Señores de la guerra y emperadores niños en el ocaso de occidente. guerra y política en la primera mitad del siglo v d.c

Por Historiayromaantigua
Escrito por Federico Romero Díaz
El siglo V d.C. es una época de cambio, fascinante para cualquier historiador. El Imperio lucha por sobrevivir a los problemas políticos internos y frente a las amenazas externas en forma de invasiones de diferentes pueblos bárbaros. Bueno, en apariencia, nada distinto a lo que sucedía en los dos siglos anteriores nada que el Imperio romano no pudiera solucionar con sus propias fuerzas. Y así fue en Oriente, sin embargo en Occidente la crisis será de tal calibre que acabará con la existencia de ese Imperio, al menos políticamente ¿Porqué finalmente no resistió el poder de Roma ¿Cuáles fueron las causas de este proceso de desintegración del poder en la parte occidental?¿En que se diferenciaban ambas partes del imperio ?
No son preguntas sencillas se han escrito numerosos estudios y ensayos para responderlas y aún los debates son intensos, aunque hay determinados puntos en los que los estudiosos van poniéndose de acuerdo.

EMPERADORES NIÑOS
Un fenómeno curioso en la historia de Occidente es que entre el 365 y el 455 todos los emperadores legítimos llegaron al trono siendo niños. Puede ser una casualidad, aunque es mejor buscar posibles causas que expliquen este fenómeno. No es la primera vez que accedían al trono emperadores muy jóvenes como Alejandro Severo, Calígula o Heliogábalo pero nunca se había repetido el fenómeno de una manera tan insistente y repetitiva. En el 375, muere Valentiniano I y le sucede con 17 años su hijo Graciano, que ya estaba asociado al trono años atrás. Un poderoso grupo de cortesanos aprovecharon ese momento de debilidad para proclamar a Valentiniano II de cuatro años de edad, emperador. Graciano se reservó la administración de la Galia Britania e Hispania, mientras que puso Italia, Iliria y África bajo el mando teórico de Valentiniano II y su madre que gobernarían desde Milán. Valentiniano III, Honorio y Arcadio serán en fechas posteriores ejemplos de la misma "costumbre".

Jean-Paul_Laurens_ The_Byzantine Emperor Honorius 1880


El nombramiento de emperadores tan jóvenes tenía ventajas porque evitaba que estos murieran en batalla y hacía posible que algunos cortesanos ambiciosos extendieran su influencia hasta límites que no hubieran sido posibles bajo el mando de emperadores adultos, con respaldo militar y político detrás. En este nuevo contexto algunos magistri militum( comandantes supremos en el ejército) pudieron hacerse con casi todo el poder en el gobierno relegando al Emperador a un papel meramente simbólico y ornamental.
A pesar de todo ese poder seguían siendo vulnerables ante rivales que, en teoría, estaban en una posición subordinada que trataban de sabotear su acción política de diferentes maneras. Señores de la guerra sobre todo en el Norte de África como Gildo en el 398, Heracliano en el 410 o Bonifacio en la década de 420 trataron de oponerse a sus comandantes de diferentes maneras. Por ejemplo Gildo aprovechó que su comandante Estilicón estaba luchando contra Alarico en Grecia para transferir el gobierno de su diócesis africana de Occidente a Oriente. Bonifacio cortó el suministro de trigo africano a Italia aprovechando el enfrentamiento  entre Alarico y Honorio y porsteriormente se negó con violencia a dejar su puesto de mando en África rebelándose contra Rávena. El magister militum Flavio Castino tuvo que soportar de nuevo la rebelión de Bonifacio cuando trató de acabar con los vándalos en Hispania. La táctica no era convertirse en emperador, la idea era sustituir  en el poder al comandante supremo, al magister militum mientras seguían demostrando una teórica fidelidad al Emperador, es una oposición que podemos denominar de bajo nivel. Durante los dos siglos anteriores en camino al poder pasaba por la usurpación del trono imperial mediante la guerra civil, pero ahora, exceptuando el breve periodo de los usurpadores provenientes de la Galia, Hispania y Britania(406-415) la vía de acceso al poder pasará por convertirse en un señor de la guerra, es decir era necesario contar con un numeroso grupo de fieles a su persona. El estado trató de legislar en contra, prohibiendo que un personaje importante reclutara por cuenta propia guerreros que, al fin y al cabo solo serían fieles a sus señores, no al Emperador. Sin embargo la existencia de contingentes particulares de los conocidos como bucelarios demuestra que la práctica fue otra. Es probable que, debido a las necesidades militares de cada momento,, se hiciera la vista gorda y se permitiera la creación de estos grupos que posiblemente recibirían el equipamiento de las fábricas del estado pero la soldada del bolsillo particular de estos jefes militares.

Bucelarios de Aecio en batalla.


Cuando por los avatares de la política estos entraban en conflicto con el poder central, debían recurrir al saqueo de determinadas zonas para asegurarles su fidelidad, aunque lo deseable era la vuelta a la legalidad lo antes posible ya que eso les aseguraba el acceso regular a los recursos del estado sin los cuales resultaba imposible a medio y largo plazo mantener sus contingentes militares privados.
Alguno lo conseguirá gracias a la debilidad del ejército especialmente en Occidente, después de la sangría que supusieron guerras civiles de finales del siglo IV con batallas como la del río Frígido en el en que dejaron los efectivos de las legiones muy mermados. A pesar de los esfuerzos de emperadores como Honorio por alistar nuevos efectivos para el ejército, el número de soldados seguirá siendo inferior a los necesarios por el continuo desgaste que implicaba la necesidad de librar continuas campañas contra los bárbaros que, a partir del 406 penetran en el territorio de Occidente. El hecho de que Alarico en el 401 pudiera penetrar en Italia, prácticamente sin oposición y sitiar Milán demuestra esa escasez de tropas. Este nuevo tipo de lucha por el poder tendrá consecuencias muy negativas para la integridad territorial del Imperio. Por ejemplo la rebelión de Bonifacio favorecerá a los vándalos en su lucha por la conquista del Norte de África.
LISTA DE SEÑORES DE LA GUERRA
La lista de estos señores de la guerra es bastante larga aunque deberemos empezar por el mas conocido de ellos Estilicón, generalísimo de Occidente gracias a ser el general más veterano de los supervivientes a la masacre de la batalla del río Frígido, a ser el favorito de Teodosio que le casó con su hija adoptiva Serena y a ser nombrado el tutor del joven emperador Honorio, augusto de Occidente desde los 9 años. Desde esta privilegiada posición pudo centrarse en acaparar gran parte del poder en sus manos.
Otro de los grandes señores de la guerra fue Aecio, que dominó Occidente durante casi 20 años. Fue asesinado en el 454 por el propio emperador Valentiniano III cansado de ser relegado a un papel secundario y temeroso de ser sustituido por el hijo de su magister militum, Gaudencio. Pocos meses después dos miembros del séquito del fallecido Aecio, llamados Optila y Transila, asesinaron Valentiniano III.

Batalla de los Campos Catalaunicos, 451 d. C


De Bonifacio ya hemos hablado pero merece la pena detenerse más en detalle en esta figura. Nombrado Comes Africae en el último año del gobierno del emperador Honorio(423) se negó a reconocer al usurpador Juan, secretario de Honorio, tras el fallecimiento de este, reconociendo su fidelidad al emperador de Oriente Teodosio. Tras la derrota y muerte de Juan, y el nombramiento del niño Valentiniano III como Emperador (bajo la tutela de Gala Placidia su madre) 425 se mostró de nuevo leal al Imperio Occidental, ahora comandado por Aecio, hasta que los vándalos comandados por su rey Genserico conquistaron Cartago y las tropas romanas tuvieron que volver a Italia. En el 432 las tropas de Bonifacio, acusado de traición por Aecio se enfrentó en Rímini a las tropas de este y venció pero a Bonifacio, herido de muerte de nada le servirá esta última victoria sobre su rival en la corte, muriendo meses después.
Gildo es otro caso paradigmático. hermano de Firmo II. Cuando Firmo se rebeló contra Valentiniano I (375), colaboró en el aplastamiento de la rebelión, concediéndosele el patrimonio de su hermano.En 386, Teodosio I lo designa Comes Africae y Magister utriusque militae per Africam, gobernando la provincia africana con bastante independencia.Con la subida al trono de Arcadio y Honorio, África, de hecho, se había convertido en la principal fuente de grano de Roma. Empujado por las promesas del eunuco Eutropio, Gildo sopesó seriamente la posibilidad de unir la provincia al imperio romano del este jurando fidelidad a Arcadio. La posibilidad de perder el granero de Roma desató la respuesta del trono imperial: por indicación de Estilicón, el senado romano declaró a Gildo “enemigo del estado” y comenzó una guerra contra él. Tras la derrota, Gildo huyó en un pequeño barco, esperando alcanzar la costa del imperio romano del este. Pero los vientos dominantes le llevaron de nuevo a la costa africana. Para evitar ser apresado acabará suicidándose.
Heraclio fue clave en la eliminación de Estilicón y fue premiado en el 409 con el gobierno de África. Desde allí, fiel a Honorio se opuso a la usurpación de Prisco Atalo impuesto por Alarico en Roma cortando el suministro de cereal africano a la capital oponiéndose a los intentos del usurpador por hacerse con el gobierno de África.  Sin embargo en el 412, instigado por terceros, acabará rebelándose contra Honorio, que le declara en rebeldía . Tras un enfrentamiento militar es derrotado y muerto transfiriéndosele sus bienes a Constancio III.
En la nómina de señores de la guerra deberíamos también incluir a otros de ascendencia bárbara como los godos Saro o el propio Alarico. Ricimero. ya en la segundad mitad del siglo V, etc. A pesar de su procedencia no romana jugarán un papel fundamental en la política de su tiempo.
Las continuas guerras que estas luchas por el poder generaban entre los distintos señores de la guerra y sus ambiciones personales que raras veces coincidían con el interés general tendrán un papel de primer orden en la desintegración y desaparición del Imperio Romano de Occidente y en la formación de nuevas unidades políticas en su territorio, aunque esa es ya otra historia.
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