A raíz del post sobre los controladores, Jesús, de Bargas-La Sagra, me invita a pasarme por su casa y ver su trabajo sobre el tema. Aprovecho la sequía de verano y me lo pongo aquí, además de llevarselo a él.
Jesús, aquí estoy con el tema de las huelgas. Primero, me parece un buen trabajo y esfuerzo el que has hecho con el tema huelgas. Segundo en el mismo aparecen las dudas y contradicciones que a muchos nos afectan cuando hablamos de estas cuestiones. También escribí algo no hace mucho, que enfadó un poco, lo titulaba ‘Huelga de metro. Conflicto entre iguales’. (Por cierto para los que no les gustó lo que escribí, a los pocos días los propios huelguistas parecieron percatarse de los riesgos y retiraron de la portavocía al individuo que proclamaba aquello de reventar Madrid y que tan poco hizo por sumar y sí por restar).
A lo escrito por ti y por mí añadiría la experiencia que vivimos ambos, por edad, con la batalla de Chile y la Unidad Popular de Allende en los primeros setenta y que terminó salvajemente el 11 de septiembre del 73.
Aquella experiencia marcó mucho de mi bagaje analítico, ya no eran solo libros, Chile me hizo vivir, con plena conciencia, cosas parecidas a las que debieron suceder aquí en la República. Así empecé a cuestionarme muchas cosas y darle vueltas y vueltas a cada cuestión, allí pudimos ver que no todas las huelgas favorecían a ‘la clase obrera’, ni todas las manifestaciones, ni todas las acciones políticas, fueran cuales fueren, había perjudicados y beneficiados y allí en Chile, la burguesía preparó el golpe de estado a base de huelgas y caceroladas, huelgas de transportes que dejaban sin suministros ciudades enteras, o de comercios que cerraban, o de rebajar la producción de material exportador para ahogar al gobierno de Unidad Popular, o boicot a leyes y normas.
Mi generación aprendimos allí que las ‘armas’ se utilizan en todos los frentes y contra todos, las armas las toma cualquiera y hace uso de ellas como crea conveniente, no son buenas per se, lo serán si:
1) el objetivo que pretenden conseguir es justo y
2) el medio utilizado no es más perjudicial que la finalidad perseguida.
Yo no comparto aquello de ‘el fin justifica los medios’, ya escribí sobre eso en ‘Arian seis’. Huelgas de gente que gana 300.000 € año, para mí, no son justas. Ni las de los jueces, ni los pilotos de Iberia. Ni tantas otras cuyos medios son mas perjudiciales que los fines que pretenden, que no atentan contra patronos sino contra los trabajadores secuestrados por servicios públicos. Como tampoco puedo apoyar las manifestaciones contra leyes como la de despenalización del aborto, o a favor de la familia, pero contra el matrimonio entre iguales, o tantas otras.
Y sí, Jesús, tienes razón en que los derechos tienen que ser generalizables, universales, porque sino mal asunto, dejarían de ser derechos. Así que tendremos que hacer compatibles múltiples derechos con nuestra diversidad de opiniones y apoyos, morales o de otro tipo que también son libres, y en un mundo cada vez mas complejo y diverso no todo lo que va contra lo público o contra el Estado es defendible.
Por cierto sería muy bueno separar esas experiencias de la fábrica de tornillos de los controladores, pilotos, etc. (al margen ironías y sarcasmos, bueno el de polis huelguistas). A mí particularmente me interesa mucho me cuentes experiencias concretas tuyas y de esa fábrica. Yo no me quedaré atrás, te lo prometo, he empezado una serie ‘las batallas del abuelo’, en la que pretendo dar unas pinceladas de sociedad franquista reflejando acontecimientos de mi vida personal, que avanzará pero joder, es que no tengo tiempo para nada.
PD. La de Chicago dió lugar al 1º de Mayo.