Senderismo en Calomarde, el barranco de la Hoz de Albarracín

Por @asturiasvalenci Marian Ramos @asturiasvalenci
Calomarde está rodeado por impresionantes peñascos. Y entre cuevas, río, presa y hoces dejamos que la naturaleza nos siga envolviendo una vez más. Senderismo de los sentidos en el barranco de la Hoz.

Van a sobrevolar en las alturas escandalosas aves que juguetean a esconderse entre los altos roquedos; el correteo de un río se desgaja en multitud de brazos que van regando los pastos que comienzan a despertarse y una brisa fría que aligera las ramas desnudas de algunos árboles.

Un paisaje tranquilo que empieza a las afueras del pueblo de Calomarde. Sorprendente ruta que comienza con farolas en un lado del camino y con algunos columpios infantiles refugiados entre las rocas. Merece la pena ir sin prisas para disfrutar de las miles formas que tienen aquí los peñascos.



Puede ser que el paisaje más hermoso sea éste en el que andamos a la vera del río en dirección contraria a su curso.  Nosotros en el barranco y en las alturas algunas plantas rocosas que agradecen la humedad que les ofrece las oquedades de la montaña. Incluso los pinos luchan por sobrevivir entre estas paredes verticales.



Una de las primeras sorpresas de la naturaleza nos lo marca un extraño peñasco en la altura. Le llaman el Mochuelo. Curiosa forma que alimentó leyendas. Entre ellas aquella que cantaban a la victoria del amor entre un musulmán y una cristiana que se vieron obligados a huir de la sierra de Albarracín para defender su pasión.


Y a sus pies, alguna de las cuevas modeladas por la erosión con curiosas formas y a las que podemos subir por alguna de las laderas.El camino comienza a estrecharse y las paredes del barranco a acercarse… No tardamos en alcanzar una pequeña presa de agua donde su nombre nos cambia el estado de ánimo. La presa de los ahogados recuerda a un molinero y su hijo que murieron ahogados al intentar cruzar el río en un periodo de fuertes tormentas. Desde este pequeño azud el barranco comienza a encajonarse; el sendero juega a perderse entre las rocas estratificadas y nosotros vamos sorteando la suave pendiente entre las losas.



Unos bancos de madera nos da la oportunidad de descansar si lo necesitamos. El ascenso por el sendero nos va a ofrecer un espectacular paisaje donde el río de la Fuente del Berro se ve cada vez más alejado. Impresionantes las hoces. Pero cuidado con el sendero estrecho mientras sea en ascenso.



Comenzaremos a descender hacia Frías de Albarracín atravesando un bosque de chopos y varios canchales. Llegamos a las ruinas del molino de las Pisadas del Diablo. Otro enclave legendario por el que estaba prohibido transitar. Aunque un pastor con sus ovejas no hiciera caso un día y se atreviera a adentrarse con su ganado golpeando los árboles. El diablo muy enfadado salió en una persecución que debió abandonar cuando el pastor llegó al pueblo. Las últimas pisadas que dejó el diablo, dicen, están marcadas en las piedras del molino.



Podemos regresar hacia Calomarde desde estas ruinas o seguir hasta Frías. El sendero cruza varias veces el arroyo hasta que se convierte en un camino que entre cortados calizos y eras, nos deja en el pueblo de Frías de Albarracín.


Como es una ruta de senderismo que no entraña demasiada dificultad podemos descansar y sosegarnos en otro enclave mágico de Calomarde donde el sendero es muy corto. Pero la cascada Batida, sus pequeños saltos de agua y la vegetación merecen la visita antes de alejarnos de estas tierras. 

Me encanta esta sierra para caminarla. Me transmite mucha tranquilidad y una belleza sosegada. Perfecta para desconectar. Aquí te dejo la ruta de senderismo por si la quieres descargar. 



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