A Núñez de Herrera
Pasear, vivir la ciudad estos siete días, como dijo Núñez de Herrera, sin latines ni liturgias. Con letanía diferente para cada día, y así encontrar en esa calle o plaza, lo diferente, lo que nunca –aunque algunos no se lo crean- se repite.
En Córdoba, dejarse sorprender es fácil. El discurrir de las hermandades por esas calles Patrimonio de la Humanidad es algo que no deja indiferente. El silencio, la luz, esa mezcla de incienso y azahar te elevan a un misticismo sensual en el espacio tiempo, en el que te olvidas de eso, el tiempo, para quedarte solo con el espacio, con ese instante que roza lo mágico.
Jehová dijo: “Fiat lux”. Y el capataz: “¡A esta es!”. Mucho más sencillo.A. Núñez de Herrera