Walter White ha muerto... Metafóricamente hablando, claro. Los hechos que propiciaron la apoteósica conclusión del pasado año (adivinados por un lector en nuestro seguimiento, todo sea dicho) nos dejaron bastante claro que ésta ya no es la historia de un profesor de ciencias en un patoso y desesperado intento por introducirse en el mundo del narcotráfico, sino la de un hombre con un extraordinario instinto de supervivencia que, lejos de asustarse ante el descubrimiento de su propio lado oscuro, decide abrazarlo hasta el punto de eliminar cualquier rastro del cincuentón calzonazos que nos presentaron en la temporada de apertura.
Porque Breaking Bad, magnificamente realizada y actuada durante cuatro temporadas en claro ascenso (como debería suceder siempre), hace tiempo que dejó de ser solamente la televisiva de moda entre los seriefilos o una de las ficciones mas respetadas por la crítica. Breaking Bad es la ultima radiografia del alma humana que nos deja la televisión americana tras clásicos como The Wire, Los Soprano o A Dos Metros Bajo Tierra, capaz de mostrar los recovecos mas tenebrosos de la psicología de una persona ya no dividida entre el bien y el mal, sino sumergida en una escala de grises tan brutal que hasta el "mal menor" se traduce en la mayor de las atrocidades y todo vale para lograr un objetivo. Y si pensábamos que el ascenso había sido un infierno, dicen que lo complicado es mantenerse en la cima...
Tras el salto, el seguimiento de la quinta temporada de Breaking Bad con el análisis de la premiere 5x01 Live Free or Die.
Episodio: 5x01 Live Free or Die - Emisión original: 15-7-2012 - Nota: 9
Magnets, bitch!
¿Flashback? ¿Flashforward?. Fiel a los comienzos de casi todas sus temporadas -por no decir episodios-, en este quinto año, Vince Gilligan ha optado por una apertura destinada a desconcertar al espectador mostrando a un Walter atípico no ya por la cabellera, sino por una tupida barba y un aire más derrotado de lo habitual. No tardamos en salir de dudas gracias al número que nuestro protagonista recrea con trozos de comida en su plato: 52. "Hoy es mi cumpleaños", le espeta a una ingenua y parlanchina camarera. Esta referencia temporal nos sitúa exactamente dos años después de los hechos narrados en el piloto de la serie y varios meses tras el asesinato de Gus Fring. Aunque como no tardamos en apreciar tras los créditos, se trata solamente de un retazo del futuro de nuestro protagonista, aún aquejado del cáncer a tenor de las píldoras que lleva encima, ya que la acción no tarda en devolvernos exactamente al final de la pasada temporada para recuperar una narrativa estrictamente cronológica. Pero como ya sucedía con el famoso oso de peluche con el que jugaron durante toda la segunda entrega, la pregunta ya está planteada: ¿Qué ha llevado a Walter a adoptar una nueva identidad (eso sí, respetando su fecha de nacimiento) y a comprarle un arma de gran calibre a su traficante de cabecera Lawson? Quizás se trate del acoso y derribo al que está dispuesto a someterle Hank en su obsesión por cazar a Heinsenberg, o igual es que finalmente Jesse ha descubierto la doble traición de su amigo (dejar morir a Jane + Envenenar a Brock). Aunque conociendo a Vince Gilligan, creador y escritor de todos los episodios de la serie, seguro que la respuesta es mucho más compleja y apasionante.
Una vez el episodio regresa al presente de la serie, sería inexacto decir que nos reencontramos con un Walter paranoico intentando ocultar las pruebas de los dos crímenes que acaba de cometer. Considero más acertado afirmar que a quien vemos es a Heisenberg completando una fase de su plan que aún está lejos de terminarse como comprobaremos más adelante. Pero ahora toca lidiar con la familia, así que tras disimular como puede ante un exaltado Walter Jr., nuestro protagonista intenta buscar un poco de agradecimiento en su esposa Skyler. Ella, aunque admite estar aliviada, no puede evitar espetarle a su esposo el tipo de hombre en el que se está convirtiendo, uno que es temido incluso por los miembros de su familia.
El que todavía no tiene ni idea de quién se sienta a su mesa en Acción de Gracias es un ya casi recuperado Hank, que cual Neil Armstrong en la luna entra rodeado de épica (tremenda la BSO del episodio) y embutido en un traje de protección en el laboratorio de Gus, ahora un agujero tras el lavado de cara que le dio la pareja protagonista en el anterior episodio. La mugre y destrucción no impiden que Hank, policía instintivo donde los haya, descubra los restos de la cámara de vigilancia y llegue a una conclusión que centraliza la siguiente etapa de ese plan de Heisenberg para destruir pruebas del que os hablaba al principio: las grabaciones de seguridad.
En otra de esas grandes muestras de sentido del humor de la serie, Gilligan opta por mostrarnos la reacción de Mike ante el asesinato de su jefe desde la perspectiva de su relajado descanso dando de comer a las gallinas tras el tiro recibido en la pasada temporada. Porque si Tony Soprano no perdía un ápice de su ferocidad por mostrarse cariñoso con unas aves únicamente vestido con una bata, nuestro hitman de la tercera edad preferido no iba a ser menos. Tras otra de esas secuencias de la serie que saben sacarle todo el partido posible al desierto de Nuevo México, Jesse hace su aparición junto a nuestro protagonista para evitar que Mike le plante una bala entre ceja y ceja. No tardan en convencer al sicario de que necesitan colaborar para eliminar los vídeos, ya en posesión de la policía.
Mientras vemos a los tres cómplices discutir sobre cómo recuperar el portátil del fallecido en casa de Jesse, a lo que realmente estamos asistiendo es al comienzo de una alianza natural tras la desaparición de Gus Fring. Mike no sólo se encuentra desempleado, sino que su relación paternofilial con el joven cocinero fraguada durante la pasada temporada es el puente que Walter necesita para incorporar a este valioso activo a su equipo. No en vano estamos hablando de un hombre capaz de acabar él solo con un escuadrón enemigo con la misma tranquilidad con la que sonsaca información por teléfono fingiendo ser policía. Ahora bien, ¿hasta qué punto estará Mike dispuesto a acatar sus órdenes?
Tras un debate francamente divertido, es el joven el que termina dando con la idea clave para destruir el ordenador sin necesidad de irrumpir en el depósito de pruebas de la policía: activar un imán potente a una distancia adecuada para fundir el disco duro. Una idea tan hilarante que sólo una serie como Breaking Bad podría pasar por verosímil. Continuando la evolución del microcosmos creado hace cinco años, Vince Gilligan, al igual que con el traficante de armas al comienzo del capítulo, apenas tiene interés en introducir personajes nuevos en la trama y lleva a los protagonistas de nuevo a la chatarrería más turbia de Nuevo México para realizar las pruebas pertinentes. El experimento es un éxito, pero lo más importante es que ha supuesto la primera colaboración de este inusual trío: la banda de Heisenbeg. Ésta de aquí abajo.
A la hora de llevar el plan a cabo, nuestro protagonista lo tiene todo previsto. Todo, menos el trozo de acera sobre el que tendrán que subir la furgoneta para acercarse a la pared del depósito. Ese desequilibrio sumado al aumento de potencia exigido por Walter hace que el vehículo vuelque mientras el caos se apodera de la sala de pruebas. Afortunadamente, la pareja de criminales logra escapar a tiempo dejándonos para el recuerdo otra de esas jugadas tan chapuceras como efectivas que han definido el humor no ya negro, sino negrísimo, de la serie.
Mientras, Skyler, acosejada por Saul, acude al hospital en el que ha terminado Ted tras la visita de Huell. El antiguo amante de la señora White no sólo no piensa denunciarla, sino que ha entendido el accidente como una advertencia para no volver a meterse en el camino de esa familia. Pero que Ted cante o no está lejos de ser la única preocupación de Saul Goodman, al que inevitablemente le llega el turno de responder ante Heisenberg por el dinero que le dio a Skyler a sus espaldas. El picapleitos nos confirma uno de los misterios más debatidos en el anterior seguimiento al espetarle a su cliente que tuvo que encargarle a Huell el robo del cigarro con veneno durante el cacheo de Jesse. Pero al igual que en la escena del automóvil con el ya clásico "because I say so" ("porque yo lo digo"), a lo que finalmente asistimos aquí es a la reafirmación de Heisenberg y la certificación de la muerte de Walter con un protagonista más duro que Jack Bauer intentando impresionar a Chuck Norris, que sólo necesita un par de líneas de diálogo lapidarias para cerrar bocas. "¿Acabas de usar la palabra `éticamente´ en una frase?". Épico.
Ahora sí, con Hank aún sospechando pero sin ninguna prueba con la que relacionar a su cuñado, Walter regresa a casa para terminar la copa de la victoria que había dejado a medias y, de paso, la conversación pendiente con su mujer. No sabemos si aún receloso por su aventura con Ted o simplemente dolido por la confesión realizada al comienzo del episodio, nuestro protagonista se limita a abrazar a su eposa mientras afirma perdonarla. Ahora que Ted ha quedado lisiado, ¿se ha hecho justicia a ojos de Heisenberg? Seguramente una afirmación a esa pregunta es el último pensamiento que tiene el antaño profesor de instinto durante este primer episodio de la quinta temporada. Un pequeño gesto que sirve para demostrarnos de qué manera se ha retorcido la mentalidad de este antiguo profesor, incapaz de desligar a su cruel y despiadado alter-ego de su personalidad incluso en los momentos más íntimos con su mujer, lo que vendría a ser algo mucho más perturbador que un maestro criminal: un monstruo en toda regla.
Misterio, humor, tensión, drama y momentos badass por doquier es lo que nos ha dejado esta espectacular premiere, que no lo tenía precisamente fácil para colmar las expectativas. Pero lo más importante es que nos ha demostrado que Vince Gilligan es un hombre que cumple sus promesas, capaz de mostrar esa anunciada evolución hacia el lado más oscuro del personaje central con una claridad y naturalidad libres de artifícios (se le perdona ese inicio tramposo) mientras sigue avanzando en cada frente argumental. Uno de los miedos presentes antes de este estreno giraba en torno a la capacidad de la historia para mantener su interés sin una némesis clara para nuestro protagonista, pero lo que nos ha recordado este Live Free or Die es que la grandeza de Breaking Bad radica en haber aunado a esas dos figuras básicas del relato, la del héroe y el villano, en una sola persona, Walter White/Heisenberg. La destrucción de la frontera que separa ambas personalidades es el auténtico eje de este relato, y tras cuatro años esperando la explosión definitiva, ahora es el momento de disfrutar de la onda expansiva. Esta temporada va a ser muy divertida.
Episodio: 5x02 Madrigal - Emisión original: 22-7-2012 - Nota: -
Aquí la promo:
Y esta es una sneak peek: