Hace unos meses, José (coleguilla y compañero de gimnasio, y que como apasionado de la montaña espero algún día se venga a una ruta de senderismo con nosotros), me contaba como vivió en primera persona un dramático momento en la montaña.
Sucedió durante la celebración del Trail de Favara (prueba en la que José participaba junto a unos amigos). Apenas a cuatro kilómetros de la meta, el padre de uno de sus amigos sufrió un desvanecimiento, y aunque las maniobras de primeros auxilios se le practicaron inmediatamente, por desgracia, no consiguieron que su corazón volviese a latir. No voy a entrar en más detalles de cómo vivió José esa escena ni la sensación de impotencia que transmitía su voz mientras me lo contaba.
Después de narrarme la trágica jornada, comenzamos a hablar de las cardiopatías ocultas, de los casos de fallo cardíaco haciendo senderismo y cómo no, de las pruebas de esfuerzo como medida de prevención, y con esa conversación también surgió el compromiso de la elaboración de este artículo.
Para que entendamos bien qué es eso de “la prueba de esfuerzo“, cómo hacerla, cuándo se recomienda, qué parámetros mide y a quién va dirigida, contamos con la colaboración de Juan García Polit (Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia (19913), especialista en Anestesiología y Reanimación desde 1998 y Máster en Rendimiento Deportivo y Salud por Universidad Miguel Hernández de Elche).
¿Por qué hacerse una prueba de esfuerzo?
Actualmente, existe una gran afición por el deporte, ya sea correr, marchar en bici, practicar fitness o por supuesto, hacer senderismo, con la acertada creencia de que forma parte de una vida sana.
No debemos considerar un reconocimiento médico deportivo como algo superfluo y sin valor, sólo al alcance de deportistas de élite. Hemos de ser conscientes que su valor es mayor que el de las botas de montaña o la bicicleta que compramos para realizar nuestro deporte favorito (en lo que solemos invertir habitualmente mucho dinero), dejando de lado lo importante, que es el motor que va a mover ese vehículo, o sea, tú cuerpo.
Piensa siempre que tu salud-vida es lo fundamental, pues si por hacer el ejercicio sin seguridad arriesgas tu vida… pregúntate: ¿Qué te queda?
Al nivel de senderista medio, el principal argumento para hacerse una prueba de esfuerzo no debe ser conocer su umbral, sino invertir en su salud.
Los datos resultantes pueden aportar signos para realizar un estudio más complejo en caso de sospechar alguna anomalía que pueda ser incompatible con alcanzar determinadas intensidades.
¿En qué consiste una prueba de esfuerzo?
La prueba de esfuerzo o ergometría es una exploración objetiva que nos permite valorar como es la respuesta del organismo ante una situación de sobrecarga metabólica como es el esfuerzo físico. Consiste en la aplicación al deportista de una carga progresiva, medible y controlada que somete al organismo a un esfuerzo físico y psíquico que podemos medir mediante la valoración de parámetros biológicos.
Las pruebas de esfuerzo pueden ser directas o indirectas, y en cualquiera de los dos tipos observamos los cambios del electrocardiograma y presión arterial.
Las pruebas indirectas, como su nombre indica, son aquellas que estiman el consumo máximo de oxígeno mediante fórmulas matemáticas, que usan los valores obtenidos de frecuencia cardiaca y carga. Son, por tanto, más inexactas.
Esta última, es decir, la ergoespirometría con análisis directo de consumo de oxígeno (VO2 máx) es la prueba que realizamos en deportest , y permite obtener de forma objetiva la capacidad funcional del individuo.
Este parámetro, importantísimo en la fisiología del ejercicio, representa el funcionamiento integrado de los diferentes aparatos y sistemas del organismo para el mantenimiento de las funciones vitales imprescindibles para el desarrollo de la práctica deportiva.
A mayor capacidad funcional, mayor VO2 máx, lo que significa que el deportista tiene mayores posibilidades de ejercitarse de forma activa y segura.
Haciendo un símil entre el motor de un coche y el cuerpo del ciclista, será más fácil su comprensión. Cuanta más cilindrada tenga un coche más capacidad de velocidad con seguridad tendrá. En el entrenamiento, la cilindrada se conoce como VO2 máx.
El VO2 máx mide la cantidad máxima de oxígeno que el cuerpo puede utilizar en un tiempo determinado. Esto se le denomina potencia aeróbica.
Con el entrenamiento se mejora en gran medida y es un gran indicador del nivel de un deportista. Sin embargo, llega un momento en que el VO2 max ya no aumenta más, y las mejoras se obtienen por otros mecanismos .
Otro parámetro que podemos obtener es el umbral anaeróbico, y sería como la intensidad constante más elevada que un deportista puede mantener durante un periodo relativamente largo de tiempo. Es el dato que mejor describe el estado de forma de un deportista.
¿Para que sirve una prueba de esfuerzo?
La prueba de esfuerzo aporta datos sobre el estado de salud del deportista y sobre aspectos relacionados con la condición física y la prescripción de ejercicio.
No debemos considerar una prueba de esfuerzo como algo exclusivo de los deportistas de élite o deportistas amateurs que compiten. La prueba de esfuerzo nos permite:
-Estudiar la adaptación del organismo al ejercicio.
-Observar problemas que no aparecen en reposo.
-Determinar de forma objetiva y exacta de la condición física y capacidad funcional.
-Prescribir las cargas de entrenamiento
-Controlar y planificar el entrenamiento.
-Valorar la evolución del entrenamiento en distintos momentos de la temporada y valorar bajadas repentinas en el rendimiento.
-Estudio y seguimiento de pacientes con cardiopatías.
-La valoración inicial en los reconocimientos de aptitud para la práctica deportiva.
¿En que consiste?
Primero se realiza un reconocimiento médico-deportivo con una encuesta de salud, exploración física y electrocardiograma en reposo para descartar posibles problemas antes de la realización de la prueba.
La prueba se puede realizar con un cicloergómetro, tapiz rodante, remoergómetro, que sea específico con el gesto del deportista.
Al deportista se le monitoriza con el analizador de gases (que precisa de una mascarilla para recoger los gases), también con electrocardiograma de esfuerzo, medición de lactato y tensión arterial.
La prueba finaliza si se observan alteraciones en el electrocardiograma, fatiga, o cuando se han alcanzado valores de prueba máxima o submáxima.
Tras finalizar la fase incremental se pasa a una fase de recuperación durante unos minutos.
¿Quién no debe realizarse la prueba?
Los deportistas o pacientes a los que se les han diagnosticado arritmias graves incontroladas, dolor en el pecho de tipo anginoso, bloqueos cardiacos AV tipo II-III, alteraciones estructurales importantes en el corazón, hipertensión mal controlada, dificultad para pedalear o correr en la cinta.
¿Cuándo hacerse la prueba de esfuerzo?
Siempre es un buen momento. Si no llevas un entrenamiento adecuado, vas a tu aire y en especial si no realizas una base apropiada, recomiendo que te hagas la prueba a la mayor brevedad con el fin de descartar problemas.
Si llevas un entrenamiento planificado, lo más conveniente será realizarla una semana antes de comenzar con la calidad en donde se alcanzan las intensidades más elevadas. De paso se conocerán los umbrales para programar el entrenamiento.
¿En que condiciones hago la prueba?
-Debes comer ligero 2-3 horas antes de la prueba y evitar sustancias estimulantes como café o gingseng.
-Debes traer ropa deportiva para la prueba , ropa de cambio y toalla.
-No realizar ejercicio los 2-3 días previos a la prueba.
Para saber más
Juan es uno de los profesionales del equipo de ClinicFoot (clínica especializada en medicina deportiva), donde estarán encantados de atenderte y explicarte cualquier duda que tengas, y por supuesto, puedes hacerte allí la prueba de esfuerzo. Esta clínica tiene un convenio con la FEMECV, por lo que si estás federado te harán un buen descuento.
Para ponértelo más fácil, te dejo los datos de contacto de la clínica, y recuerda: Practicar montaña es sano, sí, pero siempre con seguridad.
También puedes encontrar más información en Fundación Española del Corazón.
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