[Sección Literatura] Reseña: “El túnel” (Ernesto Sabato)

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[Sección Literatura] Reseña: “El túnel” (Ernesto Sabato)

Cristina Durán Agulló 26 agosto, 2013 0 [Sección Literatura] Reseña: “El túnel” (Ernesto Sabato)

El narrador y protagonista de la historia nos sumerge en su enfermizo mundo con una frase tajante: “Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne”. Tras un tiempo indeterminado entre rejas, tanto en el sentido literal como metafórico de la palabra, Castel decide relatar las circunstancias que le llevaron a asesinar a la única persona que alguna vez entendió su pintura. Unas circunstancias más subjetivas que reales, pues entre ellas no sólo figuran los hechos, sino también los pensamientos, sueños, paranoias e intuiciones de un hombre solitario que aún pretende encontrar la perfección aunque sólo sea capaz de ver la parte más siniestra de la humanidad.

La novela mezcla los géneros psicológico y criminal. Efectivamente, relata la historia de un asesinato pero con la peculiaridad de que la identidad del asesino se conoce desde la primera frase. Lo importante no es el desenlace sino todo lo que lleva hasta él. Las motivaciones y acciones del personaje hacen avanzar la historia atropelladamente; no hay un orden lógico ni demasiadas explicaciones racionales porque las motivaciones del asesino no son ni una cosa ni la otra. El tiempo no viene marcado por el calendario ni las agujas de un reloj, sino por esa sensación verdaderamente humana del paso del tiempo:

“No sé cuánto tiempo pasó en los relojes, de ese tiempo anónimo y universal de los relojes, que es ajeno a nuestros sentimientos, a nuestros destinos, a la formación o derrumbe de un amor, a la espera de una muerte”.

Juan Pablo Castel es un ser solitario que proyecta todas sus insatisfacciones sobre una muchacha llamada María, cree encontrar algo especial y maravilloso en esa chica que se convierte en un enigma imposible de resolver. Pero al aferrarse a esa especie de esperanza se olvida de que ella también es un ser de carne y hueso, con sus propias contradicciones y demonios.

El túnel fue la obra con la que el argentino Ernesto Sabato se ganó el reconocimiento en el panorama literario internacional, y hoy es considerada una de las grandes novelas de habla hispana del siglo XX. Se enmarca dentro de la corriente existencialista, según la cual, el ser humano no está determinado por nada más allá de su propia existencia. Es libre y, por tanto, responsable de sus propios actos. El existencialismo se convierte en la corriente predominante en Europa tras las guerras mundiales. El ser humano se ha pasado todo el siglo XX tratando de destruirse a sí mismo y las consecuencias de la barbarie impregnan de pesimismo el proyecto ilustrado del hombre moderno. Este también es el contexto en que Ernesto Sabato escribe El Túnel, una obra en la que ese clima pesimista transluce de manera evidente. Habla de la incomunicación y la soledad del ser humano, de la falta de empatía y de la frivolidad en que se asientan las relaciones sociales en el nuevo mundo. Según el propio narrador de esta historia:

“Que el mundo es horrible, es una verdad que no necesita demostración. Bastaría un hecho para probarlo, en todo caso: en un campo de concentración un ex pianista se quejó de hambre y entonces lo obligaron a comerse una rata, pero viva”.

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