Siempre que desaparece un autor al que he leído, pienso con qué novela de toda su obra me quedaría. Ya lo hice con Benedetti y esta vez merece su espacio el señor Delibes.
Sabemos que fue un escritor tremendamente productivo, con muchísimos títulos reseñables, pero yo recuerdo con mucho cariño Señora de rojo sobre fondo gris. Sigue una estructura muy parecida a Cinco horas con Mario y, si quiero dejar constancia de ella en este día, es porque me pareció una obra muy entrañable, a ratos desgarradora y llena de una infinita nostalgia.
Narra la historia de un viejo pintor que monologa frente a su hija, prestando una bellísima atención a la vida, enfermedad y muerte de su esposa, en lo que acaba por convertirse en un exorcismo que sobrecoje al lector.
Así que si váis a hacer hueco en la estantería para este gran genio, os recomiendo esta novela que, por casualidades injustas de la vida, no es ni mucho menos la que más se recuerda de él.
Si cae en vuestras manos, disfrutadla enormemente.