Semblanza de David Viñas, uno de los esenciales de la literatura argentina.

Publicado el 18 marzo 2011 por Poli @FIPoli27

Foto: Alejandra Golán


La semana pasada, a los 83 años, murió en Buenos Aires el escritor y crítico David Viñas.
Viñas, el hombre de rostro ceñudo, fumador empedernido, malhumorado, habitué de los bares de la calle Corrientes, el famoso bar La Paz o el bar de la librería Losada o en la vieja Ghandi.
Viñas, el intelectual independiente de izquierda, que no adhirió a los tradicionales partidos internacionalistas tipo PC, ni troskistas ni maoístas.
Viñas, el polemista provocador que llegó a decir boutades como “si me apuran, digo que Rodolfo Walsh es mejor que Borges” o que “Neruda era un boludo con vista al mar”. Martín Kohan, creo, fue quien le respondió “mejor no lo apuren”.
Seguramente su reivindicación extrema de Rodolfo Walsh tenía relación con el compromiso político y valentía  del escritor desparecido luego de su “Carta abierta a la Junta Militar”, que hizo pública en marzo de 1977, al cumplirse un año del asalto al poder por parte de las FFAA.
Durante toda su vida, Viñas luchó contra el lugar que se le asignó a Borges en la literatura argentina.
En el año 53  junto a su hermano Ismael convocaron a un núcleo de intelectuales y literatos en la revista Contornos, desde la que plantearon una visión alternativa de la literatura argentina a la de los martinfierristas que lideraba Borges y Eduardo Mallea, entre otros.
Desde Contornos fueron los primeros en reivindicar organicamente la, por entonces, olvidada obra y figura de Roberto Arlt (que, a ese entonces, sólo habían rescatado pocos intelectuales aislados, como el caso de Héctor Murena) para plantearlo como opuesto a Borges.
“En algunos casos, yo me animaría a decir...el maniqueísmo es saludable. Entre otras razones, como dijo alguien, la guerra es maniquea. La guerra de ideas me parece positiva desde todo punto de vista, respecto a la sumisión, al conformismo o a la homogeneidad sin más”, llegó a decir Viñas.
Lo distintivo del trabajo de crítica que empezó a realizar por esta época tenía que ver con agregar la dimensión política y social a la lectura de la literatura argentina. Es decir, ver a la obra y al autor en su contexto ideológico y político social para descifrar claves. Esa es la originalidad de su Literatura argentina y realidad política. El apogeo de la oligarquía que publica en el 67.
Decía Viñas: “creo que es tarea de la crítica plantear juicios de valor. Si no, nos quedamos en descripciones. Yo voy a los juicios críticos y los riesgos que implican los juicios críticos”.
Su obra de narrativa que se compone de más de una docena de novelas se enmarca dentro del realismo histórico-político con un claro objetivo de denuncia.
Leí hace ya varios años su primera obra, Cayó sobre su rostro, del año 1955, que protagoniza Antonio Vera, gran propietario, medio caudillo, medio señor feudal, hijo de la Campaña del Desierto llevada adelante por el General Roca. En esta novela, Viñas intercala la narración del último día de la vida de este hombre, con otros momentos importantes. Libro de una madurez narrativa increíble por tratarse de una opera prima. Está aún pendiente estudiar las deudas que tiene con esta novela, la composición de La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes (1962) tanto en lo temático como en lo estructural.
Dijo Ricardo Piglia: "Uno de los ejes de la obra de Viñas es la indagación sobre las formas de la violencia oligárquica... sobre todo la dominación oligárquica, la persistencia de esa dominación y sus múltiples manifestaciones en distintos planos de la historia nacional".
Por eso, hay que leer a Viñas.
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Audio del Programa Demoliendo Hoteles, Radio Círculo de Bellas Artes de Madrid, 15 de marzo de 2011. Federico Poli sobre David Viñas. Blog del autor del libro de cuentos "Historias fugaces de hombres y mujeres".