Autor: Ken Bruen
Género: Thriller
Editorial: Pámies
Páginas: 253
Precio: 17’95
Me decidí a leer este libro cuando vi el trailer de su adaptación en el cine. Fue todo un acierto animarme a hacerlo, porque quedé muy sorprendida con la historia y con la forma de narrar de Ken Bruen. Eso sí, tengo que decir que su adaptación es de las peores que he visto en mucho tiempo. Suprimen personajes de la novela, moldean otros a su antojo… Si la película no os gustó, dadle una oportunidad al libro, porque merece la pena.
En un principio parece una historia sencilla, al centrarse en unos días de la vida del protagonista y estar contada por él. No creía que fuese a dar mucho de sí. Pero la verdad es que la forma de narrar del autor ha hecho que esté enganchada en todo momento. Y el culpable no es otro que su protagonista: Mitch.
Bruen ha sabido dotarlo de una personalidad y un realismo que hacen que al momento ya estés conectada a él; compartiendo sentimientos y pensamientos. Me ha sorprendido la facilidad con la que lo logra. En la narración incorpora muchos diálogos que facilitan esta conexión con el personaje y nos ayudan a conocer a todos los demás.
Es una historia llena de intrigas, con bastantes momentos de tensión, donde conocemos a Mitch en el momento en que sale de la cárcel con la intención de llevar una vida “normal”. Aunque al encontrarse con sus antiguas amistades, eso le va a resultar muy difícil; sobre todo porque él mismo tiene la certeza de que nunca conseguirá la vida que desea.
Su vida da un giro cuando encuentra un trabajo de “manitas” en la mansión de una actriz retirada y en decadencia. Una mujer que se encapricha con él, Lillian, y que le traerá más problemas de los que puede imaginar. Además, para complicar sus buenas intenciones, un prestamista muy importante está interesado en contar con sus servicios…
En estas circunstancias se encuentra nuestro protagonista, entre el poder de la clase alta y el poder de las bandas que controlan la ciudad. El dinero fácil es tentador y él tendrá que decidir que camino desea tomar: ser un trabajador honrado o retomar su antiguo “trabajo”.
El punto fuerte de la historia, como os digo, es Mitch: tiene una peculiar forma de ver la vida, es amante de las novelas policíacas y siente adoración por su hermana. Ésta le da un punto de locura a la historia que la hace muy divertida. Pero no son los únicos personajes de importancia en la historia: Jordan, el mayordomo de Lillian, tiene la presencia justa en la novela, pero será una pieza clave en las decisiones que tomará Mitch. Me ha parecido un personaje perfecto. Y Billy, el mejor amigo de Mitch, también tendrá mucho que ver en los problemas que le van surgiendo para poder encauzar su vida.
Y, en medio de todo este “circo”, aparece una chica. Quizá la única que podría conseguir que encuentre la felicidad que él tanto desea.
¿Logrará ella cambiar algo? ¿Decidirá Mitch dejar atrás su pasado por ella o preferirá una vida lujosa junto a Lillian? O puede ser que decida volver a las andadas… Deberéis leerlo para averiguarlo.
Sólo puedo deciros que es una historia que atrapa por su sencillez y cercanía, con muchos momentos de acción e intrigas; giros en la historia que han llegado a sorprenderme y un final que me dejó conteniendo la respiración. En poco más de 250 páginas, el autor consigue crear una espiral de sensaciones que no dejan indiferente y unos personajes muy bien desarrollados. Pero, sobre todo, un personaje principal que te absorbe y te atrapa en la historia.