Sentimientos encontrados

Publicado el 23 marzo 2014 por Cris C. @relojdemadre

Tristeza de Luis Royo. Puzzle de Heye

Desde que mi reloj biológico se activó he tenido en múltiples ocasiones sentimientos casi opuestos. A veces esas sensaciones te llevan a un estado de no saber que hacer ni como reaccionar. Y en otras te encuentras disimulando o fingiendo para que no se note lo que está pasando por tu cabeza.

Ante el embarazo y el nacimiento del bebe de mi amiga. Me sentí feliz por ella pero también sentí envidia. Normalmente la felicidad desbanca a la envidia y todo va bien. Pero en ocasiones la envidia manda y te sientes triste porque tu también quieres estar embaraza y ser madre. Y por si no fuera poco con todo eso también llega el sentimiento de culpa. Te sientes culpable porque algo que tenía que hacerte muy feliz te hace sentirte triste. Te sientes culpable porque la alegría por tu amiga debería de superar todo lo demás. En resumen, tenemos felicidad, envidia, tristeza y culpabilidad. Todo esto a la vez en un cóctel explosivo. Y claro tienes que seguir haciendo tu vida, no puedes quedarte en casa lamiéndote las heridas hasta que todo se ordene en tu cabeza. Así empieza la tarea de intentar que se pase todo y volver a la normalidad, o si todo va mal fingir y disimular.

Hay ocasiones en las que fingir se vuelve una necesidad. No puedes presentarte delante de los futuros o recientespapás sin una sonrisa. Incluso puede que ellos necesiten tu ayuda y apoyo en esos momentos y tus necesidades pasen a un segundo plano. No quieres que se preocupen por ti. Puede que superes la visita sin problemas, sin decir algo inapropiado dado que tu cabeza está en otra parte. No siempre es tan malo, no siempre es necesario fingir, pero esta vez me voy a centrar en la peor parte.

El problema es que guardarse las cosas para una misma nunca es bueno y trae consecuencias. En mi caso han aparecido las dudas. Dudas de si algún día conseguirás ser madre. Dudas de si algún día tu pareja estará preparado. Y ya es algo más que se le añade en el cóctel de sentimientos.

Esta semana comprendí que esto no me pasa a mi sola. Que lo que siento no está mal aunque la culpabilidad lo diga. Compartirlo ayuda y saber que no estás sola también.