Y es que si por algo será recordado será por sus comedias (las más y mejores), lo cual me hace pensar en la historia del hombre que va al psicólogo por una depresión y este le recomienda que vaya al gran circo que han montado hace poco a las afueras de la ciudad "donde se encuentra el mejor payaso del mundo, que le hará reír a carcajadas y le hará olvidar todos sus problemas", a lo que el hombre responde "no puedo ir a ver a ese payaso, porque soy yo". Algo de realidad encierra al parecer.
Aunque también interpretó muy memorables papeles "serios", a los que daba su toque especial (ese no se qué que qué se yo) que iban desde la dureza a la ternura.
Pues nada, cierro este minúsculo homenaje a uno de los mejores actores y personas que se podía encontrar en un mismo cuerpo, ¡Adiós Robin!