Senderismo en Valencia, hacia el acueducto romano de Peña Cortada

Por @asturiasvalenci Marian Ramos @asturiasvalenci
Puede parecer una imagen un poco irreal encontrarnos con el acueducto romano de Peña Cortada y más si estamos realizando senderismo en plena naturaleza.

¿Te imaginas salir a pasear por la montañay, de pronto, encontrarte con un acueducto romano que está considerado el cuarto de España en cuanto a conservación? Pues sí, esto nos puede ocurrir si decidimos hacer una pequeña ruta senderista que se hay entre las poblaciones valencianas del Alto Turia, entre Chelva y Calles. 
Una construcción romana que se encuentra solo detrás de Segovia, Tarragona y Mérida. ¡Todo un orgullo para los valencianos!

Entre un paisaje muy abrupto y montañoso, que es muy parecido al resto de pueblos que pertenecen a la serranía de Valencia nos encontramos con una población muy sencilla, Chelva.Un tranquilo pueblo que se halla en la comarca del Alto Turia que está bañado por dos ríos, el Turia y el Tuéjar y que nos ofrece varias rutas de senderismomuy interesantes para conocer una bonita naturaleza enclavada entre barrancos y ramblas.


Entre estos senderos, el más espectacular, es el que nos lleva a través de campos de cultivo y de un profundo barranco hasta el acueducto romano de Peña Cortada. Esta ruta es una de las más interesantes de Valencia porque no es habitual encontrarte en la montaña con una construcción de tales dimensiones datada en el siglo II. Una gran estructura relacionada con el agua.Aunque el origen de Chelva ya nos remonta a la Edad de Bronce debido a los yacimientos que se han ido descubriendo es indudable que una de las grandes épocas de esplendor para esta población fue la romana. Vestigios de mucho trabajo y sudor de un grupo de siervos y militares romanos que se dedicaron a la transformación de la naturaleza construyendo importantes infraestructuras para su propio beneficio.Los romanos le dieron el bonito nombre de Silva, que significaba ‘bosque’. Los godos la llamaron Sylvat y los árabes, Xelva. Fueron éstos últimos quienes decidieron establecer una pequeña población encima de un promontorio que se alzaba sobre el río Turia.Volveremos a Chelva en otra ocasión para realizar una ruta senderista muy bonita al lado del río Turia. Esta vez entraremos en el pueblo y seguiremos las indicaciones que nos llevan hacia Ahíllas y Peña Cortada. ¿Me acompañas?Antes de comenzarla quisiera comentarte algo muy interesante o importanteEsta ruta de senderismo que nos acerca al acueducto enlaza con una variante que nos lleva a un bonito rincón enclavado en un estrecho montañoso. Antes de llegar a él podremos observarlo desde un mirador. Es un lugar tan sorprendente que apetece llegar hasta él.


A partir de aquí  tendremos que descender una pendiente muy pronunciada a través de unas escaleras de roca para pasar por un puente que salva un riachuelo. Existe un pasamanos de madera que embellece esta ruta y que nos ayuda en la bajada.


Después de pasar por el puente cruzaremos a la otra parte del barranco. 


Y aunque seguiremos unos metros andando por un estrecho encajonado entre la roca de la montaña, el camino se irá abriendo poco a poco hacia un amplio valle. Se convierte en una pista forestal…


Pasamos bajo el viaducto de la autovía que nos acerca al pueblo vecino de Calles. Al barrio de la Ermita. ¡Calles!


Y claro, no estamos en Chelva donde tenemos aparcado el coche si no en Calles a cinco kilómetros y cuatrocientos metros de distancia si decidimos regresar por la carretera vieja y la propia CV-35.Esto fue lo que hice y fue una vuelta un poco arriesgada al tener que andar por el arcén junto a los vehículos que circulaban en dirección hacia Valencia. Me ocurrió por poco previsora, por dejarme llevar por la belleza del sendero del barranco sin conocer donde llegaba el camino que seguía hacia el valle.


Si hubiera optado por regresar a Chelva por el mismo camino hacia Peña Cortada hubieran sido unos siete kilómetros y medio.Si existe la posibilidad, te aconsejo que utilices dos coches para que cada uno se quede en una población, Chelva y Calles. Si no, es preferible que hagas la ruta senderista hacia Peña Cortada y la variante, pero cuando llegues al riachuelo, regreses de nuevo hacia ChelvaTú eliges. Vamos a Chelva.Después de pasar por el polideportivo encontramos a la derecha una pequeña explanada para poder aparcar el coche. Vemos los típicos carteles de madera señalizando la ruta de Peña Cortada.

Esta ruta senderista de pequeño recorrido recibe el nombre de PRV.92. Al principio es una pista forestal ancha. Solo tendremos que seguir las indicaciones de los carteles de madera hacia el acueducto. Andamos por una rambla muy ancha donde nos acompañan campos de cultivo a ambos lados. Según vamos avanzando, las montañas van cercando el camino y nos vamos introduciendo en un barranco.


Cuidado con el tráfico rodado porque al ser una pista forestal en muy buen estado muchas personas prefieren acercarse hasta su final para estar más cerca del sendero que nos lleva a Peña Cortada.

Antes de llegar a la explanada que es el inicio de los dos senderos ya podemos ver restos de un tramo de acueducto con una sola arcada. Éste está en peor estado de conservación ya que debió soportar avalanchas de agua al estar construido en una rambla. Pensé que había hecho fotografías de estas ruinas…Llegamos a la explanada sombreada por los pinos. Aquí acaba la pista forestal y comienzan los dos senderos. El de la izquierda que asciende por la ladera de la montaña nos lleva al mismo acueducto de Peña Cortada y a las galerías excavadas en la roca.


El sendero de la derecha es el llamado ‘Variante’ y pasa por la misma base del acueducto, en pleno Barranco del Gato. A través de unos pasos de madera y escaleras se puede llegar hasta las mismas columnas de esta estructura del agua.Nosotros elegimos el sendero que nos acerca a Peña Cortada y sus canales. Es un camino que tiene algo de dificultad. Y lo comento más que nada porque vi a varios padres regresando con sus hijos pequeños nada más comenzarlo. No es apto para ellos. Es un sendero muy estrecho, con fuerte subida, al lado del barranco y que, además, a veces desaparece al estar tapado por las rocas que se han despeñado de la montaña. Hay que saltarlas para seguir el sendero.
Pero merece la pena hacerlo. Porque desde aquí vemos el acueducto desde arriba.

Si acudes con niños pequeños o sufres vértigo, entonces te aconsejo que elijas la variante. Desde las bases de sus columnas podrás contemplar el acueducto, aunque no las canalizaciones de agua.Sentir la experiencia de cruzarlo y de introducirnos en las entrañas de la montaña gracias a las galerías que excavaron en la roca para que circulara el agua…Este acueducto y las canalizaciones fueron fruto de una colosal obra que, gracias a los romanos, construyeron a base de pico para excavar en la montaña caliza kilómetros de galerías. Lo hicieron con el objetivo de llevar agua desde el río Tuéjar, a través de una naturaleza muy agreste, a las poblaciones de Chelva, Calles y Llíria. En total, unos treinta kilómetros de canalizaciones que en algunos tramos, ya están en ruinas.


Llegamos a Peña Cortada. Y no podemos más que asombrarnos de esta obra colosal. Muy austera porque se fusiona perfectamente con el colorido de la naturaleza. Impresionante porque si intentamos acercarnos al barranco para ver la base de sus columnas existen casi 30 metros de altura. Bella construcción porque está formada por tres arcos de medio punto. En medio de la nada, del silencio más absoluto.

Solamente ver este acueducto nos da la sensación de una gran solidez. Debido a la ausencia de elementos decorativos los historiadores consideran que fue construido a finales del siglo I y principios del siglo II por mano esclava de la antigua Edeta (Líria). En esta comarca existían numerosas poblaciones íberas que estaban dirigidas por las legiones romanas. El corte vertical que tuvieron que practicar en la roca, la dureza de la montaña caliza y la altura del acueducto es digno de experimentar y fotografiar. Y aunque todos los historiadores coinciden que fue obra romana, en lo que no se ponen de acuerdo es en la finalidad de ésta. Muchos defienden que era para llevar agua a Chelva y Calles. Otros a Llíria y, algunos, para transportarla hasta la lejana Saguntum (Sagunto). Aunque esto último parece improbable ya que esta ciudad ya tenía una presa y acueducto propio.Estamos viendo una construcción que es un puente y un viaducto a la vez. Un puente porque a través de él podemos cruzar al otro lado del Barranco del Gato y entrar en las canalizaciones. Un viaducto porque por él discurría un canal cubierto por donde circulaba el agua.


Vamos a cruzar el acueducto de Peña Cortada que tiene unos dos metros de ancho. Con precaución pero sin miedo. Tiene unos 36 metros de largo. El camino, ya en la montaña se retuerce bruscamente hacia la izquierda para dar paso a las galerías. Para mí, este tramo de la ruta senderista es la más espectacular

Vamos a recorrer trescientos metros de galerías excavadas en las entrañas de la montaña. Solo la forma de sus paredes nos hace imaginar lo que pudo costar realizar esta impresionante obra hidráulica. 

Algunas galerías tienen una abertura hacia el barranco que agradecemos ya que por aquí entra la luz natural. Además…Podemos cotillear el paisaje tan bonito que nos rodea.


Todas las galerías tienen el techo abovedado y si nos fijamos en la tonalidad de las paredes podemos ver la altura del caudal que circulaba por ellas.




Hay cinco tramos de galerías abiertasque siguen teniendo un muro lateral para que el agua no se perdiera por el barranco. Otros cuatro tramos están cerrados

Terminamos de recorrerlas. Y seguimos el pequeño recorrido atendiendo a las marcas amarillas y blancas que están pintadas en las piedras o en los troncos. Cuando nos alejemos un poco, si miramos hacia atrás, seguro que un escalofrío nos recorrerá la piel. Vamos a ver la inmensa fractura que los romanos hicieron en la montaña rocosa.


Escalofriante vista…

Si seguimos el sendero éste comenzará a bajar entre vegetación de matorral y pinos para llegar hasta el mirador que nos permite ver el rincón tan bonito que te comentaba al principio. Y desde aquí, si miras hacia el horizonte, verás entre las montañas unas casitas a lo lejos. Estas viviendas fueron las que me hicieron pensar que aquél entorno urbano era Chelva…

Descendemos hacia el riachuelo pero yo me doy la vuelta…Prefiero subir de nuevo las escaleras y pasar por las galerías y el acueducto que no a través de la circulación rodada…

Otros recorridos por la provincia de Valencia




La Venecia valenciana, Port Saplaya




Las vistas desde El Miguelete, la otra Valencia




El Palacio de Dos Aguas, el esplendor valenciano




La Lonja de la Seda de Valencia, las otras curiosidades



El Castillo de Játiva, leyenda del Conde de Urgell