De las excursiones más famosas o conocidas del Parque Nacional los Glaciares ya habíamos hecho y descrito en este blog la Laguna de los Tres, la Loma del Pliegue Tumbado, el Chorrillo del Salto, el Mirador de los Cóndores y el Mirador de las Águilas; en la zona de El Chaltén sólo nos quedaba la Laguna Torre, que es posiblemente la excursión más emblemática.
Salimos a las 8 de la mañana en lo que puede haber sido el mejor día que ha visto El Chaltén en años: no hacía nada de viento y no había ni una nube en el cielo.
Había bastantes excursionistas a pesar de ser todavía temporada baja; la caminata hacia la Laguna Torre es la más llana de la zona y, a pesar de ser 12 km hasta llegar a la laguna (que luego hay que desandar si no se acampa en el Campamento Agostini), es perfectamente asequible para personas de todas las edades.
A la media hora de caminar ya se ve por primera vez el impresionante Cerro Torre con sus tres agujas verticales. Hay quién lo escala.
El camino, una vez pasada la primera media horita de subida, es prácticamente llano y transcurre por bosques de lengas que, según avisan, es zona de huemules (el ciervo emblema nacional de Chile).
Escondimos las mochilas en el bosque en la zona de la intersección con el camino hacia el Campamento Poincenot, donde íbamos a acampar, y seguimos hacia la Laguna Torre ya sin tanto peso.
La llegada a la Laguna Torre es impresionante: se va siguiendo el río hasta la morrena, que se atraviesa a lo bruto por encima (es muy fácil) y de repente aparece ante tí el lago del Glaciar Torre lleno de icebergs, con la pared de hielo al final (estilo Perito Moreno) y el Cerro Torre al fondo.
Una vez ahí nos dedicamos a rodear el lago y a hacer fotos, entre ellas la de la felicitación de Navidad de este año, que ahora que vuelve a haber una oficina de Correos de Chile en Puerto Natales podremos enviar.
Enrique & Marina