Segundo censo para el Atlas de Aves Nidificantes de Vitoria-Gasteiz (resultados)

Por Felixyloslobos

Durante el desarrollo de la 2ª parte del censo para el Altas de Aves nidificantes de Vitoria-Gasteiz, realizado en el Cerro de las Neveras y el aledaño concejo de Arkaia, cabe destacar la abundancia de escribano triguero (Emberiza calandra), especie predominante en la zona. Numerosos ejemplares pudieron ser observados encaramados en lo alto de los arbustos mientras emitían su potente, repetitivo y característico canto. 

En esta ocasión no se escuchó tanto la melodiosa voz de la alondra común (Alauda arvensis). Sólo dos individuos fueron detectados mediante el oído a más de 25 m. de distancia. Otras especies registradas con un buen número de citas fueron la curruca capirotada (Sylvia atricapilla), el vencejo común (Apus apus) y el mirlo (Turdus merula). 

Como novedad, varios zarceros comunes (Hippolais polyglotta) y un macho de tarabilla común (Saxicola rubicola), especies no detectadas en el primer censo, pasaron a engrosar la lista de aves anotadas en esta ocasión. En el cielo, en vuelo rasante sobre los campos de cultivo, me sorprendió la aparición de un solitario milano real (Milvus milvus), rapaz que de vez en cuando hace acto de presencia en las Neveras. En súbito y certero picado logró capturar una presa, aparentemente una despistada paloma que picoteaba entre el cereal. 

Cigüeña blanca "crotoreando" en su nido.

Observaciones relevantes fueron la de un triguero portando ramitas en su pico y una bulliciosa familia de carbonero común (Parus major), compuesta al menos por tres pedigüeños volantones que no daban tregua a sus abnegados progenitores. 

En Arkaia pude confirmar la reproducción segura de varias especies, entre ellas el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) y el gorrión común (Passer domesticus). Estos últimos dedicados al transporte de alimento y material para sus nidos, ubicados bajo las tejas de los viejos caseríos. Mientras tanto, una solitaria cigüeña blanca (Ciconia ciconia) custodiaba el suyo propio, una gran plataforma situada en la Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, aparentemente todavía vacío.

En las grietas del edificio religioso, varias parejas de vencejo común y gorrión chillón (Petronia petronia), entraban y salían de los agujeros donde sin duda habían realizado la puesta. Como curiosidad, pude recoger del suelo un huevo blanco y ligeramente moteado, probablemente depredado por las implacables urracas (Pica pica), que merodeaban en las inmediaciones. 

Vencejo común a punto de acceder a la grieta donde ha instalado su nido.

No quiero dejar pasar la oportunidad de comentar la importancia de conservar estos huecos para garantizar la continuidad a largo plazo de estas colonias. Uno de los factores que explicarían el declive del vencejo común en las últimas décadas es, precisamente, la pérdida de lugares de nidificación por reformas en edificios antiguos, en cuyas obras no se tiene en cuenta la protección de esta especie. No pude evitar reflexionar sobre este hecho mientras contemplaba asombrado los escuadrones de vencejos que pasaban a gran velocidad, rozando prácticamente las paredes de la iglesia.

Jilguero europeo (Carduelis carduelis), verderón común (Chloris Chloris), serín verdecillo (Serinus serinus), cisticola buitrón (Cisticola juncidis), chochín común (Troglodytes troglodytes), tórtola turca (Streptopelia decaocto), estornino negro (Sturnus unicolor), golondrina común (Hirundo rustica), cogujada común (Galerida cristata) y paloma bravía (Columba livia) se sumaron a la fiesta. 

Por último –aunque no demasiado importante a efectos de censo–, mencionar el avistamiento de varios milanos negros (Milvus migrans) y un águila calzada (Hieraaetus pennatus) de morfo claro.

Águila calzada sobrevolando el Concejo de Arkaia.

Hembra de gorrión chillón aportando material al nido.


Cogujada común cantando sobre un tejado en Arkaia


Paisaje agrario típico desde el Cerro de las Neveras


Milano real capturando una presa, probablemente una paloma.