La peque iniciara su último curso en la guarde y desde que empezó ha crecido mucho emocional y mentalmente. Tiene un entrañable grupo de amigos con los que disfruta al máximo. El septiembre de 2009 estaba angustiada pensando en esa primera separación, dejarla en manos extrañas me daba miedo. Pero hemos superado con creces esa prueba y estoy segura de que disfrutara este nuevo año mucho más que el anterior.
Mi hija ya tiene 2 años y es plenamente consciente de su mundo familiar y escolar. A veces olvido que ya no es un bebé pero ella me lo recuerda:
- Montse ven… que te pongo los zapatos
- No mamá, me los pongo yo que ya soy mayor.
Y a mi se me congela la sonrisa pensando en que tiene razón: ya es una niña mayor. No es que no quiera que crezca, es simplemente la añoranza de aquella bebé a la que tenía siempre en brazos escuchándome atenta.
En fin, que el tiempo no se detiene y la peque descubre todos los días algo nuevo que la enriquece y la hace aún más grande. Yo la observo en silencio admirando su madurez y anhelando hacer de ella una buena chica, una buena persona.
Ya tenemos todo listo para el regreso a clases. El uniforme está colgado junto a mis ganas de madrugar. Y sus zapatos esperan en una caja donde reposan serenamente las pocas ganas que tengo de separarme de mi pequeña.