He ejercido el derecho y el deber de votar.
Nada parecido a la primera vez que introduje la papeleta, cuando nos dieron la posibilidad de votar, después de muchos años cerrada la puerta. Franco.
Nada comparado a aquella mañana que por primera vez podíamos votar.
Recuerdo perfectamente, como si fuera ayer que estaba muy nervioso, aunque ya nos habían dado un 'cursillo acelerado' de cómo ejercer el voto y no hacer el ridículo.
Aún así, no se me olvida que teníamos una alegría especial y mirábamos a nuestro alrededor para no hacer nada que no estuviera bien hecho.
Era la primera vez y creo recordar una canción que así lo decía; "La primera vez".
Hoy cuando es 25 de mayo de 2014 y voy a introducir la papeleta, que libremente he elegido, tengo la sensación de que ya no es lo mismo, pues hoy la presidente de la mesa no me ha dejado introducirla con mi propia mano, ha sido ella quien lo ha hecho ¿por qué?; no lo entiendo, yo soy el votante con mi NIF y mi persona in situ.
Le he dicho que yo quería meter (la papeleta) y me ha dicho que no podía ser que la Ley Electoral no lo permitía (¿hemos hecho un referéndum para que esto sea posible?); yo no lo recuerdo. Entonces la presidente de la mesa me ha mirado como diciendo de qué iba con mi comentario.
Me ha contestado que es la presidente de la mesa de votación ¿de votación? ¿tiene que meter ella la papeleta y no el votante? Otra vez el sentido común se cuela por los entresijos de la estupidez, para dejar de ser sentido común.
Normalmente a estas cosas del sentido común no me ganan; le he dicho: usted no sabe lo que es la democracia, y por supuesto le he dicho que hay que cambiar la Ley Electoral actual. Se ha quedado con los ojos a cuadros.
¡Que cosas me ocurren! Por eso digo que tengo la sensación que ya nada es igual, por desgracia no quieren cambiar nada, no les interesa a la oligarquía asentada en este sistema.
Pero tengo la sensación que mi papeleta va a intentar cambiar a una nueva Europa para los ciudadanos.
Ya que no me han dejado introducir mi papeleta en la urna, en mi corazón está empezar a cambiar a esta nueva Europa.
Al menos tengo esa sensación.