No hay excusas, Sebastian Vettel es de nuevo campeón del mundo por segunda vez consecutiva. No hay que echar como la el año pasado la culpa a la mala acción del jefe de pista de Ferrari que le regaló el título al piloto de RedBull. Este año, pole a pole, carrera a carrera, Sebastian Vettel ha demostrado tener el mejor coche y ser el mejor piloto. Ni un error, si descontamos aquella salida de curva para que ganara Button.
Las malas lenguas dicen que es el ojo derecho del jefe y que ni siquiera Mark Webber lleva el mismo motor, incluso los mas atrevidos incluyen las aerodinámicas.
La carrera la ha ganado Button, seguido de Fernando Alonso, que ha hecho una carrera extraordinaria. Lastima ese Ferrari, que tiene con los neumáticos duros la misma punta de velocidad que el autobús que va a mi barrio.