A lo que quiero llegar es a que se puede vivir trabajando por cuenta propia. Claro que, desde que la crisis nos pilló a todos con los pantalones bajados, la cosa está un poco más difícil. Pero con ayuda de mis seres queridos, con un par de lo que hay que tener y una flexibilidad de acróbata, me las he arreglado para continuar mi trabajo por cuenta propia, lo cual me ayuda a pasar más tiempo con mis hijas y a ser más feliz que si tuviera que fichar en una oficina. Para mí !esto es todo un éxito!
Algunas sugerencias para quienes viven o quieren vivir del “freelanceo” (palabra inventada por mí):
- No te pilles los dedos. Yo solía ser la apaga-fuegos, la que aceptaba (y hacía) encargos imposibles. Un día me di cuenta de que me iba a dar un soponcio y que no pasa nada por rechazar un trabajo o por acordar un plazo de entrega más largo. Soy rápida, pero ya no presumo de ello.
- Prepárate para adaptar tus habilidades y conocimientos a nuevos mercados. Yo he traducido y adaptado guiones, he escrito artículos para revistas, he colaborado con periódicos, he hecho de “negro” (escribiendo libros para otros), he dado seminarios sobre la escritura, he trabajado de traductora e intérprete, he escrito blogs pagados y texto para páginas web – y mucho más, además de escribir mis propios libros, claro. Si mis habilidades me lo permiten y es lo que el mercado quiere – lo hago, y además, aprendo algo nuevo.
- Antes de terminar un proyecto, avisa a tus clientes habituales de que vas a quedar libre. No presupongas que te llamarán cuando te necesiten. A menudo ese simple recordatorio me ha procurado un nuevo encargo.
- Si no quieres o no puedes hacer un trabajo en particular, pásaselo a otro colega. Tus clientes te lo agradecerán y tus colegas también. Lo habitual es que te devuelvan el favor, pero hazlo desinteresadamente, sin esperar nada a cambio.
- No te minusvalores. Un trabajo bien hecho merece una buena remuneración. Si quieres hacerle un favor a alguien, hazlo, pero no te mates por dos reales. No merece la pena el desgaste emocional y mental, que lo sé yo. La energía que se te va con esto la puedes invertir en encontrar otro bolo mejor pagado o ¡simplemente en dormir una buena siesta!
- No vayas de arrogante por la vida y no pises a otros para conseguir trabajos. Hay sitio para todos y si se te da bien tu profesión, eso se nota. Además si eres agradable, te darán más trabajo que al que va de listo.
- Ten en cuenta que ser “freelancer” es todo un estilo de vida. Tienes que ser una persona con mucha determinación y disciplina y te tiene que gustar. Para mí la alternativa (un trabajo “fijo”) es tan desagradable, que ni me lo planteo.
¿Alguna otra sugerencia?
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