Segundo-tercer día de adaptación en la escuela infantil

Por Virginiayvera @Lazvy
Pues el segundo día se cumplieron mis miedos al llegar. Llevé, como me aconsejasteis todas, a Coquito de forma optimista. Íbamos cantando, haciendo sonidos de animales, diciéndole que al llegar nos motábamos en el tobogán.... Pero al entrar en su aula, aunque yo la llevaba de la mano, ella dió un paso atrás y en ese instante su educadora T. la cogió y se la llevó con lo que ella empezó a llorar y yo un poco también porque no le pude ni decir "Adiós, luego vuelvo" o algo similar...  Con el corazón roto me di la vuelta, ni sé cómo, y fui andando hacia la sida con los ojos empañados (y el posterior lloriqueo después).
Como sabía que no podía hacer nada al respect a comprar algo de fruta y verdura y dejar preparada la comida. A las once (1hora y 15 minutos después) estaba en la puerta para recogerla con el corazón encogido. Al salir la nena venía llorosa pero me dijo su educadora que había estado muy bien, que lloró al principio pero que luego estuvo bien. Esta vez si tomó agua y su galleta e incluso me hizo un dibujo!!!

Su primera obra de arte en la EScuela


Ay! qué orgullosa me sentí en ese momento. Sin embargo, ella me dijo que como había estado bien que al día siguiente se quedaría hasta las una hora más.... y no me dio más opción. ESo fue una jarra de agua fría que no esperaba.... creo sinceramente que necesitamos un poco más el periodo de adaptación.
En fin, para compensar a mi peque, la dormí un ratito y me la llevé de Casetas a la Feria de Día de Salamanca. Ella se comío unos pinchos y tan pancha bailando con la música disfrutando con su tía y abuela.

El resto del día estuvo bien, pero llegó la noche y con ella... El Tercer día de la Escuela Infantil. Volví a ir con la niña cantando y haciendo sonidos de animales pero ella no tenía muy buen humor. Iba abrazada a su muñeca callada. Al llegar empezó a quejarse y al entrar comenzaron los lloros. Ella intentaba que la cogiera y no la soltara. No quería que la montara en el tobogán y al acercarme a su aula su educadora volvió a quitármela de los brazo y decírme que la llevara andando para la próxima vez.  Volví a irme triste sabiendo que ella lloraba. InteIntenté entretener el rato haciendo cosas de casa hasta que llegará la hora.
Cuando llegó la hora, fui corriendo a buscarla. Ella estaba sentada en corro con otros niños escuchando a su profe contarles un cuento. Estaba tranquila pero no la vi contenta. En cuanto me vio se puso a llorar y correr a buscarme. Yo la cogí en brazos y la con solé. T. me dijo que había esta bien y jugando.
Pero al ver a los abuelos se puso de nuevo a llorar y ha estado triste. Me rompe el corazón. A ver si el finde repara algo y la próxima semana logramos esa adaptación y no una frustración que es lo que estoy viendo. Y no, no es lo mismo no llorar que ser feliz. 
Todo   el mundo se empeña en decirme que es normal que llore. Pero me canso de justificar que no debería ser así. Yo no aplico el método estivil para dormir ni para comer, ¿por que´debería hacerlo en la Escuela? Que un día no llore puede ser síntoma de frustración, no de adaptación. 
El otro día encontré dos artículos muy interesantes:
  •  Síntomas de una mala adaptación por Crecer feliz.
  • Las implicaciones emocionales de la guardería por Proyecto Materna