Segunda entrega de nuestra Semana Pandolfo, tercera parte de la charla con Palo. Ya pueden ir conectando los fragmentos si les resulta necesario. El que avisa no traiciona: en el ordenamiento por subtemas, ésta sección quedó como la más breve de todas. Ello no significa que no sea uno de los segmentos fuertes de nuestro diálogo con el cantor (más bien todo lo contrario: leerán a un Palo muy crítico de la clase alta y de las confrontaciones estúpidas, un tipo que nos invita a todos a reconocer nuestras miserias y sincerarnos). Prohibido impacientarse si se lee rápido, en especial porque saben que en pocas horas podrán seguir con lo que resta.
[Para los rezagados: la PRIMERA PARTE y la SEGUNDA]
HASTA CUÁNDO SEGUIRÁS LLORANDO SIN PARAR
-Argentina tiene un problema, un problema de la psicología social: hay una sociedad escindida un poco en sí misma. Por ejemplo, están los “chetos” y los “negros de mierta”, por empezar. Esa es la formulación uno. Los de Capital versus los de la provincia de Buenos Aires, Gran Buenos Aires; los del Interior versus los de Capital, “porteños de mierda” (risas). Los de Santiago contra los de Córdoba. Como no conozco tanto el mundo más allá de leer historia… pero en Argentina, para situarnos en nuestro lugar hay mucho de eso, todo el tiempo uno contra el otro y, además, lo que se dice “pobre contra pobre”.
Te terminás matando con tu vecino.
Por un pedazo de alambrado. Ni hablar de la clase alta, que están como perdidos. Están solos y tristes más allá de la redundancia del “niño rico con tristeza”. Hay cierta depresión en eso de estar siempre en contra de la fiesta.
Y la situación política pareciera generar eso en la clase alta argentina.
Mucha desnudez de sus bajezas. No pueden ver la alegría en el otro y menos en el “negro”. “De mierda”. Porque son muy racistas. ¿Viste que hablar de un error propio parece que fuera bajar la guardia? Yo creo que es al revés: si nosotros asumimos nuestras falencias, no hacemos otra cosa que potenciar nuestras virtudes. Es ser más fuertes, eso es freudiano, si querés: veamos qué nos pasa para ser mejores. Por eso yo hablo y hablo, me interesa la charla y las notas, expresar algo para meter un poco el dedo en la llaga, a ver qué pasa. No seamos tan necios, se puede. (Susurra) ¿Viste que hay algo en Argentina como redundante, siempre-la-misma-historia, que tiene todos los climas, tiene todas las geografías, tiene minerales, tiene océano, tiene el campo? Todas las riquezas que el ser humano puede pedirle a una tierra, Argentina las tiene. Y aparte tenemos la mezcla de razas, que justamente es lo interesante, las múltiples inmigraciones y los pueblos originarios con su sabiduría ancestral, muchos de nosotros podemos abrazar esa sabiduría. Hay un potencial tremendo pero también algo que falla en nosotros porque estamos siempre con la cola de paja con Estados Unidos. Como si fuéramos inferiores. De chicos lo argentinizábamos, veíamos el “made in USA” (lo dice como se lee) y decíamos “ahhhh” (simula sorpresa). De hecho, hoy si compro una guitarra tiene que ser “made in USA” porque si no, no compro nada.
¿Lo seguís haciendo?
Sí, obvio, soy un ser que vive acá. Lo que pasa es que un lutier te cobra el triple que comprar una guitarra Gibson USA. Y la compro acá, a un chabón que las trae en avión: hace 20 años quería una Gibson SG. Obviamente, somos gente que está dentro de este universo y tenemos las mismas flaquezas, yo no me siento aparte. Lo aclaro a propósito, no es que yo hablo del pontificio: yo también tengo una Gibson USA y la amo, ¡es lo máximo, la adoro! Es tremenda (se ríe). Pero bueno, hoy por hoy si a vos te dicen industria china o industria argentina, decís argentina toda la vida. Pero si dice industria USA capaz elegís USA. Se puede revertir eso, pero tenemos que hablar de cómo y por qué estamos en este estado, viste que hay mucha negación y nadie termina diciendo cosas claras. Los políticos hablan en sentido figurado, hasta Cristina, que tiene un discurso político tan elaborado y genial (ojo, igual ella es bastante directa). Pero ella no es anti-imperialista como Evo Morales, el más honesto es Evo. Tiene la capacidad de la raza de no tener que comérsela doblada. ¿Viste la carta que escribió a los poderes europeos, de toda la plata que le debe Europa a Bolivia? El saqueo histórico.
¡El saqueo que vienen haciendo hace 500 años!
¡Exacto! Eso es buenísimo, yo voy por ese lado: digamos verdades, tratemos de llegar al hueso de la cuestión. Está bien, si un gobierno como el kirchnerismo se pone al hueso directamente lo voltean, estuvo casi a punto de caer varias veces...
El fin de ciclo que anuncian los grandes medios desde 2008, por lo menos.
Y es bastante moderado, no es una ultraizquierda. Es bien moderado si querés. Siempre digo lo mismo (susurra): Néstor y Cristina tocaron la campana en Wall Street, son netamente capitalistas, les encanta el negocio, la producción, el desarrollo. Son desarrollistas, quieren la industria. Él fue un gran negociante con YPF durante los ’80 y los ’90. No es Evo Morales, no entiendo por qué se asustan tanto con el kirchnerismo estos giles de goma (risas).
Y, porque veníamos de algo muy distinto...
Sí, como Galtieri. Que decían “ay, es civilizado, Estados Unidos, la civilización”. Son rebárbaros, reignorantes; aparte es sabido que el pueblo, la mass media estadounidense, es reignorante. ¿A quién le gusta? El prototipo yanqui es un gordo boludo que no entiende nada, con la cerveza... Que vive en una burbuja y no sabe dónde queda Estocolmo, no sé. Son ignorantes. Acá en Argentina tenemos una cultura en Buenos Aires, Córdoba, Tucumán. Ellos son una sociedad cerrada, apestan y por eso son tan violentos, porque tienen mucho miedo. Les meten cualquier pastilla y se la comen y están haciendo guerras y reventando países. Hay que poner en duda a Estados Unidos, aunque a la vez, al mismo tiempo, seamos repsicodélicos de San Francisco; amo la cultura de Nueva York, No New York, Lydia Lunch, me gusta Miles [Davis] y todo el jazz en general, [Francis Ford] Coppola y todo el cine.
Parece inevitable que esa contradicción suceda.
Lo importante es decir “bueno, hay cosas que me gustan pero esto, todo esto, no”. Separemos la paja del trigo. No seas tan (susurra) pelotudo. Si no, sos un pelotudo yanqui y te la metieron a vos también. Que estás en Buenos Aires, sentado en un departamento en Ayacucho y decís “ahora me voy a Miami” y te encontrás con todos tus amigos allá... ¿Por qué no se quedan en Miami y no vuelven más, para qué están acá? ¡De última quedate allá! Pero si estás acá, veamos qué se puede hacer: somos todos hermanos, somos una nación. Te guste o no. Hay que ser pragmáticos, poder decir “bueno, si yo a vos te ayudo por ahí te saco bueno, te voy a tratar de ayudar”. Obviamente, dentro de toda esa clase hay un montón de gente divina. Gente que apadrina chicos, que está toda su vida atrás de una familia; hay un montón de gente que es cristiana en el mejor de los sentidos, que ve al otro como un hermano. Hay un material humano para construir algo más interesante.
Igual, yo hace mucho que veo que la clase alta tiene ambiciones cortas, metas cortas. Ese es el problema. No dicen “vamos a ser ambiciosos, ambicionemos un poco, vamos a invertir”. Su ambición es guardar la plata en el banco HSBC en Suiza, nomás. ¿Por qué no traes mil millones? Y hagamos un polo industrial acá, viste. Sean poderosos, digan “nosotros somos la clase alta”. ¿Por qué no pueden tener ambiciones altas? De decir “vamos a hacer un supergasoducto, vamos a hacer un puente a Colonia porque nos encanta ir”. Qué sé yo, ¿por qué no hacen obra?
Para ellos mismos.
¡Obvio! Para ser ellos los grandes señores. Si sos un gran señor, ejecutalo: sé un noble. El noble tiene que demostrárselo a sí mismo. ¿Si no para que sos rico? Si estás deprimido, tenés que tomar Alplax todo el tiempo, te vas a Miami...
Vivís asustado de que te puedan afanar...
Con mucho miedo y aparte, odio. Llenos de odio porque odian la alegría, odian al pueblo, odian al negro, odian esto, odian lo otro. Bueno, está ¿para qué? ¿Para qué te sirve el poder, dónde está? Cuestioná un poco. Hay tanta hipocresía, tanta mentira, por eso de alguna manera yo me ensucio en la merca para decir “se puede hablar con la verdad”. A mí nadie me vino a buscar para matarme porque hablo en contra de la merca, ¿por qué no podemos decir las cosas que generalmente pensamos? ¿Por qué nos cuesta tanto decir la verdad? ¿Estamos ocultando todo el tiempo algo? ¡Basta! Es agotador (risas). Es lo que yo pienso, desde que soy chiquito pienso lo mismo, eh. Siempre pensé igual, siempre estuve como diciendo “¿por qué es tan violenta la calle, por qué hay tanta violencia?”. Si estamos bárbaro, si somos divinos. Tenemos la pelota de fútbol, tenemos a Charly García... ¿Qué más se puede pedir?
[Las fotos son gentileza de Fernando Manino Dachdje. Fueron tomadas durante el rodaje del videoclip de "Madre computadora"]