CAVAR
Entre el índice y el pulgardescansa la pluma gruesa, grata como un revólver.
Bajo mi ventana, el claro rasparde la pala que se hunde en tierra arenisca:mi padre, que cava. Observo desde arribael esfuerzo de su trasero entre las plantas;se dobla, y se yergue veinte años antes,agachándose rítmicamente entre hileras de patatasdonde cavaba.
La bota gruesa descansaba en la pala, era palancael mango apoyado con firmeza en la rodilla.Arrancaba brotes fuertes, hincaba la hoja brillante,esparcía patatas nuevas que nosotros recogíamos,gozando de su dureza fría en nuestras manos.
¡Señor, cómo manejaba la pala el viejo!Igual que su padre.
Mi abuelo cortaba más turba en un díaque nadie en la turbera de Toner.Una vez le llevé leche en una botellacon un torpe tapón de papel. Se enderezópara beberla, y volvió en seguida a la tareade cortar y cercenar con primor, arrojando terronespor encima del hombro, ahondando más y mejora la busca de la turba buena. Cavando.
Se despierta en mí el olor frío a mantillo,el chapoteo de carbón empapado, los bruscos cortesde la hoja que atraviesa raíces vivas.Pero yo no tengo una pala con la que seguira hombres como ellos.
Entre el índice y el pulgardescansa la gruesa pluma:cavaré con ella.
Seamus Heaney.
Traducción de Brian Hughes y Esteban Pujals Gesalí.