Porque esta gente de la extrema izquierda hace bandera del laicismo y quiere imponer la independencia de la administración, del estado, de cualquier confesión religiosa, al menos a eso dicen aspirar. Y basándose en ese principio laicista que debe imperar en la sociedad no acuden a actos religiosos en representación de las instituciones que gobiernan. Hasta ahí bien, lo entiendo perfectamente aunque no lo comparto. Pero lo que no es lógico es la falta de coherencia y el dejar de acudir a los actos de una confesión y sí a los de otra. Porque eso ya no es laicismo, es otra cosa. Y eso es lo que hemos vivido estos días en La Tacita de Plata con su Alcalde, el anticapitalista y activista de Marea Verde. Pues el Kichi, tras ser elegido máximo responsable de Cádiz, anunció que no acudiría oficialmente a ninguna celebración religiosa, y así actuó, dejando de asistir a la procesión de la Patrona de la Ciudad, a la Procesión del Nazareno, a la Semana Santa, quedándose el palco de autoridades sin representación del equipo de gobierno, o a la procesión del Corpus Christi. Pero llegó el pasado miércoles y el Alcalde rompió con su actitud laicista y sí acudió a un acto religioso, a la celebración del fin del Ramadán, junto a la comunidad musulmana de Cádiz, unas 250 personas. Bueno, en realidad solo con hombres, pues las mujeres tienen vetado el acceso a este banquete. Y además lo hizo público en redes sociales, algo que es de agradecer, diciendo "Amar la diversidad como fortaleza democrática. Acompañando a la comunidad islámica en el fin del Ramadán", ahí queda eso.
Porque esta gente de la extrema izquierda hace bandera del laicismo y quiere imponer la independencia de la administración, del estado, de cualquier confesión religiosa, al menos a eso dicen aspirar. Y basándose en ese principio laicista que debe imperar en la sociedad no acuden a actos religiosos en representación de las instituciones que gobiernan. Hasta ahí bien, lo entiendo perfectamente aunque no lo comparto. Pero lo que no es lógico es la falta de coherencia y el dejar de acudir a los actos de una confesión y sí a los de otra. Porque eso ya no es laicismo, es otra cosa. Y eso es lo que hemos vivido estos días en La Tacita de Plata con su Alcalde, el anticapitalista y activista de Marea Verde. Pues el Kichi, tras ser elegido máximo responsable de Cádiz, anunció que no acudiría oficialmente a ninguna celebración religiosa, y así actuó, dejando de asistir a la procesión de la Patrona de la Ciudad, a la Procesión del Nazareno, a la Semana Santa, quedándose el palco de autoridades sin representación del equipo de gobierno, o a la procesión del Corpus Christi. Pero llegó el pasado miércoles y el Alcalde rompió con su actitud laicista y sí acudió a un acto religioso, a la celebración del fin del Ramadán, junto a la comunidad musulmana de Cádiz, unas 250 personas. Bueno, en realidad solo con hombres, pues las mujeres tienen vetado el acceso a este banquete. Y además lo hizo público en redes sociales, algo que es de agradecer, diciendo "Amar la diversidad como fortaleza democrática. Acompañando a la comunidad islámica en el fin del Ramadán", ahí queda eso.