¿Se suicida la oligarquía colombiana?

Publicado el 15 septiembre 2015 por Jmartoranoster
“En la Venezuela revolucionaria por culpa de los dueños del mundo el año tiene 365 rounds” El Cayapo

Nunca como antes en nuestra historia los pobres podremos aprender tanto de una situación como la que nos presenta la acción suicida de la oligarquía colombiana, esclava doméstica de los grandes dueños del mundo, al disparar sus ladridos contra nosotros como pueblo en revolución, cierran los ojos como los niños con miedo para que desaparezca la realidad.
Hasta 1999, la oligarquía de historia apátrida y traidora se había comportado como simple obedecedor de las órdenes de los amos del norte, aunque de vez en cuando empujaban la empalizada de los vecinos, todo el mundo en el vecindario sabía del comportamiento criminal y ladrón, de la sevicia asesina contra su propio pueblo, del entreguismo de sus recursos, de sus manejos mafiosos, de su falta de decoro, de su histórica conducta traidora, como por ejemplo la venta de Panamá por 25 millones de dólares pagados a plazos sin consultar a sus habitantes.
Para complacer a sus dueños han cometido grandes masacres contra el pueblo. Para que la empresa bananera mantuviera sus excesos de ganancias, la oligarquía asesinó a más de tres mil trabajadores a finales de los años veinte del siglo pasado; por orden del Departamento de Estado asesinaron a Gaitán y con él a miles de colombianos; para mantener en aumento las ganancias de la Coca-Cola asesinan a cientos de dirigentes sindicales. Destruyen selvas, montañas, ríos, páramos, para entregarle el carbón, el oro y otros minerales a compañías extranjeras.
En las infinitas masacres que en los últimos años de manera sistemática comete el ejército oficial, y también los ejércitos privados eufemísticamente llamados paramilitares, para que no se reconozca mundialmente la inexistencia del Estado o la patria colombiana, manteniendo la mampara y hacer ver que la revolución se está enfrentando a la patria colombiana y no a los dueños del mundo en su guerra por dominar definitivamente el planeta.
Nadie puede ejercer la política para beneficio del pueblo, la dictadura oligárquica mantiene una cuota de muertos permanentes que no puede superar ningún conflicto en el mundo. Los desplazados superan casi la cuarta parte de su población, de ella aproximadamente la mitad vive en Venezuela.
Pero su éxtasis fue cuando sus dueños les encomendaron el trabajito sucio de destruir la Revolución Bolivariana.
Más allá de las pequeñas escaramuzas políticas y diplomáticas que han mantenido en público y en privado, malponiendo al Gobierno y a la revolución, el verdadero trabajo comienza en el año 2000, con decisiones legales como leyes y decretos que justifican el ataque por medio del contrabando y debilitamiento de la moneda venezolana, obteniendo varios beneficios, mucha ganancia sin inversión, debilitamiento de las finanzas del Gobierno revolucionario, fortalecimiento y financiamiento de la traidora y apátrida oposición venezolana, fortalecimiento de la tesis de la medialuna territorial para desmembrar tanto a Colombia como a Venezuela.

Sólo esperan que la revolución fracase para eliminar el ejército colombiano y convertirlo en una empresa privada de seguridad

En Colombia ya tienen el control absoluto para esa aplicación, sólo esperan que la revolución fracase para eliminar el ejército colombiano y convertirlo en una empresa privada de seguridad, porque ya el entrenamiento lo tienen, y los paramilitares ocupan 27 Departamentos en todo el territorio económicamente activo en Colombia. De hecho, ya funcionan vendiéndole protección a empresas europeas, norteamericanas y manteniendo la inmensa producción de coca y amapola, el gran negocio de europeos y norteamericanos en Colombia.
La oligarquía colombiana vendió al territorio y a su gente, tal y como la propaganda gringa lo promociona, venga, vea y compre esta maravilla a un precio que le va a gustar, vea, Colombia no sólo les aporta mano de obra esclava muy barata, sino que además corremos con el riesgo del trabajo sucio. Nunca serán juzgados en cortes internacionales, ni serán extraditados a otros países, ni se les señalará con el estigma de narcotraficantes a los verdaderos dueños del negocio de la droga en Colombia, para eso siempre tendremos a los Salvatore Mancuso, a los Pablo Escobar.
Sí, señores norteamericanos y europeos, ustedes nunca jamás correrán riesgos, si no pregúntenle a Coca-Cola, Pfaizer, Chiquita Bran, y otros grandes laboratorios que viven de más de cinco mil millones de adictos en el mundo; a la hora de un riesgo les entregamos todas las masacres de obreros campesinos e indígenas o afrodescendientes que deseen, pero eso no es todo, aún hay más: por el mismo precio, Colombia también es una gran lavadora de dinero sucio y sin costo adicional. El territorio colombiano es prestado a los guerreristas para que ataquen a la Revolución Bolivariana y de ñapa tienen licencia para violar niñas y después ganarse un dinerito extra vendiendo los videos del crimen, cómprela ya, única oferta en el continente.
La oligarquía apátrida y traidora está siendo utilizada como punta de lanza para atacar al Gobierno y la Revolución Bolivariana en defensa de los intereses de sus dueños imperiales, quienes buscan desbaratar al Estado venezolano, fortalecer los planes de la eliminación de las fronteras y con ello los conceptos de patria, soberanía, independencia, democracia participativa y protagónica, hecho que no les conviene de ninguna manera a los dueños del planeta, porque la Revolución Bolivariana es un muy mal ejemplo para todos los pueblos del mundo, porque ha contribuido a la organización del continente promoviendo Unasur, Celac, Petrocaribe, Alba.
Desde 2009 mantienen parte de los ejércitos de paramilitares movilizados hacia Venezuela, profundizando el narcotráfico, el contrabando en todos los niveles, creando bandas criminales para asesinar con métodos terroristas a la población venezolana y a sus dirigentes con la clara intención de derrotar militarmente al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. También han creado una diplomacia de borrachos, porque cuando se les pregunta ellos de nada se acuerdan, o la del yo no fui o allá va el ladrón o la del violador que cuando le preguntan por qué la violó enseguida responde y quién la manda a ser mujer.
Así han actuado los presidentes y la diplomacia de la oligarquía colombiana, pero eso no es por irresponsabilidad sino que es una decisión política tomada por los dueños y las consecuencias debe asumirla esa oligarquía apátrida y traidora, eso lo podemos ver a lo largo de estos años de revolución en todas las conductas de los presidentes, desde Pastrana pasando por César Gaviria hasta el señor Santos y, por supuesto, el narcosicario Uribe, en el concierto de este plan, y de no ser así, si hubiera sido una equivocación o una mala orientación o asesoría, ¿cómo es que todos esos presidentes siguen mundialmente moviéndose en contra de la Revolución Bolivariana?
Como siempre, en todo acto de rapiña a los traidores y vendepatrias se les da el derecho de recoger las migajas que se desprenden del botín, incluido apoderarse del territorio, hecho que no le importa a los dueños del mundo porque sólo les interesa los activos que puedan extraer de los territorios. Sólo se aposentan si algunas de sus industrias lo requiere.

Colombia es hoy por hoy un territorio tomado por los dueños y les asignaron unas funciones

Colombia es hoy por hoy un territorio tomado por los dueños y les asignaron unas funciones, entre ellas servir de productor de materia prima y procesador de drogas, además de ser provocador de la comarca contra la Revolución Bolivariana.
A la oligarquía nunca le ha temblado el pulso a la hora de actuar contra Venezuela, porque esa oligarquía santanderiana ha buscado siempre ocultar su pasado traicionero y piensa estúpidamente que acabando con Venezuela podrá lograrlo.
Veámoslo en cifras desde el año 2000. Cuando el gobierno del presidente Andrés Pastrana promulgó la Resolución 8, Venezuela sumó pérdidas de hasta 30 mil millones de dólares, siendo el periodo 2012-2015 cuando se alcanza la astronómica cifra de casi 20 mil millones de dólares.
Hasta el año 2012, octubre específicamente, el valor oficial del dólar en Venezuela era de Bs. 4,30, y el dólar paralelo oscilaba entre Bs. 10 y Bs. 11. Cuando en diciembre de 2012 el Comandante Chávez anunció la posibilidad de no regresar al gobierno, automáticamente el dólar paralelo subió hasta la impensable cifra de entre Bs. 30 y Bs. 50. El gobierno en febrero de 2013 tomó la decisión de hacer un ajuste al cambio oficial y lo llevó a Bs. 6,30 para compras esenciales y creó un cambio entre Bs. 10 y Bs. 12 para los viajeros y compras por internet. Sin embargo la orden estaba dada, acompañado de la mayor y más brutal campaña psicológica, anunciando la muerte del Comandante Chávez la que luego se concretaría el 5 de marzo se fue aplicando una devaluación programada constante y exponencial de la moneda. Entre marzo y agosto el dólar paralelo pasó de Bs. 30 a Bs. 70, para el mes de diciembre previo las elecciones llegó a estar en Bs. 90, y en 2014 junto a las guarimbas se montó en más de Bs. 120 por dólar, pero no se detendría el ataque, y ya en 2015 las casas de cambios saltarían de Bs. 130 a Bs. 200, y de ahí hasta Bs. 600 para llegar al día de hoy en el que un dólar según esa tasa delincuencial, llega a cotizarse hasta en Bs. 800. Si tomamos como punto de partida el 8 de diciembre de 2012 hasta hoy el dólar paralelo devaluó nuestra moneda en un 6 mil 666 por ciento (6.666%).
Por extracción de combustibles desde Venezuela hacia Colombia, las pérdidas se estiman en 15 mil millones de dólares anuales. Los volúmenes de extracción dieron un salto exponencial a partir diciembre de 2012. Estamos hablando de más de 45 mil millones de dólares en tan sólo en 3 años.
Hasta el año 2012 las pérdidas estimadas por el contrabando se situaban en los mil 500 millones de dólares anuales, a partir de esta fecha se llegó a la cifra de casi 5 mil millones por año, y en lo que va de 2015 ya se sumaban más de 3 mil millones, sin contar que desde que se cerró la frontera se cree que se ha logrado detener un flujo que suma la astronómica cifra de 3 mil 500 millones de dólares.
Pero su papel de lacayo de los españoles, de los ingleses, y luego de los gringos, no les permite tener la suficiente dignidad para hablar con claridad. Siempre que han existido conflictos con esa oligarquía es porque ellos mismos los han provocado, y no han llegado a más, no porque no han querido o porque los gobiernos anteriores a Chávez se lo hayan impedido, no. Es porque los gringos no los han dejado, porque durante unos cien años fuimos proveedores de petróleo casi gratis de los gringos y éstos no iban a permitir que se le embochinchara la vaina, y por eso frenaban a su perro rabioso, pero como lo tienen bien entrenado hoy que Venezuela dejó de ser un simple regalador de petróleo y lo estamos usando como arma política para defendernos de aquellos que siempre lo usaron como arma política para someternos, se les da luz verde contra Venezuela.

En este continente nadie actúa contra las decisiones de los señores de la guerra a menos que estemos insurreccionados

Para comprender la actitud de desafío de la oligarquía colombiana debemos saber qué están pensando sus dueños, cuáles son sus planes, porque en este continente nadie actúa contra las decisiones de los señores de la guerra a menos que estemos insurreccionados, como es el caso de los distintos países que hemos decidido diseñarnos desde otra política, y las consecuencias están a la vista: golpes de Estado, sanciones económicas, guerras económicas, asesinatos, terrorismo, campañas de desprestigio a nivel mundial, contra los pueblos y sus gobiernos.
Actuar políticamente en consecuencia nos lleva a saber que a los dueños de la oligarquía colombiana no les importa ni los colombianos ni los venezolanos, sólo les importa acabar con el mal ejemplo que significa para ellos la Revolución Bolivariana, tomar venganza contra aquellos que se atrevieron a dejar de ser esclavos y a trazarse otra cultura. A los dueños sólo les importa dar un ejemplar escarmiento, un brutal castigo a quienes no obedecen sus designios, su libre albedrío de someternos.
En Colombia las masacres de trabajadores son constantes, promovidas por fruteras, petroleras, vendedoras de refrescos, mineras, cafeteras y laboratorios de drogas legales e ilegales, que sostienen desde tiempos inmemoriales a una oligarquía que su único papel es dirigir con sevicia a bandidos, mercenarios, paracos, narcos, propagandistas, dueños de medios a su servicio, que sirven para proteger las inversiones de sus dueños y para recibir las migajas que en pago por su indigno servicio estos les dan, y a su vez evitar a toda costa que el pueblo logre constituirse soberanamente.
En medio de este panorama es que está actuando todo el bandidaje, no podemos enredarnos en creer que el problema son los bachaqueros o los pimpineros, o las casas de cambio o Dólar Today, o los paracos o los narcos, o Santos o Uribe, porque le estaríamos dando importancia a los perros de presa y no a quienes tienen el control del cordel que se suelta o se controla de acuerdo a la situación. Todo lo anterior es la forma como se aplica la política, su consecuencia. Insistimos: el objetivo no es apropiarse del petróleo, ni del territorio, ni de la gente, es destruir la Revolución Bolivariana, y para ello intentarán asesinar, desprestigiar, invadir, robar, aterrorizar, destruir la economía, destrozar las finanzas, debilitar el conocimiento que como pueblo hemos adquirido en estos años de revolución, por eso los dueños han desatado la cabuya a ese perro rabioso que es la oligarquía, y por eso busca morder a colombianos y venezolanos indiscriminadamente.
Como pueblo pobre debemos aprender a descubrir la trampa, porque una vez más los dueños del planeta nos quieren imponer la guerra, los vientos del odio susurran al pueblo colombiano y al venezolano, sin ningún escrúpulo. El ejército de pobres que los burgueses no han podido conseguir en Venezuela lo busca desesperadamente en Colombia, donde sus perros pueden asustar, atemorizar y posiblemente obligar al pueblo pobre colombiano a marchar contra sus hermanos venezolanos.

La revolución no es la que nosotros tenemos en la cabeza

Hemos visto cómo miles de articulistas, opinadores de oficio, picapleitos, todos los medios de publicidad e información se han dedicado al morbo de la noticia para buscar o justificar en los detalles del quítame esta paja las razones de las rabietas de la oligarquía, y asignándole a sus perros de presa importancia que no tienen, intentando preparar condiciones propicias para la guerra.
Nosotros como pueblo debemos tener en claro las orientaciones de nuestra dirigencia en el Gobierno, oigamos todos los días a Diosdado, a Maduro y a los voceros autorizados.
Hoy más que nunca, hay que calmar los egos y los miedos, tener una sola voz, usemos el cerebro los deslenguados, calmémonos los sabios, aplaquemos la diatriba sin sentido los buscadores de soluciones mágicas, detengamos las ambiciones, no nos convirtamos en quintacolumnas.
La revolución no es la que nosotros tenemos en la cabeza, sepámoslo bien. Es la que real y verdaderamente ocurre en la realidad, y esa realidad a menos que seamos estúpidos la conoce mejor que nosotros el directorio revolucionario. Seamos sensatos, nos estamos jugando la vida como pueblo, juntemos fuerzas, corazón y sapiencia con el Gobierno, porque nosotros como pueblo y gobierno revolucionarios somos la inmensa guaratara en los zapatos de los dueños del planeta.
Puede ser que a esta oligarquía le pase lo que le ha pasado a quienes se han metido con la revolución, como lo dijo el Comandante: que se seque, en este caso se suicide, y en el pueblo colombiano brille la luz y pueda construir su propio destino al lado nuestro, como hermanos.