Los cortos enganchan, el lleno absoluto de ayer, 17 de mayo, en la segunda sesión de la 13º edición del Festival de Cortometrajes Cortogenia en el cine Capitol lo certifica. Una vez más, el nivel de los trabajos proyectados y la organización rozó la perfección y estos ingredientes son los que avalan a este festival madrileño como uno de los preferidos tanto por el público como por los profesionales del sector.
Lo confieso, soy adicta a ellos. Pero, ¿qué tendrán? ¿Nicotina, cafeína o una sobredosis de surrealismo e ilusión? Estas últimas, y me dirijo especialmente a aquellos soñadores empedernidos que estén leyendo este post, son las principales sustancias responsable de nuestra adicción incontrolable al cine en formato corto. Hacen que durante 5 o 10 minutos todo pudiera ser posible, es una inyección de optimismo y vitalidad trasmitida a través de relatos colmados de colores y humor u oscuridad y dureza, pero tras todos ellos encontramos la misma historia de superación que caracteriza a todo aquel que vive por y para el cine.
Cortogenia es un gran ejemplo de ello y una cita indispensable para todo aficionado o curioso que le apetezca evadirse durante una hora sin perjudicar su salud con sustancias nocivas. Los cinco cortometrajes nacionales a concurso y uno internacional invitado, fuera de concurso, que se proyectaron ayer fueron:
Voice Over de Martín Rosete
Este cortometraje está formado por varias historias, mezcla de ficción y realidad, que confluyen en una misma idea. Es una sola historia contada a través de diferentes situaciones, épocas y espacios. Protagonizado por el británico Jonathan David Mellor, Voice Over se postula como uno de los trabajos favoritos de esta 13º edición de Cortogenia.
Fotograma del cortometraje Voice Over. Fotografías cortogenia.es
Circus de Pablo Remon
La crisis como tema central, pero no verás la historia que esperas encontrar. Momentos de desesperación, confusión y resignación que nos llevan a idear salidas algo excéntricas e inusuales, pero ¿y si esa fuera la mejor opción? ¿Se atreverán los protagonistas de esta historia a llevarla a cabo? Descúbrelo.
Ahora no puedo de Roser Aguilar
Gran parte de la esencia de cualquier historia recae en su final. Ahora no puedo, no es de esos cortos que te enganchan o cautivan desde un primer momento, pero en esa ocasión merece la pena esperar. En definitiva tu vida es dar parte de la misma a otra persona y empezar a construir un nuevo camino en común, ¿en qué pensarías si ese camino llegara a su fin? Miradas y momentos colman tu mente en ese instante, en este caso, déjate sorprender.
Cosquillitas de Alberto R. Peña-Martín
Tan sólo 4 minutos ha necesitado Alberto R. Peña- Martín para contar esa eterna y gran pregunta ¿Mama cómo ha llegado el bebe a tu barriga? Una respuesta inesperada te hará que pensar.
Ojos que no ven de Natalia Mateo
El toque de humor negro lo trajo Natalia Mateo. En un primer momento puede chocarte la frivolidad de la historia y hasta puedes llegar a sentirte “mal” por reírte de la misma, pero es inevitable. Se ha dicho muchas veces y es verdad, las duras críticas con humor llegan mejor al espectador. Ojos que no ven te hará ver la hipocresía y ceguedad que invade nuestra sociedad.
Deeper than yesterday de Ariel Kleiman
Después de tres meses sumergidos en un submarino ruso, los marines comienzan a comportarse de manera extraña. Los instintos básicos empiezan a florar, los hombres se han vuelto salvajes.
Si aún no has ido a ninguna de las sesiones que realizan a lo largo del año trimestralmente anímate, Cortogenia te enganchará.