Semana blanca, no lo pillo

Por Sandra @sandraferrerv
La semana que viene se avecina movidita. Llega la tan esperada Semana blanca, la cual, sinceramente, aun no acabo de entender. Para empezar, no entiendo ni el nombre. Así que he hecho una regresión y he vuelto a la fase en la que ahora se encuentra mi bebé gigante de tres años en la que pregunta de todo y por todo, por qué. ¿Por qué esto de la semana blanca? ¿Por qué la llaman así, si según los datos oficiales más del 80% de alumnos se quedarán en casa y no irán a esquiar (por eso lo llaman semana blanca ¿no?)? ¿Por qué ahora la pongo, ahora la quito? ¿Por qué no se hace un planteamiento educativo más a largo plazo, al margen de ideologías políticas y del color que gobierno? ¿Por qué...? Uf, me estoy agobiando. Y eso que yo me considero privilegiada. Me ha tocado vivir esta semana de vacaciones improvisada en un periodo de excedencia y según las previsiones no se volverá a repetir. Pero muchas familias no tienen un problema, tienen un problemón.
Semana Blanca a la cartaPerdonad la expresión, pero esto parece un pitorreo. No sólo ubican una semana “en blanco” (sería un nombre más adecuado) en Cataluña, sino que se puede escoger qué semana. Así, el mapa educativo catalán se ha visto dividido entre las comarcas que han escogido esta semana, y las que han escogido la siguiente, la que me ha tocado a mí. Sinceramente, me parece poco serio.
Semana en blancoYa lo he dicho antes, creo que sería éste un nombre más adecuado. A los serios problemas que tienen los padres para colocar a los niños en las vacaciones de verano, Navidad y Semana Santa, ahora se ven con una semana puesta en medio de la nada y que de repente hay que cubrir como sea. Es verdad que esta semana va a cuenta de una de septiembre porque el curso escolar empezó antes. Pero lo que no han pensado los que la implantaron es que hay muchas empresas que por su actividad es un conflicto tener que dar días de fiesta en periodos en que tradicionalmente no son de vacaciones y por tanto de menos productividad.
De las iniciales ayudas que se suponía se iban a dar a Ayuntamientos y AMPAS para que organizaran salidas a la nieve o donde fuera, al final, por causa de la tan nombrada crisis, se han visto reducidas a la mínima expresión.
Al final, como siempre, son los padres y de rebote los abuelos (quien los tiene) los que tienen que sobrellevar esta semana sin colegio.
Creo sinceramente, que esto es un ejemplo más de que la conciliación familiar está muy lejos de llegar a situaciones más o menos ideales. Mientras los calendarios escolares vayan por un universo paralelo a los calendarios laborales de los padres, la cosa no irá por muy buenos derroteros.
Si copias, copia bienEsta semana que se ha sacado de la manga el anterior gobierno catalán es una mala copia de una larga tradición en muchos países europeos donde la nieve está a la orden del día y las salidas a las montañas ya están organizadas de antemano por los colegios. Lo que no explican tampoco es que en estos países, hacen muchas menos vacaciones en el cómputo total del año.
Me sorprendió leer que una de las razones por las que se implantaba esta semana era para sobrellevar mejor el “largo” periodo lectivo entre Navidad y Semana Santa. En un país que está a la cola de Europa en educación, creo que deberíamos pensar en pasar más horas en clase y no en reducirlas.
Una y no másPor suerte, parece ser que el actual gobierno va a eliminar esta semana del calendario escolar. Esperemos que no vayamos a Guatapeor.