Santiago Alba Rico defiende en “Carola Rackete y la defensa de la tradición”, artículo aparecido en Ctxt, Público, el pasado 1 de julio: “Carola Rackete, capitana del barco de la ONG alemana, ‘Sea Watch 3’, declaraba hace unos días: ‘He podido frecuentar tres universidades, soy blanca, alemana, nacida en un país rico y con el pasaporte adecuado. Cuando me di cuenta, sentí una necesidad moral: ayudar a quien no tenía las mismas oportunidades’. Rackete eligió libremente sus prójimos en el rostro de cuarenta náufragos desconocidos, al margen de sus respectivas ‘tribus’ y culturas. Es también la ética según Sócrates: decidió libremente aplicar el principio de que siempre es preferible sufrir una injusticia que cometerla. No nos confundamos: esto es una guerra de tradiciones y de conservadurismos; y la disputa de un sentido común en estado de ‘guerra civil’. No se puede abandonar el sentido común en manos de la ultraderecha porque la ultraderecha escogerá siempre, junto a bastidores tangibles compartidos, los peores materiales de desecho. Salvini, que exhibe sin cesar su superioridad europea y que no deja de reivindicar la ‘raíz judeo-cristiana’ de Europa, desprecia a Jesús y a Sócrates, los dos pilares de nuestra cultura. Lo mismo el provocativo Diego Fusaro, autor de algunos brillantes batiburrillos, cuya indecencia incomún ha llegado al extremo de justificar la detención de la capitana del Sea Watch con este tuit que copio a continuación y que era el móvil, en realidad, de esta larga reflexión: ‘Generación Erasmus, rasta en el pelo, odio al pueblo, nihilismo hedonista, neoprogresismo liberal, fucsia y arcoiris. Una juventud sin esperanza’. Cualquier palabra, en efecto, se puede asociar a cualquier significado; esto sí es postmodernidad neoliberal. ¡Nihilismo hedonista! ¡Ningún pueblo viejo y honrado permitiría que se dijera eso de sus héroes y de sus santos! En defensa de los fariseos y los levitas, de Cleon y Diodoto, contra el papa Francisco y la Europa democrática, Salvini y Fusaro –el mamporrero y el intelectual– arremeten contra esta joven europea valiente que ha reunido en un solo gesto todo aquello que los conservadores como yo queremos proteger: la opción preferencial por los otros, la defensa de los principios trabajosamente establecidos en nuestros marcos de Derecho, una tradición de 2.500 años que hoy vuelve a estar amenazada por los pre-cristianos y los pre-socráticos. No podemos entregar –no– el sentido común general a estos canallas”.
Sea Watch informó de la decisión del juez sobre la convalidación del arresto de Rackete, detenida el pasado sábado, tras atracar sin autorización en el puerto de Lampedusa para hacer desembarcar a los 40 migrantes que mantuvo a bordo durante 16 días. La marino alemana, de 31 años, en arresto domiciliario en Lampedusa, fue acusada de resistencia o violencia contra nave de guerra, así como por intento de naufragio al haber chocado contra una patrulla de la Guardia de Finanzas italiana durante la operación de atraque. La ONG informó de que el interrogatorio duró cerca de tres horas, con una pausa. Rackete partió el lunes por la mañana desde Lampedusa hacia el tribunal de Agrigento en una lancha de la Guardia de Finanza (la Policía de finanzas y de fronteras italiana) para someterse al interrogatorio ordenado por el fiscal jefe, Luigi Patronaggio, que comenzó a las 15.30, hora local. Su acusación se basaba en que “la capitana no actuó en estado de necesidad” por la situación de los migrantes a bordo y, por tanto, “no estaba obligada a entrar en el puerto, violando la orden de detenerse de la Guardia de Finanzas”. La capitana “colaboró” y, respecto a la lancha de la Guardia de Finanzas, dijo que nunca fue su intención chocar con ella y creía que se estaba moviendo para dejarle espacio. Según el fiscal, Rackete explicó durante el interrogatorio que tomó la decisión “sola” y que estaba esperando el acuerdo político, pero no llegaba y, al recibir el último parte médico en el que se le decía que la situación era insostenible, decidió entrar. La Fiscalía argumentó que, por la documentación que tenían y por la posterior visita médica a los migrantes, “las condiciones parecían buenas”. Mientras se producía el interrogatorio, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, a quien se debe la prohibición de que los barcos humanitarios lleguen a los puertos del país, pidió “penas severas para quien ha atentado contra la vida de militares italianos y ha ignorado repetidamente las leyes”. “De los otros países me espero silencio y respeto. En cualquier caso, estamos listos para expulsar a la rica y criminal alemana”, añadió en una nota enviada a los medios. Salvini se refería a las declaraciones de miembros de los gobiernos de Alemania, Francia y Luxembugo, que han criticado a Italia por querer “criminalizar el salvamento en el mar”. “Desde nuestro punto de vista, tras el procedimiento legal debido, solo puede producirse la liberación de Carola Rackete. Eso es lo que le volveré a dejar claro a Italia”, declaró en su cuenta de Twitter el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas.
La detención en Italia de la capitana del barco de rescate 'Sea Watch 3', la alemana Carola Rackete, provocó una ola de solidaridad en Alemania. El cómico, Jan Böhmermann y el presentador, Klaas Heufer-Umlauf, lanzaron inmediatamente una campaña en redes sociales pidiendo donaciones para sufragar los costes legales del proceso iniciado contra Carola y su tripulación. La campaña recaudó más de medio millón de euros en apenas unas horas para sufragar los gastos legales de la activista. “Con los últimos acontecimientos, esta política inhumana, despiadada y sin escrúpulos ha alcanzado un nuevo mínimo”, declaraba Böhmermann. También el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, se sumó el pasado domingo a las críticas a la detención, una postura generalizada en gran parte de la sociedad y los líderes políticos alemanes. Steinmeier afirmó en declaraciones a la televisión pública ZDF que, si bien la legislación italiana puede determinar cuándo un barco puede atracar en sus puertos, “Italia no es un país cualquiera. Italia está en el centro de la Unión Europea y por tanto podemos esperar que un país como Italia maneje el caso de una manera distinta”. Las críticas de Steinmeier por la detención de Rackete se unieron a las ya realizadas por el ministro de Exteriores, Heiko Maas, quien escribió en su cuenta de Twitter que “no se debe criminalizar el salvamento marítimo. Corresponde a la justicia italiana aclarar rápidamente las acusaciones”. El líder de Los Verdes, Robert Habeck, afirmó en declaraciones al medio digital Redaktionsnetzwerk Deutschland que “el verdadero escándalo es ahogarse en el Mediterráneo, la falta de mecanismos legales para los inmigrantes y la ausencia de un mecanismo de distribución europeo”. Por su parte, la eurodiputada de La Izquierda, Özlem Demirel, argumentó que “Carola Rackete no debe estar entre rejas, sino que merece una medalla de reconocimiento por su coraje y humanidad”. También el presidente ejecutivo de Siemens, Joe Kaeser, se pronunció en Twitter a favor de la capitana: “Las personas que salvan vidas no deberían ser arrestadas. Por el contrario, las personas que matan, que siembran y promueven el odio y el sufrimiento, sí”. Kaeser es conocido por ser uno de los pocos altos directivos empresariales que comentan la actualidad política.
La detención de Carola Rackete, ordenada por Matteo Salvini, marcará un antes y un después en la dimensión sociopolítica italiana y a nivel comunitario. El acto de desobediencia civil de Carola Rackete representó una necesaria violación de las fronteras, tras la negativa de Italia y el silencio cómplice de la UE. Hace un año, Salvini dio la orden de cerrar los puertos para el barco Aquarius. Fue el primer acto significativo del gobierno de coalición de Liga y Movimiento 5 Estrellas. Y la primera medida ejecutiva que hizo estallar esa división social, hasta ese punto, solo teórica. Poco más de un año desde la puesta en marcha de la primera medida anti-inmigración tomada por Matteo Salvini desde el Viminale (sede del Ministerio de Interior), el 15 de este mes entra oficialmente en vigor el “decreto de seguridad bis” –que castiga con mayor vehemencia los sujetos que favorecen la inmigración ilegal vía mar a través de fuertes sanciones pecuniarias y hasta la confisca del mismo barco–. Alessandro Faggiano recuerda en Cuartopoder lo sucedido: “Pocos días antes la Sea Watch 3, capitaneada por la alemana Carola Rackete, rescataba a más de cuarenta migrantes cerca de las costas libias y ponía rumbo a Lampedusa. Salvini, como el año pasado, vetó la entrada en aguas territoriales italianas. Tras dos semanas de navegación bordeando las aguas nacionales, Carola Rackete decidió infringir la ley y dirigirse al puerto de Lampedusa. Después de 17 días, en plena noche, la capitana alemana conseguía llegar al puerto de la pequeña isla siciliana, contraviniendo las órdenes de los cuerpos policiales y hasta chocando con un barco de la guardia de finanza. La odisea terminaba con la detención de Carola Rackete, las facciones de los ‘pro’ y ‘contra’ a manifestar su postura bajo la luna siciliana y un número incuantificable de cámaras televisivas, grabando un momento histórico para Italia y Europa entera. Estos acontecimientos marcarán indudablemente un antes y un después no sólo en la dimensión sociopolítica italiana, sino también en el nivel comunitario. Mientras Carola Rackete sigue bajo arresto preventivo, los líderes europeos intentan llegar a acuerdos sobre los nuevos vértices de las instituciones comunitaria (en primer lugar, la presidencia de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo). Es indudable que el tema migratorio saldrá en la agenda aun con más fuerza a partir de hoy, con la conformación del nuevo Parlamento Europeo. Actualmente, no hay ningún tema que polarice tanto como la gestión de las fronteras. La grandísima mayoría de los europeos tiene una visión muy definida del fenómeno migratorio y es el asunto más politizable y capitalizable (a diferencia, por ejemplo, de los asuntos fiscales y económicos, que mantienen mayor neutralidad debido a su componente más técnico)”.
Alessandro Faggiano insiste en que los insultos feroces dirigidos a Carola Rackete, tras atracar en el puerto de Lampedusa, contienen todos esos rasgos distintivos de la esencia de las nuevas derechas: una ideología fundamentada en el racismo, el machismo y el justicialismo. “Es el triunfo de una legalidad desigual, violenta e injusta, a costa de la justicia social. La capitana Rackete ha llegado a ser el epicentro de la política italiana, idealizada por los dos bandos como heroína (desde la izquierda) y villana (desde la derecha). La entelequia conservadora y reaccionaria ha señalado a la capitana del ‘Sea Watch 3’ como nuevo enemigo público número uno. El primer autor de la demonización de Carola Rackete ha sido el mismo Matteo Salvini, definiéndola como una chica mimada burguesa, aburrida, ‘que hace política a costa de pobres migrantes’. Bastante paradójico, si pensamos que el ministro del Interior italiano ha basado toda su comunicación y práctica política en la demonización de los migrantes irregulares. En primera línea, junto a Salvini, hay una plétora de exponentes de la sociedad civil o intelectuales muy conocidos que han lanzado el ataque al unísono. El filósofo Diego Fusaro –que cuenta con centenas de miles de seguidores y es un habitual de los platós televisivos más importantes de Italia– sostiene de manera convencida que las ONG’s están al servicio del ‘turbocapitalismo’ impulsado por George Soros (personaje central en cualquier complot que proceda del bando conservador). Las ONG serían así el medio para introducir manos de obra barata en el país, romper los lazos de solidaridad entre las capas bajas y medio-bajas de la sociedad y, finalmente, diluir los elementos identitarios para favorecer un ‘globalismo sin fronteras’. No podían faltar tampoco las referencias al peinado de la capitana, otro símbolo de inconformidad y des-orden: inaceptable e indigno para esa visión de sociedad impulsada por los representantes de la nueva derecha. Por estas razones, ni la joven Greta ‘consiguió’ aglutinar tanto a los reaccionarios y conservadores, en cuanto el ecologismo no tiene una relación inmediata y directa con una determinada ideología. Sin embargo, la recuperación del Estado-Nación, el cierre de las fronteras, el enaltecimiento de la identidad nacional y la deshumanización del otro, sí son elementos distintivos e imprescindibles de todas las nuevas fuerzas reaccionarias. El mismo machismo subyacente y ni disimulado (al contrario, señalado con orgullo), unido a una sana dosis de conformismo y de nostalgia de otros tiempos, completan el cuadro”.
La ONG Salvamento Marítimo Humanitario asegura que no comprende “el giro” de Pedro Sánchez: tras “invocar los derechos humanos” en el caso del Aquarius, ahora está siguiendo “la misma política que Salvini”. Los responsables del Aita Mari emprenderán acciones legales contra las instituciones y funcionarios que entienden que están actuando contra la ley por impedir que este buque participe “en operaciones de rescate de personas en riesgo de muerte en el Mediterráneo”. El presidente de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), Íñigo Mijangos, ha decidido “luchar” para que se levante la prohibición que le impide participar en labores de rescate humanitario. Mijangos explicó a los periodistas que no tienen intención de saltarse la prohibición porque, entre otras razones, se enfrentan a sanciones que pueden llegar hasta 1.200.000 euros por una falta grave de seguridad en la navegación. Ha explicado que han presentado las alegaciones que les corresponden, pues entienden que es “ilegal” que la Dirección General de la Marina Mercante les esté reclamando una serie de certificados, como el de pasaje. “Pelearemos durante este mes para conseguir un despacho limpio, sin esas restricciones y, si no lo conseguimos, volveremos a hacer ayuda humanitaria en las islas, pero nuestro interés no está desobedecer las instrucciones de la Dirección General porque, entre otras cosas, tampoco podríamos enfrentar una sanción de ese tipo, sería inviable para nosotros”. Y ha hecho un llamamiento a los ciudadanos que quieran apoyar la denuncia judicial para que participen en un crowdfunding que están llevando a cabo para costearla. El presidente de SMH ha regresado a Pasaia, ya que necesita algunas mejoras y reparaciones y que, al no haber encontrado talleres en las islas griegas que se las resolvieran “con garantías”, han optado por volver al puerto base para realizarlas durante el mes de descanso de la tripulación. Mijangos ha asegurado que no comprenden “el giro” del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez que, tras “invocar los derechos humanos y una obligación moral del atender a las personas” en el caso del Aquarius, ahora está siguiendo “la misma política que Salvini”. “Más maquillada, más matizada, pero al final los efectos son los mismos, vaciar de barcos de rescate [el Mediterráneo] con ese mensaje falso de que es un efecto llamada. Y lo vemos porque siguen saliendo los botes, buscan nuevas vías, se está abriendo la vía de Canarias, otra vez volviendo a salir los cayucos a la mar”.
Y, mientras el “Sea Watch” desembarcaba en Lampedusa, el Proactiva Open Arms soltaba amarras adentrándose en el Mediterráneo a pesar de la prohibición del Ejecutivo español. Hacía más de seis meses que no surcaba el mar, bloqueado en el puerto de Barcelona. “No aguantamos más –anunció Óscar Camps, director de la ONG catalana–, nos vamos. Antes presos que cómplices”. Tras este mensaje, el buque había recibido varias cartas en las que el Director General recordaba que “no se podrán realizar operaciones de búsqueda y salvamento, en tanto no se cuente con la conformidad de la autoridad responsable de la región de búsqueda y salvamento (zona SAR) donde se navegue, y siempre bajo la coordinación de dicha autoridad”. Según les comunicaba el Director General en el documento, “los incumplimientos (…) que se deriven del contenido de esta comunicación constituirán infracciones contra la seguridad marítima o la ordenación del tráfico marítimo”, que podrían suponer cada una de ellas “multas de hasta 901.000 euros o 300.000 euros, respectivamente”.
Leticia Cabo, la médica del buque humanitario no teme las consecuencias de un posible rescate. “Lo que temo realmente es que no se rescate a la gente que lo necesita”. Lo mismo que defiende Ricardo Gatti, jefe de la misión. “No me da miedo lo que pueda suceder si se rescata. Sabemos que sí podría pasar algo, incluso multarnos. Pero luego se podría recurrir y que la multa no tuviese efecto. No soy experto pero el derecho marítimo, las convenciones internacionales son las que mandan. De hecho, son las que hasta ahora han amparado el trabajo que hemos hecho. Sabemos que las represalias de los Gobiernos y los abusos institucionalizados siguen adelante desde hace años. Ya nos han parado el barco sin motivación alguna. Cuando se trata de proteger los derechos de las personas, poco límite hay. Esther Camps, socorrista y patrona de una de las lanchas rápidas, coincide con él: “El mundo se ha vuelto loco. ¿Cómo te pueden prohibir rescatar? Tarde o temprano esto tiene que explotar, no puede ser que nos estén impidiendo salvar vidas. Paciencia y fuerza para seguir”. Desde el primer cierre de puertos al buque Aquarius, el 10 de junio de 2018, al menos 1.151 personas han muerto en su intento de atravesar el Mediterráneo central. El barco continúa avanzando poco a poco por el Canal de Sicilia a unos cinco nudos, navegando en dirección a Lampedusa. “Allí estaremos –indica Gatti–, en una zona donde muchas veces hay embarcaciones que necesitan ser rescatadas, donde podremos observar lo que está ocurriendo en el Mediterráneo y denunciaremos, si vemos violación de derechos de las personas que se juegan la vida en el mar”.
El jefe de máquinas, Francesc Llambrich, lo ilustra con pocas palabras a Olmo Calvo, en Eldiario.es: “Si tú vas por la carretera y ves a un tío que tiene un accidente, vas a parar. Si vas por la mar y encuentras un tío que lo necesita, lo rescatarás”. A continuación, se pone unos cascos para amortiguar el ruido del motor y baja las escaleras que llevan a la sala de máquinas. “En el Mediterráneo central –sentencia Calvo– está habiendo un genocidio, son muertes que se podrían evitar y no se están evitando”.
La Fiscalía de la ciudad siciliana de Agrigento abrió el viernes, 28 de junio, una investigación contra Carola Rackete, la capitana por presunta colaboración con el tráfico de personas, una acusación que ha pesado en los últimos meses sobre otros activistas que defienden los derechos de los migrantes. Entre los riesgos a los que se enfrenta por no respetar el alto de las autoridades italianas, en primer lugar, se encuentra una sanción administrativa que va 10.000 a 50.000, recogidas en un decreto ley aprobado recientemente por el Gobierno italiano que le permite “restringir o prohibir” la entrada en aguas territoriales a los barcos de las ONG “por razones de orden y seguridad pública”. Más de 3.600 personas firmaron una petición para reclamar la puesta en libertad de la capitana del barco humanitario que el sábado, 29 de junio, arrestada “por irrumpir sin permiso en el puerto de la isla italiana de Lampedusa tras el rescate de más de 40 migrantes que se encontraban a la deriva en el mar Mediterráneo y que estaban a la espera de la asignación de un puerto seguro donde desembarcar”. La iniciativa fue impulsada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), reclamando que Rackete quedase en libertad sin cargos y que “nunca más nadie sea detenido por salvar vidas”. Desde CEAR se señala que el “Sea Watch 3” llevaba más de dos semanas esperando un puerto seguro en Lampedusa, “una situación insostenible e inhumana que se vio agravada en las últimas horas con la evacuación de urgencia” de varias personas a bordo por cuestiones de salud.
El pasado martes, 2 de julio, Carola Rackete, era puesta en libertad después de ser arrestada en Italia por llevar sin permiso a 40 inmigrantes que había salvado en el puerto italiano de Lampedusa (sur). Una decisión de la Justicia italiana suscitó inmediatamente la ira del ministro del Interior, Matteo Salvini, autor de la política de puertos cerrados a las naves de las ONG, que no se cansó de amenazar a la activista con la cárcel. De hecho, fue arrestada en la madrugada del sábado y el martes la jueza de Agrigento, Alessandra Vella, no convalidaba la detención y rechazaba ese delito, justificando que la activista actuó cumpliendo “un deber”, el de salvar vidas en el mar. La activista fue entonces arrestada y, durante el interrogatorio, aseguró que entró por necesidad, ya que la situación que se vivía a bordo era insostenible y que en ningún caso quiso chocar con el barco de la Guardia de Finanza. El Ministerio del Interior ya había detallado que Rackete sería expulsada de Italia acompañándola a la frontera, una medida que aún debe ser aprobada por las autoridades judiciales y que no podrá ser ejecutada antes del 9 de julio, fecha en la que la activista tiene que someterse a un interrogatorio por la investigación que le mantienen abierta por el delito de favorecer la inmigración irregular. Y, pese al afán de Salvini de desterrar a las organizaciones humanitarias del Mediterráneo, éstas perseveran en su misión de salvar vidas.
Héctor Juanatey
relata en Público del pasado miércoles cómo el fundador de la ONG Proactiva Open Arms está embarcado en el buque Open Arms en el Mediterráneo Central, horas después de que la Justicia italiana liberase a Carola Rackete, la capitana del “Sea Watch 3”. “Seis meses bloqueados. No aguantamos más. Levamos anclas y nos vamos. Antes presos que cómplices”. Una semana después de escribir esto en su cuenta de Twitter, el fundador de la ONG Proactiva Open Arms, Óscar Camps, se encuentra a bordo del buque Open Arms en algún punto del Mediterráneo Central entre la costa maltesa y la libia. Contactamos con él vía telefónica a través de Whatsapp, apenas unas horas después de que la justicia italiana liberase a Carola Rackete, la capitana del barco ‘Sea Watch 3’, arrestada por orden del Gobierno de Italia tras entrar en Lampedusa con 40 migrantes a bordo. Según la jueza de Agrigento, Alessandra Vella, lo único que hizo Rackete es cumplir el ‘deber de salvar vidas. El Open Arms, que acababa de prestar ayuda humanitaria en Grecia para los campamentos de refugiados, estaba en Nápoles, realizando tareas de sensibilización, cuando el ‘Sea Watch 3’ atracó en el puerto de Lampedusa. Con la Operación Sophía y las labores de FRONTEX sin efectivos, y con Rackete detenida, Camps y su equipo de Proactiva Open Arms no dudaron: debían volver al Mediterráneo Central a pesar de que el Gobierno español les prohibiera en enero retomar sus acciones de vigilancia y observación en la zona más mortífera del piélago.El Gobierno español ha advertido al buque humanitario Open Arms que, si retoma los rescates de migrantes que están a la deriva en el mar Mediterráneo, puede ser sancionado con multas de hasta 901.000 euros. Asimismo, le ha avisado de que podrá ordenar su regreso a puerto español “para hacer efectiva” su paralización en el caso en que acometa operaciones de búsqueda y salvamento sin tener autorización. Así se refleja en una carta remitida el pasado 27 de junio al capitán del barco, facilitada a Europa Press, y que está firmada por Benito Núñez Quintanilla, el director general de la Marina Mercante, organismo dependiente del Ministerio de Fomento. En la misiva, la Marina Mercante avisa al barco de las “infracciones” que implica su “pretensión de retomar rescates”, después de que la ONG decidiera poner rumbo de nuevo al Mediterráneo central para rescatar a personas a la deriva, a pesar de que solo cuenta con la autorización de proporcionar ayuda humanitaria. El buque, de bandera española, no tiene permitido navegar ni realizar búsquedas activas en la zona SAR de salvamento y rescate del Mediterráneo central. Así se lo recuerda el Gobierno al capitán del Open Arms en la comunicación enviada, en la que también precisa que “las operaciones de salvamento que sean de carácter espontáneo u ocasional con motivo de la navegación normal del buque” estarán sujetas al cumplimiento de la normativa sobre salvamento marítimo. Es decir, si el barco durante su trayecto encuentra a personas “en peligro” en el mar, deberá asistirlas. En dicha carta, la Marina Mercante advierte al buque de que “le podrá ser ordenado su regreso a puerto español para hacer efectiva la paralización” en el caso de que persista en la conducta “de acometer operaciones de búsqueda y salvamento sin dar cumplimiento a lo exigido normativamente”. Asimismo, avisa de que los incumplimientos “constituirán infracciones contra la seguridad marítima o la ordenación del tráfico marítimo”, que pueden sancionarse “cada una de ellas con multas de hasta 901.000 euros o 300.000 euros, respectivamente”, con arreglo al texto refundido de la Ley de Puestos del Estado y la Marina Mercante. Son multas muchísimo más altas que las de Italia”. Además, la Marina Mercante advierte al capitán de que si comete infracciones “graves o muy graves contra la seguridad marítima” se podrá declarar la suspensión del título profesional español.
En una rueda de prensa celebrada en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Anabel Montes, la jefa de misión de Proactiva Open Arms, denunció que el Gobierno español “no solo da la espalda” a las ONG de salvamento de migrantes que están a la deriva en el mar, sino que las “amenaza” con multas. “El Gobierno de España está poniendo precio a la vida de estas personas, y esto no va a hacer que paremos”, sentenció. “Si tenemos que decidir entre ser cómplices de asesinato de personas o multas, nuestra decisión es muy clara (...) Preferimos ser presos antes que cómplices y no nos van a parar”, incidió. Para Montes, “es indiferente” la cuantía de la multa que imponga España por realizar una “búsqueda activa” de personas a la deriva en la zona de salvamento y rescate del Mediterráneo central, aunque ha recalcado que las penas económicas son “muchísimo” más elevadas que las de Italia. “Lo que implica es que se pone precio a un número de vidas”, lamentó.
Fotomontajes e imágenes sorprendentes de esta última semana:El nuevo Guernika.
La capitana, por María Paula Ratti
Retomar el callejero franquista es primera medida del Trifachito en el Ayuntamiento de Córdoba.
Lansacfilms. ¿Quién se entiende con quién?
¡Ya está aquí la Inquisición Española!
¡Alehop!
Esquerra Republicana ha pedido explicaciones al Ministerio de Hacienda por la adquisición de un vehículo blindado valorado en casi medio millón de euros destinado a prestar servicio en el Palacio de la Zarzuela y pregunta por qué esa compra no se carga al presupuesto de la Casa del Rey. El Ministerio de Hacienda habría sacado una nueva licitación por un importe de hasta 454.000 euros para comprar un “vehículo blindado de alta representación” con destino a la Familia Real, y ERC ha mostrado su sorpresa por el hecho de que esa adquisición no se haya cargado al presupuesto de la Casa del Rey.
Gabriel Rufián, pide saber “¿por qué realiza el Ministerio de Hacienda ese gasto y no la Casa Real?”. El dirigente de ERC quiere saber también de quién partió la iniciativa de comprar ese vehículo blindado y pregunta al Gobierno si considera que el precio de 454.000 euros está realmente justificado. ¿Por qué el Gobierno le compró al Rey ese coche en secreto?Dolores Sampol. Puente colgante, región de Arunachal Pradesh en la India (autor desconocido)
Francisco Suriña Rallo.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, B. Vergara, Eneko, Manel F. Pat, Mora, Atxe...
El oxímoron de Ciudadanos
No es centro, es ultra.
Huelga en Telepizza.
El guardián.
Pep Roig, desde Mallorca: La espera desesperada, Se vende, se copra… Vaya tropa, Zona de cambalaches, ¡Vaya tropa!, ¿No hay? ¿No quieren? ¿No les quieren?, Carroñería, Malvadismo, Partido politicodisimuladista del centroextremaderecha, La lección de Gobierno Balear…
Los vídeos de esta semana:
El "Sea Watch" desembarca en Lampedusa sin permiso y su capitana es detenida
Publicado el 4 julio del 2019Polònia, especial musicals