S.E.C.R.E.T. (L. Marie Adeline)

Publicado el 08 marzo 2013 por Montse @almaprendida

Datos técnicosTítulo: S.E.C.R.E.T.Autor: L. Marie AdelineEditorial: Planeta. Colección: Planeta InternacionalPrimera edición: Febrero de 2.013
SinopsisCassie es una joven viuda que es introducida en una sociedad underground donde las mujeres pueden llevar a cabo sus fantasías sexuales. S.E.C.R.E.T es el club donde las ponen en práctica. Sin juzgar. Sin vergüenza. Sin límites. De una forma Segura, Erótica, Convincente, Romántica, Eufórica y Transformadora. El principio es sencillo: una vez que se acepta entrar en la organización, cada mujer debe seleccionar las diez fantasías eróticas que quiere vivir.
Cada capítulo cuenta una fantasía sexual de la protagonista.
Por cada una de las fantasías cumplidas, la participante recibe un abalorio para colgar en su pulsera como prueba superada.

AutorTras el seudónimo L. Marie Adeline está la conocida periodista, escritora y productora canadiense Lisa Gabriel.
ArgumentoCassie es una camarera de 35 años, viuda de un alcohólico que la maltrataba y del que previamente se había separado, cuya vida ha quedado marcada por esa relación de quince años. Scott fue su primer y único hombre.Su día a día es siempre la misma rutina y su existencia de lo más anodino: de casa al trabajo, de vuelta a casa, leer y dormir, otra vez al trabajo, y así cada día.Ha perdido su autoestima y durante su jornada laboral se dedica a fantasear con la vida de las personas que entran en la cafetería. Una pareja le llama la atención especialmente: ella nunca ha sentido ese amor que parecen emanar esas dos personas.Un día, la mujer se deja olvidada una libretita y Cassie no puede aguantar la curiosidad y la lee. A partir de ahí su vida dará un giro de 180º cuando entre en escena Matilda y le hable de la existencia del grupo S.E.C.R.E.T., que se encarga de ayudar a las mujeres a liberar su cuerpo sexualmente.¿Se atreverá Cassie a entrar en el grupo? ¿Y a completar los diez pasos de los que consta el desafío?.
  • Las camareras saben interpretar muy bien el lenguaje corporal. También las mujeres que han vivido bajo el mismo techo con maridos malhumorados y borrachos. Yo había sido ambas cosas: mujer de uno de esos hombres durante catorce años y camarera durante casi cuatro. Parte de mi trabajo consistía en saber lo que querían los clientes, a veces incluso antes de que ellos mismos lo supieran. También podía hacerlo con mi marido: presentía lo que quería en el preciso instante en que entraba por la puerta. Sin embargo, cuando intentaba utilizar conmigo misma esa capacidad y anticiparme a mis propias necesidades, no lo conseguía. 
  • Me agaché y recogí una libreta pequeña de color burdeos. Parecía gastada. La encuadernación tenía la suavidad de la piel. En la portada destacaban las iniciales P. D. repujadas en oro, el mismo que bordeaba las hojas. La abrí con cuidado por la primera página, buscando la dirección o el teléfono de Pauline, y accidentalmente vislumbré una muestra de su contenido: «... su boca sobre mi piel... nunca me había sentido tan viva... me atravesó como un hierro candente... me invadía en oleadas, como un remolino... me hizo inclinar sobre la...».
  • Después me dio una tarjeta de visita con su nombre. —Si tienes alguna pregunta sobre lo que leíste en la libreta, puedes llamarme. Lo digo de verdad. Por lo demás, nunca más volveré a este sitio. Ni tampoco Pauline. Aquí tienes la manera de encontrarme. De día o de noche. —Ah. De acuerdo —repuse, sujetando cautelosamente la tarjeta, como si fuera radiactiva. Tenía su nombre, «Matilda Greene», y su número de teléfono. Al dorso había unas siglas, «S.E.C.R.E.T.», y tres frases: «Sin prejuicios. Sin límites. Sin vergüenza.» Le pregunté—: ¿Qué eres? ¿Una especie de terapeuta? —Podríamos llamarlo así. Trabajo con mujeres que han llegado a una encrucijada en la vida. Habitualmente, la crisis de los cuarenta. Pero no siempre.

Opinión personalAunque conocía este libro y había leído que era diferente a todos los que se estaban escribiendo de este género, no fue hasta que Xula por Twitter dijo que se lo había leído en un momento y que le había gustado mucho cuando decidí darle una oportunidad.Posiblemente si Laky no hubiese organizado la quincena erótico-festiva no lo hubiese hecho y me habría perdido un libro muy bueno, porque es muchísimo más que una novela erótica: es la historia en la que miles de mujeres se pueden ver reflejadas, bien porque han tenido una relación muy larga (traumática o no) y parece que les han amputado una parte de su cuerpo cuando se termina y no saben que hacer con su vida, bien porque han vivido una época en la que, por culpa de una religión que castiga el sexo, han vivido la sexualidad como si fuese pecado.No hay que irse muy lejos: tenemos ahora un ministro del interior diciendo que los que no perpetuamos la especie no somos matrimonios; esto lo dijo refiriéndose a los homosexuales, pero yo soy heterosexual, no tengo hijos y me he sentido ofendida con este comentario; ¿por qué motivo no puedo yo disfrutar de mi cuerpo como me de la real de la gana sin necesidad de hacerlo para procrear?. Este señor es bobo, pero de nacimiento; además, cuando les dan la cartera ministerial parece que los centrifugan y que las pocas neuronas que tenían se evaporan y se quedan con electroencefalograma plano.Soltado mi discurso (¡me he quedado como Dios!), os sigo contando. La portada es preciosa, a pesar de que las pulseras con dijes no me gustan nada, aunque siempre les tendré un cariño especial porque me recuerdan a mi tía María, quién, por cierto, ha sido la única que me dio, con quince años, una charla sobre  sexo  como sinónimo de pecado (algo que mi madre no hizo jamás, al contrario; desde aquí, gracias por ser tan posmoderna, a pesar de haber nacido en un pueblo y de tener ya tus añitos).El título, S.E.C.R.E.T. es un acrónimo cuyo significado encontramos en el texto, y que se refiere a los criterios básicos que debe respetar cada fantasía:  Segura:  No debía suponer ningún peligro para la participante;  Erótica: Tenía que ser de naturaleza sexual, y no un simple ensueño platónico; Cautivadora: Debía atraer a la participante y despertar en ella un auténtico deseo de hacerla realidad; Romántica: La participante tenía que sentirse verdaderamente apreciada y deseada; Eufórica:  Debía producir alegría; Transformadora: Su cumplimiento tenía que obrar en la participante un cambio fundamental.La sinopsis muy atrayente: la frase millones de mujeres comparten un secreto, ¿te atreves a descubrirlo? es un buen gancho porque es una provocación; no creo que ninguna mujer sea capaz de resistirse.Ambientada en Nueva Orleáns, la acción, que sigue un orden cronológico lineal con numerosas retrospectivas,  se desarrolla durante un período aproximado de un año, que es el tiempo necesario para cumplir las nueve fantasías más el paso final, y está estructurada en trece capítulos.Escrita en primera persona, con Cassie como narrador protagonista, el estilo es natural y fluido, con una forma de narrar muy amena, a pesar de la escasez de diálogos, con un lenguaje refinado, elegante y exquisito (algo bastante sorprendente en una novela de este género, que pone de manifiesto que se puede hablar de sexo sin caer en la vulgaridad ni en la ordinariez). Pero aquí quiero hacer un inciso: hay un único taco en el libro y es uno de los pocos que no solamente no empleo, es que me resulta soez, mucho (y soy una persona que los utiliza muy a menudo), porque si ese diminutivo lo aplicásemos al sexo de un varón, podría acabarse el mundo.La trama está bien urdida y el ritmo es ágil, porque desde que conocemos a Cassie y su historia queremos saber más, pero sobre todo, necesitamos saber cuál será su decisión final.Los personajes, excepto el de Cassie, apenas perfilados, pero lo suficiente para que acompañen a nuestra camarera en esta especie de rito de iniciación. El de la protagonista es completamente redondo y he empatizado y me he encariñado con ella desde el primer párrafo. Creo que, en algunos momentos, su evolución sexual es demasiado rápida, pero es alguien con quién podemos sentirnos identificadas las mujeres en muchos aspectos.Además, como lleva cinco años sin acostarse con ningún hombre (y esos cinco años se aparecen en su cabeza con la figura de un perro al que le ha puesto ese nombre), se ve una mujer normal y corriente, lo que nos hace acercanos aún más a ella (¡ya está bien de tías estupendas y explosivas!).Hay muchos personajes masculinos, pero tienen una importancia relativa: Cassie los necesita para cumplir sus fantasías, nada más. Ellos sí, son los arquetipos de cualquier novela, pero cuando fantaseamos siempre escogemos a señores guapísimos; así que en este caso es lógico.Los escenarios y ambientes muy bien conseguidos, sobre todo las nueve fantasías del personaje principal: aunque son bastante detalladas, dedica pocas páginas a cada una. Aquí lo importante no es el sexo, es la aceptación de éste como algo natural, la aceptación de nuestro cuerpo y sentirnos bien con nosotras mismas.El final, previsible casi el principio, se convierte en inesperado con un giro argumental de la autora que nos rompe todos los esquemas. No me ha gustado nada, porque hubiese preferido otro (soy una romántica, no tengo solución), incluso dudé entre matar a alguien o tirar el libro por la ventana, pero he de reconocer que es magnífico.Este libro forma parte de una trilogía. Cuando se publique el segundo, obviamente, lo leeré. Pero no creo que L. Marie Adeline consiga crear otro personaje tan completo como el de Cassie.Hoy es el Día de la Mujer Trabajadora. Pienso que mientras que tengamos que celebrar este día, mal vamos. La casualidad ha querido que esta entrada tuviese que hacerla hoy: un libro escrito por una mujer, protagonizado por mujeres pero que pueden leer por igual mujeres y hombres.Aunque las fantasías que aparecen en él son bastante corrientes, por lo que he tenido muchas dudas al etiquetarlo como erótica, es un libro que te RECOMIENDO desde aquí. Es adictivo, original, con una historia diferente a las demás del género, te atrapa desde la primera página y te envuelve hasta que conoces cuál es la decisión final de Cassie. No dejes de leerlo, porque en caso contrario te arrepentirás.
  • El lema de S.E.C.R.E.T.  es "Sin prejuicios. Sin límites. Sin vergüenza".

Valoración: 9
Leído el 7 de Marzo de 2.013

Montse Martín

Esta reseña participa en la quincena erótica: