Secretos de belleza del pasado

Por Farmaprecio

Algunas de las grandes protagonistas de la Historia se embellecían e intentaban rejuvenecer con sales, baños, mascarillas y aceites. Hoy, las esteticistas empiezan a copiar y adaptar aquellas recetas mágicas.

Las mascarillas de Popea.

Como ya hizo Cleopatra en Egipto, esta dama de la alta aristocracia del Imperio romano puso de moda los baños con leche de burra. También utilizaba un jabón elaborado con grasas de animales que mezclaba con la potasa contenida en las cenizas vegetales.

Le debemos, además, dos mascarillas de belleza: una para evitar el descolgamiento de la piel, a base de caseína (el principio activo de la leche), muy tonificante; y otra nutritiva, de harina de centeno, miel y hojas frescas, bien trituradas y mezcladas con leche de burra. Para endurecer el pecho utilizaba arcilla, alumbre, limón y vinagre.

Los barros de la reina de Saba.

Esta mujer poderosa empleaba como maquillaje maquillaje facial una mezcla de incienso, mirra, sándalo, palo de rosa, agua de azahar y rosa mosqueta para restablecer la armonía del cuerpo y la mente. También le gustaba bañarse en las aguas del mar Muerto y envolver su cuerpo con sus barros.

Los aceites de Cleopatra.

Fue una mujer fascinante que nos dejó en herencia un aceite corporal de exótica fragancia con el que envolvía su cuerpo para estar más seductora y con más ánimo. Se trataba de un producto nutritivo a base de plantas para combatir el envejecimiento cutáneo y aportar autoestima.