Semana santa

Por Merche

Nuevamente La Semana Santa está entre nosotros.

Damos paso a la hipocresía viva de los hombres y mujeres que adoran una idea y una fe que jamás ponen en practica, abanderados por el máximo representante de la Fe Católica.

Mientras tanto, en todos los lugares de la geografía española los preparativos para las procesiones, las cofradías y los penitentes, se ponen sus mejores galas para gritar a los cuatro vientos la mayor farsa de sus vidas.

Comienza el jubileo, entre tambores fúnebres, música sacra y peinetas con mantillas negras.

En primera fila, los máximos representantes de las instituciones, el Alcalde del lugar con sus ediles y las no menos famosas mujeres de…

Y el Cristo, clavado en una cruz de madera, con gesto de dolor y la cabeza echada hacia un lado como no queriendo ver lo que le rodea y avergonzado de lo que pudiese ver.

Parados que le piden un empleo para poder mantener a sus familias, junto a ellos, empresarios que le piden que sus empresas tengan más beneficios, sin pensar en el que está justo a su lado (el parado).

Inmigrantes que le piden que pronto puedan abrazar a sus hijos, dejados en su tierra y que vele por ellos. A su lado, españoles que le piden que los extranjeros vuelvan a sus Países porque “nos están quitando el trabajo”

Mujeres que le piden que cesen las palizas dadas por su “hombre” o que las lleven con él en la cruz y así termine su vía crucis. A su lado el marido, mirando de reojo a la vecina de enfrente que está”buenisima” y con la que ha quedado esta noche después del acto de fe.

Y un adolescente puesto por obligación al que acompaña el sacerdote que le ha violado, y al que no se atreve ni a mirar por miedo a que todo el mundo sepa lo que le ha hecho.

Llanto, emoción y una saeta que arranca desde la 2ª planta y que como cada año canta el señor Francisco, al paso por su bacón del Cristo. La voz rota y el temblor en sus manos por la emoción hace que los presentes digan por lo bajito “esperemos que no esté borracho” Y no lo está, eso se lo guarda para cuando finalice la procesión, que se ira de vinos con los compadres, mientras su mujer regresa a la casa y espera a que llegue casi sin sentido, por la ingesta de alcohol.

Flores, velas, faroles de oro y vestimentas nuevas para este año en el que todos pedirán que salgamos de la crisis económica sin cuestionarse en ningún momento el bien que haría todo el dinero del que hacen ostentación, a cientos de familias que no tienen ningún ingreso.

Mientras en el Vaticano el Papa hará como cada año su via crucis, seguramente sin portar la cruz, dada su avanzada edad. ¿Qué le pedirá el Papa al Cristo?

No iré a ninguna procesión, pero si puedo pedir, pido, y pido LIBRANOS DEL MAL DE TU IGLESIA SEÑOR