"Sensaciones de mi primer viaje y testimonio de una víctima del muro marroquí"

Por Teofermi Teo Fernandez @teofermi
Por Laura Soroeta
He pasado muchos años oyendo hablar de los campamentos de refugiados saharauis en Argelia. Sin haberlos pisado, llegué a tener en mi mente una imagen que me transportaba a una situación que, como todo lo ensoñado, siempre llega a ser superada por la realidad. En el momento en que entré a formar parte del equipo de REMMSO, sentí que era el momento de viajar allí. Los trámites, el billete… todo fue tan rápido que cuando el avión despegaba, aún no podía creerlo. Llegar a los campamentos, es viajar en el tiempo. Es desconectar de esta vida de prisas en la que el tiempo se nos escapa entre los dedos, es vivir ajeno al reloj. Es pasar de ir por la calle corriendo, sin ver las caras de quienes nos cruzamos a encontrarse rodeado de personas cuyas miradas se clavan en el alma; de unas sonrisas que, hoy sé, vivirán siempre en mi corazón. El programa de trabajo organizado por el Coordinador General de REMMSO, Gaici Nah, fue tan completo que, gracias a la colaboración y ayuda del maravilloso equipo de ASAVIM, en una semana tuve la posibilidad de llevar a cabo todo cuanto necesitaba (aunque es inevitable el sentimiento de dejar muchas cosas pendientes). Mi visita al Hospital de víctimas de minas, Mártir Cherif, me dio la oportunidad de llevar a cabo algunas entrevistas. Estando allí, una siente el calor de esas familias que te acogen con cariño y agradecen que estés con ellos; las sonrisas de todos los niños que vi, la calidez y calidad humana de aquellas personas con las que estuve, me sobrecogió. Cuando entré a hacer la primera entrevista, a Bnina Mohamud Tiyeb, el cambio de la luz del sol a la penumbra del interior, me cegó por un momento y lo primero que vi fue una mujer con la sonrisa en los ojos, una mujer rodeada de niños que tendía sus manos hacia mí y que me recibió con un abrazo. Al tener ante ti a quien ha sufrido tanto y preguntar sobre ese sufrimiento, una intenta ir de puntillas sobre el dolor… ese dolor con el que conviven a diario nuestros hermanos saharauis: unos por tener desaparecidos en sus familias; otros por haber sufrido torturas que les han dejado secuelas de por vida; otros por llevar décadas sin ver a los suyos, separados por ese muro marroquí, separados por ese muro asesino; otros por vivir en condiciones infrahumanas en los campamentos de refugiados en Argelia; otros por tener a los suyos, presos políticos, en cárceles marroquíes; otros, por verse amputados, heridos de por vida, dañados por esas minas anti-persona, minas anti-carro, bombas de racimo que inundan el muro marroquí...
Os presento a Bnina, una mujer con coraje que conoce el dolor y el sufrimiento desde la tierna edad de 12 años. Confío en que un testimonio así, nos ayude y nos dé fuerza para luchar contra el muro marroquí y sus armas letales y evitar que siga habiendo víctimas. -Buenos días. Antes que nada, le agradezco mucho que me reciba y conceda esta entrevista. Dígame su nombre, por favor, y por qué motivo se encuentra en el hospital de víctimas de minas Mártir Cheriff. Me llamo Bnina Mohayub Tiyeb y tengo 47 años. Estoy aquí porque fui víctima de una mina anticarro en el año 78. -¿Nos podría decir qué problemas ha padecido por ello? Mi mayor problema fue que esto sucedió cuando yo era muy pequeña. Eran los primeros años del exilio y no había hospital ni personal especializado ni ortopedia y tuve problemas en las etapas de cura. Tenía tan solo 12 años. - ¿Qué consecuencias físicas sufrió por aquella mina anticarro? Sufrí la amputación de mi pierna izquierda por encima de la rodilla. - ¿Qué representa para usted el muro marroquí? Muchas cosas. La principal es que divide a mi pueblo en dos partes separando a sus familias. También es el causante de los accidentes con las minas: muchas muertes, amputaciones y niños heridos. -¿Considera el muro marroquí un peligro inminente? Sí. Espero y deseo que pronto ese muro caiga y pedimos a las organizaciones internacionales y asociaciones, que presionen al gobierno marroquí para acabar con el muro. -¿Qué le gustaría decir a las organizaciones internacionales que trabajan contra las minas? Primero quiero dar las gracias a todas las personas que trabajan contra el muro y contra las minas y también a los que aquí, en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia, trabajan en apoyo de las víctimas de minas. Pido que se haga todo lo posible por concienciar a las siguientes generaciones y protegerlas de este peligro por medio del desminado. También aconsejo a los que viven en los territorios liberados del Sáhara Occidental que sean muy prudentes y se fijen bien en las señales de minas y en las zonas en las que el riesgo de mina es muy muy alto. Mi nieto, vive con su familia en el municipio de los territorios liberados que tiene el mismo nombre del hospital Mártir Cheriff. -Veo Paz en sus ojos, pero debo preguntarle, ¿guarda usted rencor?  Siento odio por las minas, pero nunca por las personas. Ni siquiera por las personas que ponen las minas.
Muchas gracias, Bnina, por habernos concedido su tiempo. Tiene usted una familia preciosa.
Fuente: remmso.org