Género: Drama/Horror.
País: Korea del Sur - Estados Unidos.
Duración: 133 minutos.
Dirección: Park Chan-wook.
Intérpretes: Kang-ho Song, Ok-bin Kim, Hae-sook Kim, Ha-kyun Shin, In-hwan Park.
"Un sacerdote de un pequeño pueblo se somete a un experimento médico que fracasa, convirtiéndole en un vampiro. Pronto comienza a sufrir cambios físicos y psicológicos que le llevarán a tener un romance con la mujer de un antiguo amigo de la infancia, la cual está cansada de su vida mundana y aburrida.
El sacerdote caerá en una espiral de depravación y desesperación. Además, las cosas irán a peor cuando el trate desesperadamente de conservar la pizca de humanidad que queda en su interior."
Sin tener el efecto V encima, sería un flamante drama que a lo largo de su recorrido entremezcla varias situaciones muy bien elaboradas pero que le dan una vuelta de tuerca con la consabida sed de sangre.
Por otro lado, la carencia de un ritmo excepto el autoimpuesto (lento, cansino) puede hace rendirse hasta los más ávidos fanáticos; sólo el haberse involucrado en la trama hará que uno llegue contento o al menos un poco realizado al final de la travesía con la pareja protagonista. Y aún así, el ritmo también ayuda a construir la psiquis de cada individuo, y llegando casi a la hora de metraje ya las personalidades están dispuestas, y eso que aún faltan más capas para añadir a cada uno.
Puede molestar soberanamente, sí, que durante la extensa duración haya unos toques de 'comicidad' que me resultaron muy atípicos y para nada graciosos; será que la traducción queda perdida entre medio, pero no hacen gracia alguna y son increíbles por lo absurdo.
Me saco el sombrero ante Park Chan-wook, el cual creo que voy a comenzar a mirar y seguir de cerca, ya que conuna película que se me antojó extensísima me logró cautivar con su imaginería de perfecta belleza (saltando por las azoteas, impactante) y por un guión de puño y letra que gira constantemente y no logra aburrir.
Calificación: B.