aguantar más y se ha plantado en el juzgado de guardia de su localidad para querellarse contra Dios por hacerle así. El juez, que es del Opus y por tanto creyente, ha admitido a trámite la querella. Alex está expectante, pues admite que “si gano, tal vez me crezca una frondosa cabellera, me se ponga el rostro que sea un cruce entre Brad Pit y Bertín Osborne, y alcance el metro y medio de estatura. No pido más”. Y como poder pedir, podría, porque además “sin comerlo ni beberlo, me encontré con que soy hincha del Betis. ¡No gano pa disgustos!”.
El Vaticano, interpelado por Etc Noticias, ha declinado hacer declaraciones y asegura que “Dios es un miembro más de nuestro club, uno importante, sí, pero no podemos hacernos responsables de todo lo que haga en su vida privada”.
De momento la cosa está en el aire, porque el juzgado no ha podido comunicarse con el Altísimo, que se halla “en domicilio desconocido”. Mientras se resuelve el caso, Alex Fessio sigue encerrado en su habitación escuchando una y otra vez la canción que Mecano le dedicara en su día.
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