Secretary (2002), sombras que no asombran

Publicado el 16 junio 2016 por Jal9000 @zinemaniaco

Lee Holloway acaba de salir de la institución psiquiátrica donde estaba internada por su afición a autolesionarse. Obtiene el título de secretaria y comienza a trabajar en el bufete del extraño abogado E. Edward Grey.

Sí, en una película de 2002 sobre una relación bastante peculiar entre dos personas, el protagonista masculino es un tal Sr. Grey. Coincidencias de la vida. En fin, no conozco la historia del otro Sr. Grey más que de oídas así que no puedo entrar en comparaciones, pero creo que las similitudes con "Secretary" se quedan muy en lo superficial y, quizás, en el decepcionante y convencional final.

La peli resulta una buena sorpresa de entrada porque no es lo que aparenta en principio. Bueno sí, cuenta una relación de dominación/sumisión que se establece entre dos personas, pero no vas a ver (casi) nada de lo tópico que podrías esperar a priori. Nada de cuero ni látigos. Todo se muestra en un nivel de juego y satisfacción de las necesidades peculiares de ambos protagonistas, narrado con cierto tono ligero, cómico, pero sin risas, sin hacer burla ni escarnio, invitando a la aceptación y remarcando la "normalidad" de lo que muchos pueden señalar como aberrante o distorsionado.

Sin embargo, ésa es la primera mitad de la cinta. Llega un punto en que, o bien el realizador no sabía qué hacer con la trama, o bien se arrepintió del rumbo por dónde la estaba llevando, y la cosa cambia de manera abrupta y sin muchas explicaciones. Los personajes empiezan a dar tumbos sin saber hacia dónde van y todo termina con una secuencia final de lo más ridículo y vergonzoso que he visto en algún tiempo (y he visto muchas cosas ridículas y vergonzosas).

Es una pena, tanto James Spader como Maggie Gyllenhaal componen dos personajes sólidos y creíbles, lo cual no es especialmente fácil, dadas sus preferencias personales y su estado mental, a pesar de que él ya tiene una pequeña colección de interpretaciones relacionadas con diferentes filias sexuales.

Una curiosidad que acaba dejando mal sabor de boca.