Hay un abismo en mi interior que me succiona hacia el centro del huracán, ese abismo ocupa el lugar donde estaba mi fe en ti, donde estaba mi amor y mi cariño, ¿A dónde iré cuando tu no estés? El piano toca su melodía melancólica una vez mas, las notas del violín resuenan en mi cabeza y me hacen estremecer...
Oh, brillante oscuridad, ¿A dónde me llevaras esta vez?, ¿me arrastraras muy lejos de casa? Quiero gritar, salir de este mundo y dejar todo atrás... quiero, deseo, anhelo mi libertad. Quiero una probadita de tu poder, me la has dado antes ¿puedes dármela ahora? Tu poder puede conmover hasta el corazón mas duro, tu amor puede tocar con delicadeza y gentileza la puerta de ese corazón herido... confío en ti y en tu poder porque se que tu has hecho cosas grandiosas conmigo y se que harás muchas mas... rellena pues este abismo que me arrastra lentamente a las aguas profundas y traicioneras de la tristeza.
Una vez ya he nadado en esas aguas y no ha sido una experiencia muy grata ni reconfortante. Es como morir ahogada, como ser asfixiada por un cinturón de cuero... el oxigeno escasea y los caminos son pocos...
Estoy divagando... letras, palabras, oraciones sin sentido. Todas apiladas en un texto, ¿Qué trato de decir? Que mi interior ha estado roto por tantos años, que al fin Él viene a reponerme, a curar mis heridas y después vienes tu a romperme en pedazos una vez mas y a bailar sobre los pedazos con conforman mi alma, ¿había garantía?¿Puedo regresar esta alma gris, pálida, muerta por una viva, alegre y llena de color? Desearía que sí.
Mis deseos. Mis anhelos. Mis sueños. Todo se resume a una cosa: que no te vayas de casa... que no nos dejes, que no nos abandones. Tu partida destrozara no solo mi corazón, no solo romperás mi alma... sino la otra personita mas pequeña y frágil que yo.