Seguir o ser seguido, he ahí el dilema

Publicado el 24 junio 2010 por Wahni

Cuando empezó la fiebre twittera en argentina, entre fines del año pasado y principios de este, algunos personajes de la política local ya habían realizado sus primeras incursiones en la arena del microblogging. El marco era la campaña electoral legislativa de 2009, cuyo resultado (no en términos políticos, sino de implementación de herramientas 2.0) no fue el esperado, o al menos no el que podría haber sido.

Hoy tener una cuenta en Twitter es moneda corriente, para los periodistas, para los legisladores, para los medios, y de a poco se va impregnando en la sociedad de forma contundente. No pasa un día sin que por lo menos un amigo, o compañero de militancia, o laboral se sume a esta gran red de microcontenidos.

Pues bien, uno de los análisis que surge a esta altura es el efectivo o productivo uso de esta herramienta, cuyas posibilidades sólo se limitan en la capacidad de innovar de quién la utiliza, contemplando la gran cantidad de mashups, conexiones, y apps complementarias que podemos encontrar.

Particularmente es en un detalle muy particular en el que me detengo hoy, la relación entre seguidos y seguidores que presentan los políticos argentinos suele ser bastante llamativa. En algún momento planteaba a Twitter como un club, contraponiendolo a Facebook bajo el concepto de plaza pública. Parece que nuestros políticos se lo tomaron muy en serio este concepto.

Salvo contadas excepciones el gran porcentaje de actores políticos de nuestro país sólo sigue a sus compinches, compañeros de bloque o de partido o fracción política a la cual adscriben. Por ejemplo podemos ver los casos de @stolbizer, que sigue a 30 y la siguen 2714, o el de @fernandezanibal mismo, el gran portavoz y mediático Supremo Jefe de Ministros, quién sigue a 198 y lo siguen 18917, mismo @mauriciomacri, quien sigue a 96 cuando lo siguen 26174 esta clara la relación. Cabe aclarar que en términos técnicos uno no necesita seguir a alguien para saber cuando le hacen un reply.

Entonces lo que tenemos que leer de esto es que están utilizando herramientas sociales (2.0) de una forma unidireccional (1.0) como un simple tablón de anuncios, que además en la mayoría de los casos no aporta nada que no podamos enterarnos en los medios tradicionales, comentarios sobre lo bien o mal que salió una sesión, datos estadísticos, etc.

Evidentemente, todavía la gran mayoría no ha comprendido el potencial de la interacción, que si abrimos nuestros procesos internos de creación de proyectos y desarrollo de ideas a nuestra audiencia seguramente el resultado será mucho más rico, con aportes y críticas que nunca se nos hubieran pasado por la mente.

En resumen, deberían dejar de hablar y, de una vez por todas, empezar a escuchar.

Este post surge producto de algunas conversaciones sobre el tema con varios amigos, fundamentalmente @menocchio07

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