Sensaciones postmaratonianas

Publicado el 01 mayo 2014 por Cesarnozal

La pasada semana completé mi tercera maratón, junto a un grupo de amigos que ya desde hace poco más de un año, venimos entrenando juntos en el Club del Corredor del Real Grupo de Cultura Covadonga de Gijón.

Como me gusta la historia, recordar que el origen de la prueba se encuentra en la gesta del soldado griego Filípides. Los hombres de Atenas estaban luchando una batalla contra los persas, y las mujeres habían acordado suicidarse si a la puesta del sol no sabían nada de sus maridos. Los griegos ganaron pero, temiendo no llegar a tiempo, enviaron a Filípides,  quien en el año 490 a.C., corrió la distancia de 40 kms (desde Maratón a Atenas) para anunciar la victoria sobre los persas. Murió de fatiga nada más llegar a Atenas y anunciar la victoria.

Pero entonces … ¿por qué  la distancia pasó de 40 kms a 42 kms 195 metros?

Pues parece ser que en los Juegos Olímpicos de Londres (1908), en un día lluvioso,  la realeza inglesa, para no mojarse, obligó a los corredores de la maratón a empezar desde los jardines del palacio real. Este hecho hace incrementar la distancia hasta los actuales 42 km 195 metros.

Pues eso, cinco compañeros de entrenamiento, nos desplazamos a Madrid para intentar acabar los 42.195 metros que había entre la Plaza de Cibeles y el Parque del Retiro donde estaba ubicada la meta.

David y yo nos fuimos en tren el día antes para recoger los dorsales.

Allí nos encontramos con Juan  y su familia, y aprovechamos para calentar motores.

y pensar en la posibilidad de correr la siguiente maratón

Esa noche tocaba cenar pasta, beber agua en abundancia e irse a descansar pronto, para estar fresco al dia siguiente.

El meeting point era la parada de metro del Banco de España, frente a la plaza de Cibeles, salida de carrera…

Antes de ir para la cama, comienzo con el ritual previo a toda carrera, tener a mano el dorsal y los imperdibles. Sujetarlos al dorsal y a su vez a la camiseta. Sacar los calcetines, pantalón y zapatillas. El reloj con gps que me marcará el ritmo de carrera, importante sobre todo al principio para no ir más rápido de la cuenta.

Me meto en la cama, pongo  el despertador a las 6,30 A.M. Suena el whatsapp con mensajes del resto de compañeros con los que habia quedado al dia siguiente.

Me despierto un par de veces por la noche, pero descanso bien. Suena el despertador. Me preparo y bajo a desayunar. Zumo de naranja, una tostada con tomate, aceite y jamón. Un plátano, un trozo de piña, unas nueces, pasas y orejones. Bebo agua, e intento desayunar muy despacio para hacer bien la digestión, fundamental para la carrera.

Vuelvo a la habitación un rato para hacer tiempo hasta las 8,30 a.m hora a la que habíamos quedado. Hace buen día , pero hace frío. Mi hotel por suerte está al lado. En seguida veo al resto de los compañeros…facilmente identificables con nuestra camiseta con el logo de Gijón al pecho, y el escudo del Grupo Covadonga a la espalda.

Y ahí estaba Juan, David y Mario…falta uno!!! Falta Carlos!!! Mario le llama al movil pero no contesta.

Va pasando el tiempo y tenemos que dirigirnos a la salida, sin Carlos.

Nos colocamos en nuestros respectivos cajones. Nos despedimos y nos deseamos suerte. Juan y David adenlante. Y Mario y yo nos quedamos atrás.

Esto empieza. No sabemos nada de Carlos.

Los corredores se apelotonan en la salida, primero salen los que corren los 10.000 metros, y a continuación van saliendo la gente ubicada en los primeros cajones.

Mario y yo salimos 5 minutos después del pistoletazo de salida, ya que tiene que ir saliendo los 29.000 inscritos.

Intentamos seguir la “liebre de 4 horas” pero no la encontramos. Empezamos a adelantar gente zigzagueando los primeros kilómetros.

Pasados unos kilómetros vemos a David que se une a nosotros, y posteriormente vemos a Juan que había tenido un problemaen la salida y se habia rezagado… pero Juan va a otro ritmo, tiene una marcha más y le deseamos suerte.

Desde el kilómetro 3 hasta prácticamente el kilómetro 24 vamos juntos los 3…a buen ritmo. Vamos bien, de vez en cuando nos hablamos para ver si vamos bien, e incluso vamos comentando la gran cantidad de gente animando que hay en las calle.

En el kilómetro 19 Mario había quedado con su mujer y su hijo… Mario se adelanta unos metros y por fin localiza a su familia. La cara de ilusión de su hijo, y sus gritos de Papá , papá creo que serán inolvidables para mi compañero Mario para siempre. Nos paramos unos segundo, y seguimos carrera, bajando por la calle Preciados , cruzando la Puerta del Sol abarrotada de gente, y literalmente el gentío ocupaba la calle , abriéndose al paso de la carrera, como en las etapas de montaña del Tour de Francia.

Pillamos a la liebre de 4 horas, que había salido casi cinco minutos antes que nosotros. Eso nos da moral.

Poco a poco, pasamos el ecuador de carrera. Nos vamos hidratando bien. La organización aporta plátanos a mitad de recorrido. Le peco un bocado a uno, para aportar potasio a la musculatura, y evitar las temidas calambres y retrasar el “muro”.

Perdemos a David en el kilómetro 24.

Esperamos sea una bajada de ritmo. Vamos mirando atras. No lo vemos.

Le digo a Mario que está más fuerte que yo que si quiere tirar que tire, ya que dentro de poco vendrán las cuestas y el sube mucho mejor que yo.

Llegamos a la casa de campo y de camino al palacio de Oriente en el kilómetro 32 empiezan las cuestas… poco a poco vamos regulando.

Llega David que parece recuperado. Les digo que yo tengo que ir a mi ritmo, regulando. Poco a poco se van alejando de mi. Bajo el ritmo. Las rampas se me hacen durísimas. Llevamos 35 kms en las piernas, hace sol, intento beber. Llevo un gel que mezclo con el agua. Voy dando pequeños sorbos.

Las rampas no acaban nunca. Subimos 200 metros durante 5 kms. Pero seguimos avanzando poco a poco queda menos para la meta.

Aprieto los dientes, no quiero mirar el reloj. Las cuestas se suaviza. Quedan dos kilómetros. En esos últimos metros se nota el buen entrenamiento de los últimos 4 meses. Paso a gente que va a andando, con los rostros desencajados del esfuerzo, corredores retorciéndose de esfuerzo…

Entramos en el Parque del Retiro…ultimo kilómetro. La gente te anima. Pienso que tengo que bajar de 4 horas, pero no miro el reloj…tiro para adelante, queda poco, veo a David a escasos metros… veo el arco de llegada, el reloj va desgranando los ultimos segundo… y cruzo la meta.

Se acabó, ahora a disfrutar!!!!

En ese momento  nso volvemos a reunir David, Mario y yo … y nos fundimos en un abrazo , lleno de emoción… donde se nos caen las lágrimas por el esfuerzo.

Muchos meses de preparación para acabar una carrera en la que no compites contra nadie

La carrera como la vida misma fue DURA, MUY BONITA y finalmente EMOCIONATE.

Y al final, después del esfuerzo llega la recompensa

EJEMPLOS DE SUPERACIÓN, PERSISTENCIA Y FUERZA DE VOLUNTAD

DATOS CURIOSOS