Después de un año, la plantilla de la Seda sigue luchando por defender sus puestos de trabajo. 314 puestos de trabajo que hacen de la empresa cafetera una fábrica muy importante para Palencia y para la ciudadanía, en un sector, el industrial, que está en crisis como el resto de sectores productores de empleo, pero que es especialmente relevante en una ciudad donde la industria es un bien escaso.
Todos los jueves se siguen concentrando en la Plaza Abilio Calderón, a las 11, para reclamar algo tan revolucionario como que se mantengan sus puestos de trabajo y que la empresa privada sea gestionada por un grupo de solvencia. El agujero que los anteriores gestores, (de los que los y las trabajadoras de la fábrica no quieren ni oir hablar), han llevado a una empresa puntera a una situación de ruina y no contentos con ello, siguen intentando llevar las riendas de la misma. Una familia que ha tenido denuncias por parte de sus socios, sigue empeñada en morir con las botas puestas, sin importarle lo que opinen ni sus trabajadores ni los representantes de los trabajadores, ni las administraciones de la ciudad, provincia y región que se han pronunciado abiertamente apoyando la solicitud de que la empresa salga a la venta a la mayor brevedad posible. Habría que reflexionar si determinadas leyes están hechas para beneficio de la mayoría o permiten recovecos para que una minoría siga yendo contra el sentido común, en busca de un lucro particular que perjudica la economía de una ciudad y pone en riesgo a la empresa.(Al intentar por todos los medios ralentizar o impedir la venta de SEDA).
Algo en lo que también está claramente interesada la Junta de Castilla y León y su Consejera de Agricultura y Ganadería, que quería aparecer como la salvadora de la empresa, cuando llamó al Comité de Empresa y al alcalde de la ciudad para hacerse una foto y aportar los 4,5 millones de euros necesarios para la puesta en funcionamiento de Seda a finales del año pasado. Otro problema añadido es que ese préstamo era a 6 meses, los que se preveían que iba a durar el proceso concursal y el 23 de junio termina ese plazo, pero eso será accesorio cuando se consiga salvar la fábrica y la Junta deberá encontrar los cauces adecuados para solucionarlo.
La situación es delicada: no hay visos de que antes del verano la fábrica se pueda vender, el crédito de la Junta era por un tiempo determinado, los bancos no van a aportar nada si ven cierta situación de inseguridad y las 27 ofertas que había interesadas en la compra de la Seda, se van diluyendo por el mismo motivo.
Pero queda la esperanza y seguir luchando por un objetivo que es justo. Aunque, a veces, en el camino haya desfallecimientos, no hay otra alternativa que luchar por que el proyecto de la cafetera siga en pie. Hay una exposición muy detallada en este artículo del Diario Palentino
Mientras, la lucha de la gente de Seda sigue haciendo posible la supervivencia de una empresa pese a quienes han dirigido sus destinos en los últimos años. Los trabajadores y las trabajadoras de Seda hacen posible creer que se puede salvar una empresa cuando se lucha por defender algo tan revolucionario como el trabajo.
Quisiera desde aquí darles las gracias por la lección que nos han dado muy especialmente durante este último año, por el empeño, por el ejemplo dado y animaros en vuestra lucha que es también la nuestra. Que sintáis el apoyo unánime de toda la sociedad palentina y que resistamos para poder vencer y conseguir el objetivo por el que lleváis tanto tiempo en lucha. Terminar con el grito de guerra de: “SEDA SOLUBLES TIENE FUTURO”.