En este primer capítulo de una pequeña serie de posts hablaré simplemente de algunas secuelas que debieron dejarse como tal y como estaban, con una sola película, sin necesidad de estirar el chicle, pero amigos ya sabemos que el dinero y el ansia viva no entienden de vergüenza ajena. Al querer exprimir su éxito al máximo se llevaron a cabo secuelas que ensuciaron para siempre el buen nombre de la película. En algunos casos porque desviaron demasiado la historia, en otros porque el nivel fue descendiendo cada vez más, y en la mayoría por una combinación de ambos factores.
REGRESO AL PLANETA DE LOS SIMIOS (Ted Post, 1970)
Hola soy James Franciscus y me parezco sospechosamente a Charlton Heston
El final de este gran clásico de los sesenta es uno de los más famosos y míticos de la historia del cine. Seguir la historia a partir de ahí sólo puede servir para empeorarla, y eso es exactamente lo que ocurre. Una bomba atómica, un inexplicable viaje de regreso al pasado por parte de algunos monos de la primera película, una rebelión de simios y más guerras... Un montón de hechos inexplicables y forzados para crear más historias a partir de un éxito original, pero sin llegar ni de lejos al nivel de esa primera entrega.
La película arranca como una copia de su predecesora: un astronauta naufragado que encuentra una extraña civilización, se convierte en fugitivo y descubre que ha llegado al futuro de la Tierra. La dirección de Ted Post está poco inspirada y sus escenas de acción no alcanzan ni de lejos el dramatismo de las de Franklin Schaffner.
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