De la madre que era con Alex al principio, la que se debatía entre sus dudas y sus preocupaciones, no queda más que lo que pueda haber plasmado en los inicios del blog.
Con el primer hijo, todo parece complicado y, obviamente, nunca lo harás bien para el gusto de todos, ni tan siquiera para el tuyo propio. Realmente es alucinante lo que llegamos a preocuparnos por cosas que, con el tiempo, vemos que eran bastante absurdas ( o al menos a mi me ha pasado )-
Ser madre primeriza acojona y mucho. Como los niños no vienen con un manual de "uso y disfrute" debajo del brazo, hay que encontrar la forma de criarlos lo mejor posible en consonancia con nuestras creencias y nuestro estilo. En mi caso, con Alex, entré en conflicto conmigo misma, con la educación que he recibido, las expectativas de la sociedad en general y lo que me pedía el cuerpo, los sentimientos y las necesidades nuevas que aparecieron en mi YO como madre.
Por suerte, encontré mi "camino" a la hora de educar a Alex y decidí escucharme a mi antes que a los demás....
Entre los temas que más fácilmente se generan opiniones no solicitadas está, como no, la alimentación ( ya sea teta, biberón o alimentación complementaria ), el sueño ( donde y como duerme ), las normas/límites, el tipo de crianza, etc.
Recuerdo con ternura las "pajas mentales" al iniciar la alimentación complementaria con Alex: si le doy papilla, de que se la doy, fruta o verdura, cuando se la doy, por la mañana, por la tarde,... Con Ari ha sido todo mucho más fácil, no solo por su actitud ( a los 4 meses veía comida y se lanzaba de cabeza ), sino también por la nuestra. Gracias a Elo de Una Maternidad Diferente, conocí el concepto de BLG ( baby led guarring ). Aunque científicamente prefieran llamarlo BLW ( baby led weaning ), el termino "guarring" ofrece, a simple vista, una definición más literal de lo que es.
El BLG no es apto para enfermos coronarios, gente maniática de la limpieza ni hipocondríacos. Si quitamos todos los prejuicios, a mi, personalmente, me ha facilitado la vida porque puedo ofrecerle a Ari la misma comida que hago para el resto de la familia ( salvo excepciones )
Con Alex, aunque hubiera conocido esto, creo que no me abría atrevido nunca a darle un muslo pollo o una sopa como he hecho ya con Ari
Con el tema sueño también he tenido mi evolución esquizofrénica total. Con Alex me costó aceptar el colecho pese a que ella lo demandaba a gritos ( literal ). Tenía ese chip de que se acostumbran, que se hacen dependientes, que no los vas a sacar nunca de tu habitación... Vamos, lo que todas/os habréis oído siempre. Al principio colechamos como medio de subsistencia, luego pasamos a la minicuna donde conseguimos que durmiera un tiempo. Pero al pasar a la cuna grande, ahí ya debía venir con zarzas incorporadas, porque no había forma... así que, colecho en cuna sidecar... Todo esto así explicado parece muy fácil y sencillo, pero os juro que, cuando una se cree todas esos comentarios, os aseguro que es difícil rendirse ante la evidencia.
Por suerte, en algún momento se encendió el interruptor de la sensatez en mi cerebro y dejé de preocuparme por donde y como dormía. Leí a Rosa Jové, a Carlos González y acepté que tenía que escucharme a mi y no a los demás... Ahí empecé a disfrutar del colecho... Tanto que, cuando Alex empezó a dormir en su cama, yo no podía dormir porque la extrañaba a mi lado.
Con Ari no hubo problema: directa a nuestra cama. Punto.
También ha cambiado mi actitud hacía cosas más mundanas y del día a día. Por ejemplo, Alex usaba chupete y Ari no. Con los años me he vuelto antichupete por lo coñazo que era. Recuerdo que al principio, a la que se caía el chupete al suelo, lo hervía... Con el tiempo, pasé a lavarlo con agua y jabón... Luego solo con agua... y al final ya lo chupaba yo y listos.
Por otro lado, me imbuyo un espirito hippie ecológico... Sip, me dió por comprar frutas y verduras ecológicas y de proximidad, huevos de gallinas felices criadas en libertad, por comprar productos orgánicos para comer,... Vamos, que me apollardé a base de bien.
No digo que no sea mejor, pero entre que económicamente es una ruina y que, nosotros comíamos normal y con normal me refiero a lo que compraba en el super y las tiendas del barrio, era realmente una locura.
Así que, sí, yo he criado diferente a mis dos hijas, porque con la primera aprendí de mis errores y con la segunda he aprendido a relajarme, que criar a los hijos es una tarea importante, pero a veces nos quedamos parados en nimiedades, nos preocupamos en exceso por cosas que deberían fluir con facilidad.
Que opináis??? se cría igual al primero que al resto? os habéis sentido más relajadas con el segundo ( o tercero, cuarto, quinto,... )???