Félix G. Modroño se hace con el lector ya en los inicios de esta trama, de este juego de seducción en el que uno de los dos contendientes parece esconder más de lo que da. Pero no se queda ahí, sino que nos regala una segunda trama con la que salta, del Arenal bilbaíno actual, al Arenal sevillano de comienzos de los años cuarenta, cuando la sombra de Queipo de Llano y sus incendiarios discursos seguía siendo aún muy alargada, y cuando Franco acudió a la ciudad hispalense para mantener una entrevista con el luso Oliveira Salazar.
Si ambas tramas andan o no relacionadas le tocará averiguarlo al lector, porque Modroño las alterna de manera magistral, pero sin más transición que una página en blanco o una nueva referencia capitular. Quienes conozcan ya al autor navarro saben que hay que seguir leyendo y llegar mucho más allá, donde se disipan las neblinas y donde las almas de los personajes se hacen corpóreas y le guiñan un ojo al lector. Quienes no le conocen tienen con esta novela, que no ganó por casualidad el último Premio Ateneo de Sevilla, una gran oportunidad de disfrutar de lo que antes se llamaba “un escritor de raza”, y que hoy podemos sustituir nada menos que por la expresión “un buen escritor”, de los que dejan huella, de los que no permiten la construcción de livianos castillos de naipes.
Si existe la venganza, si el pasado es algo que se puede mantener vivo entre generaciones, si el amor es un premio o un arma, si la soledad puede combatirse con éxito, o si el sexo llega a ser una tabla de salvación…, todo ello lo encontrará el lector en unas páginas que no olvidará con facilidad.
Secretos del Arenal; Félix G. Modroño
Algaida, Sevilla 2014. 384 páginas.(Revista Letras de Parnaso, nº 33, Junio 2015)