Según expertos, si la “sedación está indicada y el médico se negara a realizarla, el enfermo sí la podría exigir como un derecho”. Esto es lo que debería garantizar una ley, “no que el médico esté obligado a practicarla ante la petición de un paciente, pese a no estar indicada”.
“No aplicar la sedación paliativa a las personas que sufren innecesariamente sus últimos días de vida puede ser una negligencia muy grave”. Hay mucha gente que confunde la sedación con la eutanasia. “La intención en la primera es aliviar el sufrimiento de un enfermo que padece síntomas refractarios, mientras que en la eutanasia el fin es acabar con el que sufre”. En este sentido, añadieron que la diferencia entre una y otra es “una línea muy delgada, pero nítida” (Diario Médico, 17/23-X-2016).