[Sección Literatura] El drama de las lecturas obligatorias.
Vanesa Medina 29 agosto, 2013 0
Escrito por Eleazar Herrera
En una gran clase de la universidad, el profesor de literatura universal realiza una encuesta a sus alumnos: “Que levante la mano quien haya disfrutado todas sus lecturas obligatorias de secundaria”. De veinticuatro, solo fueron tres afortunados. Y lo cierto es que habían levantado la mano con timidez, a sabiendas de que es un fenómeno casi paranormal. El profesor prosiguió: “¿Y cuántos disfrutasteis la mitad de las lecturas?” El número de manos alzadas aumentó, pero la cifra se disparó realmente cuando surgió el sector que guardaba recuerdos malísimos acerca de sus lecturas obligatorias. Muy pícaro, preguntó finalmente: “Y al menos dos tercios de esos libros eran clásicos, ¿verdad?” Asintieron.
Este experimento no es real, pero podría haberlo sido porque los datos sí son veraces. No hay más que echar un vistazo a los hilos de los foros literarios para comprobar que, efectivamente, los jóvenes no están del todo preparados para leer a Don Quijote de la Mancha. Y que no se ofendan los lectores, que no estoy infravalorándoles. Encamino esta columna hacia otros lares: para disfrutar de un clásico en todas sus dimensiones es necesario adquirir un bagaje cultural que solo se consigue de dos formas: creciendo y leyendo mucho.
Es por esto que no deberíamos dar al alumno medio, que por norma general no está familiarizado con la literatura, un clásico como Fuenteovejuna. Ni se va a sentir identificado ni volverá a abrir un libro con ilusión. Los profesores pretenden que a través de la obligación y probablemente tras un examen, sus alumnos mejoren su capacidad de síntesis, aprendan nuevo vocabulario (del siglo XX, súper útil), sepan sobreponerse a una tarea en principio desagradable y, en última instancia, que lean por diversión. Sí, claro. Luego normal que haya webs tipo el Rincón del Vago con resúmenes por capítulos, colección de personajes y hasta exámenes de otros años. Eso denota una gran satisfacción, desde luego. Y en la otra cara de la moneda encontramos ávidos lectores que a menudo son tachados de empollones y demás estupideces por leer libros… voluntariamente.
Entre mis lecturas obligatorias preferidas se encuentran: la Trilogía de la Niebla, El retrato de Dorian Grey (una adaptación muy completa) y Las Lágrimas de Shiva. Aunque lo mejor fue en último año, cuando el profesor nos dijo que trajéramos cualquier libro mientras nos gustara. Curiosamente, fue la única hora de silencio completo en toda la semana.
Una cosa está clara: lo primero es disfrutar leyendo. La sabiduría ya llegará.