[SEFF 2013] Borgman y El Gran Cuaderno destacan notoriamente
Moisés Valderas Álvarez 10 noviembre, 2013 0
El segundo día del festival comenzaba muy temprano para la prensa, ni más ni menos que a las 8:45 con la proyección de Camile Claudel, un pase que lamentablemente me perdí así como las nominaciones a los EFA desde el restaurante Abades Triana y sus inmejorables vistas. Para mi el día comenzó a las 16:30 con la Rueda de prensa de Danis Tanovic, director de “Un episodio en la vida de un chatarrero“, un discurso muy humano que aumentaron mas si cabe las ganas de ver la peli, la cual tras perdérmela ayer, es una de las fijas que tengo para mañana domingo. Rápidamente tras terminar la rueda de prensa nos dirigimos nuevamente con mis compañero Carlos Jordán y Juan Antonio Pérez a la proyección para la prensa de El Gran Cuaderno.
La película de Janos Szasz, basado en la novela homónima, ha sido una de las gratas sorpresas del festival. En ella se nos narra la historia de dos gemelos que durante la guerra se ven obligados a vivir con su abuela materna en el campo. Son dos niños con un altísimo código de moral dónde el amor por la familia, sobretodo el que se tienen el uno al otro, prevalece por encima de todo.
Tras otra pequeña pausa para reponer fuerzas nos dirigimos a una de las películas a la que le teníamos mas ganas, tras ganar en el festival de Sitges y debido a que tenía un único pase eran muchas las expectativas puestas en Borgman.
Tras conseguir huir llega a un barrio residencial bastante adinerado y va de casa en casa pidiendo una unica cosa, que le permitan darse un baño antes de proseguir su viaje, tras el rechazo en varias casas consigue cabrear al propietario de una de ellas recibiendo una paliza, pero la esposa apenada por los golpes que casi matan al pobre hombre que tampoco había hecho nada malo, a escondidas de su marido lo mete en casa, dejando que se de un baño, coma algo y que pase la noche en la casa de jardín, un gran error del que se daría cuenta mas tarde. El protagonista entrará en la casa a su antojo a escondida de los dueños para, entre otras cosas, contarle cuentos a los niños y de este modo ganarse su confianza por si lo pillan rondando por la casa alguna vez. Al día siguiente, aseado, afeitado y con corte de pelo decente se hará pasar por el nuevo jardinero, identad que solo conoce la esposa, la cual lo encubre, y los niños que seguirán sin decir nada por no delatar a su amigo. Es aquí donde comienza el show de Camiel Borgman, quien entre momentos de surrealismo total poco a poco se irá apoderando de sus posesiones y a controlar sus vidas privadas. Un espectáculo difícil de narrar y que no debe perderse nadie.
Debido a diversos compromisos estas fueron las dos únicas proyecciones de las que he podido disfrutar, pero ambas, a pesar de las abismales diferencias entre una y otra, de un altísimo nivel. Y ahora a dormir, que mañana será otro día.