Hoy mi niño cumplió 6 años. No sé si están de acuerdo conmigo, pero “cinco” todavía suena a niño chiquito. “Seis” ya no.
Sé que todas las mamás dicen lo mismo, pero en serio me pregunto: ¿en qué momento se hizo grande mi bebé?
Todavía recuerdo perfectamente cómo hace 6 años desperté a las 3:30 am con un terrible dolor de panza. Mamá primeriza… ni idea de que se trataba de las primeras señales de que Pablo ya estaba en camino. Poco a poco y conforme el dolor fue aumentando, me fue cayendo el veinte. Éste era el momento que había estado esperando durante 9 meses. Pablo estaba por llegar.
Eran las 4:00 de la mañana. Le hablé al doctor y me dijo que me la tomara con calma; que nos veríamos más tarde en el hospital. ¿Entonces qué hice? Pues nada, me puse a lavar ropa.
Sí, eran las 4:30 am ―yo, en trabajo de parto― y decidí echar ropa a la lavadora entre contracción y contracción. Beto me veía con cara de confusión. No entendía nada de lo que yo estaba haciendo. La verdad, yo tampoco. Él sólo veía el reloj y me avisaba: “Creo que ahí viene otra, prepárate”. Yo me acostaba en la cama hasta que pasaba el dolor. Entonces me paraba y le echaba una chorrito de Suavitel al ciclo de enjuage. No sé, no me pregunten. Las locuras que a veces hacemos las mamás…
Pablo llegó a mis brazos a las 10:00 am. Lo recuerdo perfecto, era la cosa más maravillosa que había visto en mi vida.
Seis años después, lo veo y sigo pensando lo mismo…
Gracias Pablo, por ser mi maestro ―desde hace 6 seis años― en esta aventura de ser mamá.
Te amo, chaparro.
Feliz cumpleaños.