Hace un tiempo hicimos la entrada “Semana Santa ¿qué hago?: Ideas básicas para sobrevivir” en la que os proponíamos diferentes planes para disfrutar de esas fechas en función de los días libres que tuvierais disponibles y de variados tipos de turismo. Y hoy queremos ampliar un nuevo destino, en el que estuvimos el año pasado y nos dejó impresionados.
Castro Urdiales es un precioso pueblo cántabro del que ya os hemos hablado aquí y que conocíamos en otras fechas. Hoy, nos queremos centrar en su Pasión Viviente. Independientemente de que uno sea creyente o no, hay que reconocer que la representación que se lleva a cabo en el pueblo te deja totalmente sin palabras. Nosotros lo disfrutamos el año pasado.
La Pasión Viviente de Castro Urdiales está considerada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Este año será la 32 Edición. En 1984, unos compañeros de un campamento iniciaron la idea de representar los últimos momentos de la vida de Jesús y, desde entonces, ha ido evolucionando hasta la gran representación en la que se ha convertido gracias al esfuerzo de los habitantes de la localidad.
Dedican mucho tiempo a ensayar cada una de las escenas, a coser los disfraces, a elaborar los decorados, a decidir en qué lugar se escenifica cada momento. Comienza con la última cena y luego se desarrollan diferentes situaciones como el arrepentimiento de Judas, el juicio, los leprosos, la crucifixión o la resurrección, entre otras.
El dramatismo que envuelve todo el recorrido es impresionante. Los altavoces recogen las voces de cada uno de los actores, más de 800. Hay momentos totalmente escalofriantes, y el espíritu se contagia tanto por la cantidad de espectadores que guardan un silencio impactante, como en cada uno de los gestos de los actores que interpretan su papel con total convencimiento.
Castro Urdiales, aquel día, no parecía la villa marinera que conocíamos. Estaba totalmente transformada. Sabíamos que el viernes Santo algo había por allí y decidimos acercarnos desde nuestro alojamiento para darnos un paseo, pero lo que no teníamos ni idea es de la magnitud que nos íbamos a encontrar.
Nosotros no somos especialmente creyentes, de hecho, solemos aprovechar las Semanas Santas para hacer otro tipo de turismo, aunque finalmente siempre acabamos en alguna procesión. El año pasado, que viajamos a Cantabria, íbamos a disfrutar de la costa, ver el mar y comer y acabamos con Procesión en Santander, Procesión en Laredo, y la Pasión Viviente de Castro Urdiales. Parece que, sin comerlo ni beberlo (bueno, quizá no es la expresión más adecuada), nos estamos ganando un cachito de cielo.
Lo cierto es que nos pareció una fiesta totalmente impresionante y creemos que si os estáis planteando un destino para esta Semana Santa y os apetece ver algo muy especial que no se puede ver en otras fechas, Castro Urdiales y su Pasión Viviente será una buena elección.
Además si elegís Cantabria tendréis mar, montañas, paisajes y gastronomía…
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