El día que la Seminci ha dedicado al cine español comenzó con la proyección de “El arca de Noé”, de Adán Aliaga y David Valero. Nos ofrecieron una película tan surrealista como desconcertante y provocativa, con un trío de personajes desencantados por un mundo en crisis, que planea un viaje a otro escenario sirviéndose de un artilugio basado en el flujo de energía y la física cuántica. Cuesta entrar a tan extravagante propuesta también por su puesta en escena que raya en el absurdo, por su peculiar comicidad que esconde mucho de desengaño, lo mismo que cuesta entender a unos personajes desorientados y fuera de la realidad, para quienes los directores reclaman -como para el espectador- un cambio en la manera de mirar lo que sucede alrededor. Dicen que la auténtica revolución está en el interior de uno mismo… y quizá tengan razón, pero lo que resulta más dudoso es que su película llegue a un público que, en la primera sesión, manifestó su disconformidad y mostró sonoramente no haber conectado con ese sentido del absurdo. Cine de autor, pero que deja ver tantas rarezas que se aísla del común de los mortales.
Todo lo contrario hay que decir de la segunda película del día de la Sección Oficial a cargo de Zhang Yimou, “Regreso a casa”. De nuevo, el director chico vuelve a visitar la Revolución Cultural para contarnos una emotiva historia de amor, la que viven Lu Yanshi y Feng Wanyu (excelentes trabajos de Chen Daoming y Gong Li respectivamente). El primero ha sido detenido por contrarrevolucionario y enviado a un campo de trabajo, para ver a su regreso a casa que su mujer Wanyu tiene amnesia y apenas recuerda nada del pasado. Con tono intimista en grado sumo, con un tempo lento e ideal para penetrar en el alma de los personajes, asistimos a una preciosa historia que Yimou se encarga de iluminar con las dosis justas de sentimiento y abundante humanidad. Cuando parece que el clímax emocional ha llegado a lo máximo y que al director se le puede ir de las manos, un giro y otro hacen que la película retome el vuelo sin artificio y con mucha imaginación y delicadeza, y el espectador se siente reconfortado y no manipulado al contemplar al marido, a la esposa o a la hija del matrimonio, porque cada uno tiene su punto de vista y su interioridad, su dolor llevado con serenidad y su heroicidad. Una joya y una delicia de cine, y también una lección de humanidad que arrancó aplausos entre los presentes… y eso que todos sabíamos lo que el maestro chino nos podía dar.
Para terminar, México nos ofreció “La tirisia” de Jorge Pérez Solano, con la historia de dos mujeres que deciden alejarse de sus hijos recién nacidos, para poder así seguir al lado de sus hombres. Se trata de una radiografía de la soledad y de la tristeza -tirisia- que invade esa aldea perdida y sus vecinos que viven atrapados y víctimas del olvido. Ciertamente, la película es dura y áspera, y transmite esa muerte del espíritu, esa vida detenida… y a la vez se hace insufrible y el espectador se aburre profundamente entre tanto silencio y mirada perdida, entre tanta desesperanza y abulia, porque su ritmo es parsimonioso en extremo y su mensaje muy pesimista. Una película para olvidar.
En las imágenes: Fotogramas de “El arca de Noé” © 2014 Treeline Distribution. Todos los derechos reservados. De “Regreso a casa” © 2014 Golem Distribución. Todos los derechos reservados. De “La tirisia” © 2014. Media Luna New Films. Todos los derechos reservados.
Publicado el 22 octubre, 2014 | Categoría: Año 2014, Opinión, Seminci
Etiquetas: Adán Aliaga, Chen Daoming, David Valero, El arca de Noé, Gong Li, Jorge Pérez Solano, La tirisia", Regreso a casa, Zhang Yimou